Crítica - Broker: la familia que uno escoge

Desde hace años, el significado de la familia es un tema que ha inquietado a Hirokazu Kore-eda; varias de sus más recientes películas nos adentran en grupos no convencionales o disfuncionales en los que, a pesar de todo, florece un profundo e inesperado lazo afectivo. En Broker, (Beurokeo, 2022), el japonés viaja nuevamente a otro país ya anteriormente había filmado en Francia para continuar esta exploración, tocando ahora el delicado tema de la trata de personas desde un ángulo inusual pero ciertamente conmovedor, el cual también se presta para un intenso debate moral sobre las acciones de los protagonistas, unos hombres dedicados a colocar recién nacidos no deseados por sus padres biológicos y de paso llevarse un buen dinero y una madre que ha decidido abandonar a su hijo.

Broker critica
Imagen: Zip Cinema

Ganadora del Premio del Jurado y Mejor Actor en el Festival de Cannes, la cinta funciona como una pieza complementaria a Un Asunto de Familia (Manbiki Kazoku, 2018), en la que una familia empobrecida se dedica a robar y estafar para sobrevivir. De nueva cuenta, el director nos pide acompañar a otra todavía menos convencional: dos amigos traficantes de bebés, una prostituta que abandonó al suyo, un huérfano en busca de un hogar y, claro, el bebé en cuestión. Aquí los juicios no son lo importante, y la romantización del delito tampoco está sobre la mesa el desenlace de la historia lo deja en claro; la empatía es el motor de un relato sobre un grupo de personas cuyo dolor las une durante la encrucijada que cada uno vive a causa de sus actos

En primer lugar, Broker retoma el controversial concepto de las baby boxes en Corea del Sur, espacios seguros en los que las madres pueden dejar a los bebés que ya no quieren. "Nunca podré entender a una mujer que abandona a su hijo", menciona Soo-jin (Bae Doona), una de las detectives que siguen la actividad criminal de Ha Sang-hyeon (Song Kang-ho) y Dong-soo (Gang Dong-won) para agarrarlos con las manos en la masa. Conforme la trama va revelando más detalles sobre las razones de Moon So-young (Lee Ji-eun) para haber dejado a su hijo, Kore-eda nos pide comprensión no para aprobarlas, sino para entenderlas; su predicamento pronto se revela como uno en el que todos pueden tomar decisiones acerca de su cuerpo menos ella. 

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Imagen: Zip Cinema

En este sentido, así como Maggie Gyllenhaal lo hizo en La Hija Oscura (The Lost Daughter, 2021), el filme cuestiona la maternidad a través de una madre desnaturalizada como Moon So-young, que simplemente se rehúsa a criar a un niño en condiciones tan inciertas como las que ella vive. En las detectives que la persiguen también se manifiesta esta inquietud; aunque Soo-jin está decidida a presentarla ante la justicia por unirse a los traficantes y por otro delito que se revela más adelante, un sentimiento de sororidad le hace sentirse algo culpable, poniéndola en un dilema. Lee (Lee Joo-young), su compañera, de igual manera, se pregunta por qué la sociedad no puede dedicarse mejor a prevenir en lugar de perseguir.

La multidimensionalidad también está presente en los protagonistas. El guion nos va arrojando cada vez más detalles sobre su pasado y su presente, y no para justificar sus acciones, sino para entender por qué están en donde están y por qué desean con tanto ahínco que el pequeño Woo-sung (Park Ji-yong) llegue a la familia adecuada. Así, Kore-eda lanza a los personajes a un viaje por carretera en el que van quedando al descubierto sus deseos, sus frustraciones y un profundo anhelo por una conexión humana genuina que finalmente les haga sentirse parte de algo. Podría parecer que el embrollo se acerca demasiado al melodrama, sin embargo, el director y guionista tiene ya el callo necesario para manejar bien la narrativa y evitar caer en sentimentalismos. Y si a eso agregamos el inocente pero desconsolador alivio cómico que proporciona Im Seung-so como Hae-jin un huérfano demasiado grande como para tener demasiadas esperanzas de ser adoptado, estamos ante un drama bien construido que nunca se siente saturado ni forzado.

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Imagen: Zip Cinema

Si bien Broker pone en tela de juicio los aspectos más convencionales de la familia, también refuerza algunos ideas universales, como lo que los padres están dispuestos a hacer por sus hijos, lo cual nos lleva a un conmovedor final. De cualquier manera, Kore-eda recupera lo que estableció de forma enternecedora en De Tal Padre, Tal Hijo (Soshite Chichi ni Naru, 2013) y en la ya mencionada Un Asunto de Familia: ¿es la sangre o la convivencia lo que une a una familia? Con este grupo de entrañables personajes, las experiencias son el vínculo que define un parentesco que va más allá del apellido.

Broker está actualmente en cartelera.

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