Reseña - Te Llevo Conmigo: la inmigración desde una perspectiva LGBT

"Vinimos aquí a hacer algo", le dice un Iván (Armando Espitia) al borde de la resignación a su amiga Sandra (Michelle Rodríguez). Ambos, dejando cada uno su país por distintas circunstancias, han llegado a Estados Unidos buscando de una mejor vida, pero las cosas no resultan como esperaban. En Te Llevo Conmigo (I Carry You With Me, 2020), la directora estadounidense Heidi Ewing (Jesus Camp, One of Us) toca las dificultades de la inmigración ilegal, y cómo el sueño americano demanda enormes sacrificios para quien desee alcanzarlo. En su primera ficción, la cineasta construye un relato emotivo que, además de contar con un giro narrativo sorpresivo, se centra en un punto de vista poco usual para este tipo de historias: el de una pareja gay que se rehúsa a permanecer separada por la distancia.

Te Llevo Conmigo reseña
Imagen: The Population, Loki Films, Zafiro Cinema, Black Bear Pictures, Sony Pictures Worldwide Acquisitions

En los 90, Iván es un ayudante de cocina que sueña con ser chef. Enfrentando dificultades económicas para proveer a su pequeño hijo, el joven encuentra un poco de alivio personal al entablar una relación romántica con Gerardo (Christian Vázquez). Cuando, finalmente, su expareja le prohíbe seguir vendo a su hijo, y en su trabajo las oportunidades de crecimiento son casi nulas, Iván decide irse a Estados Unidos para tratar de superarse a sí mismo. Junto a su amiga Sandra, el hombre se embarca en la peligrosa travesía, y aunque esta concluye con éxito, lo que le espera del otro lado no luce tan alentador. Con la promesa que le hizo a Gerardo y a su hijo de volverlos a ver, Iván se esfuerza para salir adelante y alcanzar el objetivo que se ha propuesto desde siempre.

Los dramas sobre la inmigración nunca han escaseado, y la fórmula parece ser siempre la misma: el o la protagonista dejan su tierra, y después de superar varios obstáculos, finalmente se encamina para comenzar una nueva y mejor vida. Afortunadamente, en años recientes, varias cintas han abordado perspectivas distintas para retratar el antes, durante y después de la travesía hacia lo desconocido (y no necesariamente lo mejor). Tal es el caso de Los Lobos (2019), que sigue de cerca el sentir y la inocencia de un par de niños al llegar a Estados Unidos con su madre, quien debe dejarlos en casa para ir a trabajar; y, ahora, de Te Llevo Conmigo, que, inspirada en una historia real, se enfoca en las vivencias de una pareja LGBT.

Aunque la película comienza con Iván como el foco de atención, con sus dificultades como padre al centro de todo, la eventual incorporación de Gerardo brinda la posibilidad de desarrollar a estos personajes como una pareja, sin dejar de lado, por supuesto, la individualidad que los define. La notable química entre Espitia y Vázquez da como resultado una representación muy genuina del amor. Ewing y su coguionista Alan Page exploran la identidad sexual de cada uno con el debido detalle. Mientras Gerardo, un profesor universitario abiertamente gay, trata de conectar con un padre consumido totalmente por la homofobia y el machismo, Luis hace todo lo posible por ocultar su verdadera orientación; exponerla significaría perder todo el derecho de seguir viendo a su hijo: lo más importante para él en ese momento. 

Te Llevo Conmigo reseña
Imagen: The Population, Loki Films, Zafiro Cinema, Black Bear Pictures, Sony Pictures Worldwide Acquisitions

Ewing y Page hacen uso de varios recursos para adentrarnos en los conflictos de sus protagonistas. Los flashbacks, por ejemplo, dan un vistazo a la niñez de ambos, marcada por la falta de comprensión y la presión social. En ambas, la violencia psicológica, en mayor o menor medida, se hace presente. Pero donde Gerardo goza del apoyo de su madre, Christian lo encuentra fuera de casa: en su amiga Sandra. A través de estos cuatro personajes, la directora ofrece un desolador panorama de la sociedad mexicana, reacia a aceptar a los gais en cualquier sentido y viciada por tradiciones obsoletas. Estas actitudes, por supuesto, tienen su origen en la concepción del "macho mexicano", que Te Llevo Conmigo desmitifica con la tierna y vulnerable representación de sus personajes principales.

Y es precisamente a través de otro recurso que Ewing y Page acercan a Iván y Christian con su lado más sensible. Por medio de unas breves pero puntuales narraciones, acompañadas de la bella y a veces oscura fotografía de Juan Pablo Ramírez, los guionistas permiten adentrarnos en la psique de dos amantes que ya han tenido demasiado y que solo quieren estar juntos. El machismo al que se hace alusión en varios instantes, incluso en los programas de televisión que miran otros personajes, apunta a un cáncer que, tristemente, sigue presente hoy en día. Aunque los tiempos han cambiado un poco, en Te Llevo Conmigo se puede percibir el miedo y la desesperación de aquellos que no pueden vivir plenamente. Y, aun así, varias escenas se permiten celebrar la identidad gay desde un punto de vista más alegre, y en las que Luis Alberti (Eisenstein en Guanajuato, Mano de Obra) aparece con un pequeño pero llamativo papel.

Te Llevo Conmigo reseña
Imagen: The Population, Loki Films, Zafiro Cinema, Black Bear Pictures, Sony Pictures Worldwide Acquisitions

Al final, el tema de la inmigración se convierte en la principal preocupación de Ewing. Las dificultades de vivir en un país ajeno quedan manifiestas con la desesperanza de Iván, quien ahora debe enfrentar el hecho de quizá nunca más volver a ver su hijo. SPOILERS ADELANTE El dilema adquiere todavía más peso cuando, sorpresivamente, la ficción se convierte en un documental, el cual nos muestra a Iván y Gerardo como exitosos empresarios después de tantos años de esfuerzo. Estas imágenes se concentran en expresar la melancolía del primero, afligido por perderse de los mejores momentos de la vida de su hijo. El giro, sin duda, es controversial, pues el súbito cambio podría no resultar convincente para muchos; sin embargo, Ewing se encarga de conectar ambas realidades con un buen trabajo de edición, que hace énfasis en la desesperación de Iván por volver a casa. TERMINAN SPOILERS

Lo nuevo de Ewing también comparte ciertas similitudes con El Baile de los 41 (2020). En ambas, por causas externas, dos hombres deben permanecer separados, sin la posibilidad de expresar todo su amor. Al igual que Ignacio, en la cinta de David Pablos, Iván debe ocultar su presente para un mejor futuro, y no solo el que se refiere a su identidad sexual, sino el de su aparente fracaso viviendo en Estados Unidos; la fotografía, en ambas apelando a los extreme close ups y la penumbra—, enmarca una experiencia de la intimidad oculta de los demás. 

En Te Llevo Conmigo, Ewing alude al inconmensurable sacrificio que deben hacer todos aquellos que se van sin tener la posibilidad de regresar. Con su más reciente película, la estadounidense recuerda la importancia de hacer este viaje acompañado, pues la soledad que encuentran allá rápidamente se convierte en su mayor enemigo. En Ya No Estoy Aquí (2019), por ejemplo, la nostalgia de Ulises es mayor que cualquier temor de regresar al hogar. En la cinta en cuestión, la compañía es elemental para que el sueño valga la pena; pero, tal y como Iván lo hace ver, siempre faltará algo para sentirse completo. Está en cada quien determinar qué, cómo y hasta cuándo. 

Te Llevo Conmigo se encuentra en cartelera.

Comentarios