En una de las escenas más emotivas de Luca (2021), mientras el personaje titular y sus amigos celebran un importante acontecimiento, la abuela hace la declaración más contundente de la nueva y cálida película de Pixar: "Hay personas que nunca lo aceptarán, pero ya sabe cómo encontrar a las buenas". Aunque el director Enrico Casarosa ya confirmó que su obra no es una historia gay, resulta imposible no interpretar de esa manera lo que estamos viendo en pantalla. Y si bien la lectura de la aventura de autodescubrimiento en la que se embarcan ambos protagonistas queda abierta, es agradable ver a un estudio como Pixar explorar la sensibilidad masculina desde una perspectiva distinta, por más que la trama sea un tanto genérica.
Luca, un monstruo marino que vive con su familia en la costa italiana, ha sido educado para ocultar su identidad y mantenerse alejado del mundo terrestre. Como buen adolescente, la curiosidad comienza a atraerlo hacia la superficie, y esta se exacerba cuando conoce a Alberto, otro monstruo marino que vive sin reparo alguno en la playa. Este le enseña poco a poco cómo desenvolverse en el mundo humano, cuidando, por supuesto, de no revelar su verdadera identidad a los pueblerinos de Portorosso, quienes cazan monstruos marinos como ellos. Ensimismados con conducir una motoneta Vespa, ambos se inscriben en un concurso local que ofrece el vehículo como premio. Así, con la ayuda de la amigable Giulia, los chicos hacen todo lo posible por cumplir su sueño.
El artista de storyboard Enrico Casarosa —que ha participado en la producción de distintas cintas animadas de Pixar— hace su debut como director con Luca, siguiendo la muy admirable tradición del estudio de promover a sus trabajadores hasta darles la confianza para dirigir un largometraje. Como italiano y uno de los creadores de la historia, Casarosa impregna su trabajo de una inconfundible vibra mediterránea, que da como resultado el maravilloso pueblo de Portorosso, habitado por personajes inspirados en la idiosincrasia italiana. Y es en este casi idílico entorno en el que decide contar un relato que podría ser o no una alegoría de "salir del clóset", pero que aun así conseguir generar algunas emociones y una notable admiración por el despliegue técnico —un tanto distinto a lo que Pixar nos tiene acostumbrados, eso sí—.
El filme recoge varias de las temáticas y dinámicas que el estudio ha desarrollador durante toda su existencia. La secuencia inicial nos remite inmediatamente a Buscando a Nemo (Finding Nemo, 2003). Regresando al mundo marino por primera vez desde la secuela de aquella película, Pixar demuestra nuevamente el poder de su maquinaria al concebir un ambiente acuático lleno de vistosos personajes. Y claro, podemos encontrar también ciertas similitudes entre Nemo y Luca, dos jovencitos cuyo mundo se abre por completo cuando ponen una aleta fuera de lo que han conocido hasta ese momento. En Coco (2017) ocurre algo parecido; y aunque podría parece que la trama se recicla año con año, los detalles y los personajes proveen las diferencias necesarias para distinguir cada obra.
Ya desde el año pasado Pixar había dado indicios de querer ahondar en la afectividad masculina, tanto con los demás como con la propia. La fraternidad en Unidos (Onward, 2020) y el existencialismo de Soul (2020) nos ofrecieron un vistazo a las inquietudes y frustraciones de un grupo de hombres insatisfechos, incompletos y ciertamente dolidos con la vida. En Luca, Casarosa y los guionistas Jesse Andrews y Mike Jones hacen referencia a la alegoría de la caverna de Platón para adentrarse en las tribulaciones juveniles —que fueron el foco de atención de Intensa-Mente (Inside Out, 2015)—. A través del joven Luca, el equipo creativo hace énfasis en lo complicado que puede ser el primer paso hacia lo desconocido, sobre todo cuando la represión y el miedo son constantes.
Y quizá es por eso que el relato sobre un posible autodescubrimiento toma una mayor relevancia. La relación entre Luca y Alberta recuerda, sin duda alguna, a Llámame por tu Nombre (Call Me By Your Name, 2017). Trazos de la relación entre Elio y Oliver se pueden sentir en la que sostienen los monstruos marinos. El afecto casi incondicional que ambos muestran y la eventual separación que enfrentan encapsulan ese pasaje hacia la revelación personal. Si bien la inocencia de Luca no hace alusión directa a algo romántico, la lealtad y la admiración que siente por su nuevo amigo no distan mucho de lo que Elio muestra en un comienzo por el experimentado Oliver.
Dejando de lado lo narrativo, la animación que Pixar presenta en esta ocasión llama poderosamente la atención. Con personajes que, por momentos, parecen animados con stop motion, o hasta salidos de una película de Ghibli, el estudio se aleja del fotorrealismo en este proyecto. Pero, aun así, resulta sencillo dejarse impresionar por los bellos paisajes inspirados en la Riviera Italiana y las exquisitas fibras que se pueden apreciar en la ropa de los personajes. La inspiración en Hayao Miyazaki es evidente; la casi sagrada atención en los alimentos; el nombre del pueblo (¿Porco Rosso?); las divertidas intervenciones de personajes secundarios y hasta terciario; el desenvolvimiento casi onírico de la historia... El propio Casarosa declaró que la inspiración en la leyenda japonesa fue clave para crear este mundo.
Si hay algo que se le pueda criticar a Luca es quizá lo decepcionante que pudiera parecer la trama principal. Que los chicos se inscriban en una carrera para ganar una moto no es particularmente emocionante, y las sorpresas que la historia tiene reservadas tampoco significan un impacto emotivo notable. De cualquier manera, es interesante ver a Pixar trabajar en un perfil más bajo, y aun así entregar algo valioso, por más industrial y convencional que sea. Pero, al final, ya sea como una carta de amor a Italia, una celebración de la amistad o una alegoría a la identidad, la cinta nos deja una placentera y cálida sensación de apacibilidad, como si una brisa mediterránea impactándonos en el rostro nos hiciera recordar que todo está bien, al menos en ese instante.
Luca está disponible en Disney+.
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