Reseña - Soul: el momento cumbre de Pixar

Aunque Soul (Pete Docter, 2020) tiene cualquier cantidad de momentos con los que un adulto promedio se puede sentir identificado, hay uno en particular que describe nuestra existencia con precisión. Después de que Joe ve que un grupo de almas incurre en una actividad aparentemente peligrosa, 22, su nueva y etérea amiga, trata de aliviar su preocupación con una contundente frase: "Las almas no se dañan aquí. Para eso es la vida en la Tierra"

En su más reciente y brillante película, Pixar se embarca nuevamente en un viaje al interior del ser humano para recordarnos algo que, sobre todo en estos tiempos de zozobra, hemos olvidado: la dicha de vivir.

Soul reseña
Imagen: Walt Disney Pictures, Pixar Animation Studios

Joe Gardner, un profesor de música de secundaria, sueña con tener una carrera en el jazz. A pesar de su talento, el hombre sucumbe ante sus propios temores y el poco apoyo de su madre, quien teme por su estado financiero si se decide a seguir sus deseos. La fortuna le sonríe cuando consigue una tocada con una famosa artista. La oportunidad lo emociona bastante, pero todo cambia cuando, después de un accidente, el alma de Joe deja su cuerpo para encaminarse al Gran Después. 

Empeñado en cumplir su sueño, el frustrado músico busca la forma de regresar, lo que lo lleva al Gran Antes, donde se encuentra con 22, un alma confundida que no ha podido llegar a la Tierra. Ambos deciden trabajar juntos para hallar la manera de devolver a Joe a su cuerpo y de paso encontrar el propósito que le permita a 22 "existir" finalmente.

Ver a Pixar ganar año tras año (o al menos la mayoría de estos) el Óscar y otros premios, sin duda ha resultado desalentador para los estudios más pequeños que consiguen mucho con poco; pero cuando la compañía propiedad de Disney entrega cosas como Wall-E (Andrew Stanton, 2008), Coco (Lee Unkrich, 2017), Up: Una Aventura de Altura (Pete Docter, 2009) y ahora Soul, no queda duda de la calidad técnica y narrativa de su trabajo. 

En un año en el que la gente se ha mantenido alejada de las salas de cine, el estudio ha aprovechado el alcance de Disney+ para distribuir la cinta ya mencionada, la cual bien podría ser su momento cumbre en más de 30 años de existencia. Así como en Intensa-Mente (Pete Docter, 2015), estos creativos y artistas apelan a lo intangible para explorar ahora un tema ciertamente complejo que pretende involucrar al público adulto como nunca antes.

Joe personifica no solo la crisis de la mediana edad, sino la identidad de un grupo que nunca había tenido un papel preponderante en el universo Pixar: la raza negra. Kemp Powers, uno de los coguionistas e integrantes de esta comunidad, es pieza clave para que este ejercicio resulte convincente y respetuoso. Pero, a pesar de esta especificidad, el discurso de Soul no puede ser más universal. 

A través de este profesor de música insatisfecho con su vida, tanto Powers como el también guionista Mike Jones y el director Pete Docter canalizan el sentir de cualquier persona que, como 22, ha pensado que "tal vez no sea buena para vivir". Con una historia de autodescubrimiento, estos cineastas nos dejan ver los riesgos y bondades de un par de visiones muy distintas de la vida.

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Imagen: Walt Disney Pictures, Pixar Animation Studios

La pasión que Joe muestra por el jazz contrasta notablemente con el nihilismo de 22, un alma que prefiere "saltarse la vida" al no sentirse plena con nada. Soul sigue a dos entidades inconformes constantemente presionadas por quienes los rodean. Mientras que el músico es cuestionado en todo momento por su madre, 22 siente la infinita insistencia de los Jerrys (los seres que controlan el Gran Antes) porque encuentre su "chispa". Por si fuera poco, la sombra de la carrera del padre de Joe y el tutelaje de las almas de figuras históricas al que es sometido 22 representan una carga demasiado pesada. 

Si bien ambas almas muestran rápidamente sus diferencias, este lazo los sumerge en un vacío existencial en el que, por supuesto, cualquiera hemos estado o estamos. Esto es precisamente lo que hace de la cinta algo atractivo para los adultos: un par de personajes que se resisten ante los sutiles pero incesantes embates de la sociedad. Sin embargo, la felicidad parece ser el precio a pagar. Y entonces, ¿realmente el punto de la vida es sufrir? Este cuestionamiento requiere de una profunda reflexión en la que tiene cabida la filosofía y hasta la religión; pero Docter y su equipo nos recuerdan que tal vez no tengamos que ir más allá para encontrar una razón, pues quizá en las pequeñas cosas se halle la respuesta, o al menos parte de ella.

Pixar ha creado uno de sus mundos más bellos y espectaculares en Soul. La intangibilidad a la que se enfrentan al desarrollar este concepto representó sin duda un gran reto, pero también un lienzo en blanco para verter toda su creatividad. 

Muy a su estilo, el estudio nos presenta el hipotético lugar en el que se gesta la personalidad de cada alma. Este universo, como el de Coco o Intensa-Mente, es regido por reglas muy específicas y circunstancias que intentan explicar a los más pequeños cosas un tanto difíciles para su edad, como la muerte, las emociones y hasta la misma existencia; la zona, el oscuro espacio donde habitan las almas pérdidas y el lugar donde estas tratan de encontrar sus pasiones son muestran de ello. Una vez más, el estudio consigue simplificar conceptos complejos para transmitírselos a los niños.

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Imagen: Walt Disney Pictures, Pixar Animation Studios

Y claro, otra pieza fundamental de este incorpóreo rompecabezas es la música original de Trent Reznor y Atticus Ross (Nine Inch Nails), quienes hacen sentir la esencia de su banda a través de una selección de electrónica y ambiental que evoca su trabajo en Red Social (David Fincher, 2010), aunque más accesible y con un toque optimista. Presente, sobre todo, en las partes metafísicas de la película, la música poco a poco se introduce en el "mundo real" conforme Joe se encamina de nuevo hacia la Tierra. 

Si bien las piezas de jazz de Jon Batiste musicalizan algunos de los momentos más emotivos de la cinta, el score de Reznor y Ross lo complementa a la perfección; además, este se integra orgánicamente al Gran Antes realzando todavía más lo abstracto del entorno.

Soul comparte varias similitudes con Coco e Intensa-Mente, otros dos de los filmes mejor logrados de Pixar en los últimos años; pero también guarda una inobjetable conexión con Rapera a los 40 (Radha Blank, 2020), una reciente película live-action aplaudida por la forma en la que su protagonista, una mujer igualmente de mediana edad insatisfecha con su existencia, encuentra la posibilidad de volver a ser feliz. Ambas no solo exploran de forma muy divertida distintos aspectos de la cotidianidad de la cultura negra, sino que dejan ver que nunca es tarde para comenzar o volver a vivir. 

Sí, la vida a veces tiene sus propios planes, pero siempre es posible encontrar la felicidad, incluso cuando las cosas no salen como uno quiere. El final que la cinta propone probablemente sea demasiado complaciente y hasta contradictorio para lo expuesto durante 90 minutos; pero, vamos, cualquier otro sería pedirle demasiado a Disney. Al final, lo que realmente importa es el alucinante viaje por el que Pixar nos ha llevado en esta ocasión.

Soul está disonible en Disney+.

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