Reseña - Mujer Maravilla 1984: el opaco regreso del blockbuster

Nunca antes en esta época de franquicias, secuelas y reboots hubiéramos pensado que los blockbusters sufrirían por recuperar su inversión. Por supuesto, el estado actual del mundo es responsable de estos tiempos de vacas flacas; sin embargo, la respuesta de varios estudios parece poner todavía más en jaque la exhibición cinematográfica. Mujer Maravilla 1984, una de las pocas cintas de esta categoría que logró llegar a la pantalla grande este año, ha podido sortear cualquier cantidad de obstáculos para cumplir su primer objetivo, aunque resta por ver su desempeño ante el limitado número de conjuntos abiertos. 

Pero ¿realmente se trata de un evento que deba experimentarse en el cine o es una decepción más como Tenet hace meses? A pesar de todo el revuelo causado durante todo el año, esta segunda termina por ser opacada en todo sentido por su predecesora.

Mujera Maravilla 1984 reseña
Imagen: DC Films, Atlas Entertainment, The Stone Quarry, Warner Bros.

Décadas después de haber participado en la Primera Guerra Mundial, y haber perdido a su enamorado Steve Trevor (Chris Pine), Diana Prince (Gal Gadot) vive ahora en Washington D.C. convertida en una superheroína al servicio de la comunidad. Trabajando en el Instituto Smithsoniano como fachada, la amazona se encuentra con Barbara Minerva (Kristen Wiig), una mujer insegura que en breve queda maravillada con todo lo que Diana representa. Juntas investigan el hallazgo de una extraña gema, la cual no tarda en revelar su verdadero poder. 

Mientras, Maxwell Lord (Pedro Pascal), un empresario y personalidad de televisión, sigue la pista de esta roca, con la que pretende cambiar el mundo a su imagen. La Mujer Maravilla tendrá que intervenir para evitarlo; sin embargo, una Barbara cambiada por completo se convertirá en su principal impedimento.

Hace algunos años, Mujer Maravilla irrumpió en el medio poniendo un antes y después en las películas de superhéroes encabezadas por el sexo femenino, delante y detrás de cámaras. Patty Jenkins, la primera mujer en dirigir una cinta del género, dejaría de lado sus inicios en el cine independiente para meterse de lleno en el mainstream y llevar de la mano a la superheroína por excelencia. 

Esa primera incursión, una película de época que enarbola un gran discurso de empoderamiento, permanece como uno de los momentos más importantes hasta ahora del Universo Extendido de DC; desafortunadamente, la secuela, a pesar de algunos buenos instantes, no se acerca ni remotamente a la anterior.

Mujer Maravilla 1984 reseña
Imagen: DC Films, Atlas Entertainment, The Stone Quarry, Warner Bros.

En esta ocasión, nos topamos con una Diana melancólica y solitaria. Añorando todavía aquellos días que vivió a lado de Steve y sus viejos compañeros, la guerrera opta por aferrarse a un pasado que nunca volverá. La cinta en sí sufre de algo parecido. Aunque por mucho tiempo se dijo que esta segunda entrega sería una "película independiente" de la franquicia y del universo de DC en general, Mujer Maravilla 1984 es claramente una secuela que trata de aparentar que no lo es. 

Con una historia que, prácticamente, se basa en la reaparición del personaje interpretado por Pine, el filme sufre de la misma añoranza que la protagonista, y esto resulta en una redundancia absoluta que se extiende al punto de hacer que el espectador pierda interés.

Gadot, quien finalmente hizo suyo el papel después de una problemática intervención en Batman vs Superman, continúa desarrollando un personaje que ya no se puede concebir sin su rostro (a menos, claro, que introduzcamos a Linda Carter en la ecuación). Si bien la trama explora los anhelos más profundos de la superheroína, así como su visión de conceptos como la grandeza y la verdad, la cinta falla con su necedad de querer volver al pasado, o traerlo de vuelta si queremos ponernos más específicos. 

Es cierto que el regreso de Steve supone un nuevo dilema para Diana cuando llega el momento de tomar una decisión crucial; pero queda esa espinita de que Jenkins y los coguionistas Geoff Johns y David Callaham pudieron haber tomado una ruta distinta para llegar al mismo destino. ¿Que para que hacerlo si, a fin de cuentas, sería lo mismo? Bueno, sabemos que todos los superhéroes ganan al final, pero lo que nos hace seguir sus aventuras es saber cómo lo harán y qué tendrán que sacrificar para ello. Aquí, Diana es obligada a tomar la misma decisión que en la primera parte.

Después de contar con un villano genérico, para variar, en la película de 2017, 1984 pone ahora a los antagonistas al mismo nivel de Diana. Barbara es quizá la más interesante. Aunque su impacto va disminuyendo conforme avanza la cinta, relegada a un obstáculo físico para la heroína, la arqueóloga enfrenta un conflicto más terrenal con consencuencias desastrosas para su contrincante. Wiig hace un buen trabajo como la insatisfecha mujer, quien se convierte en una famosa supervillana de DC más adelante. 

Del otro lado está Lord, ridículo personaje con uno de los desarrollos más bobos que se hayan visto en el género en años, y vaya que hay de dónde escoger El poder que se le otorga es desmesurado y estúpido hasta cierto punto, y esto aún así deja enormes huecos narrativos que son pasados por alto en beneficio de la historia. Aunado a ello, Jenkins y compañía se esmeran demasiado en crear un símil con Donald Trump, lo cual es gracioso al principio, pero sumamente desesperante después, como si los guionistas se hubieran empeñado bastante en hacer que la comparación fuera obvia. Un "millonario" y celebridad televisiva se propone a esparcir su forma de pensar poco convencional a como dé lugar. Vamos, desde un comienzo sabemos de quién se trata.

Mujer Maravilla 1984
Imagen: DC Films, Atlas Entertainment, The Stone Quarry, Warner Bros.

Con dos horas y media de duración, el filme se torna extenuante incluso antes de llegar a la mitad. Secuencías larguísimas que pretenden reforzar el lazo afectivo entre Diana y Steve resultan totalmente innecesarias. Un prólogo para dejar en claro la moraleja del relato desde el principio también se extiende demasiado. Jenkins y su equipo creativo se toman todo el tiempo para que el espectador entienda cada detalle de su trabajo, lo cual agrega, sin problema, poco menos de una hora de relleno. 

Por si fuera poco, cerca de final, decenas de cosas están ocurriendo. Empeñándose en contar la burda historia principal, hacer gala del subtítulo con referenciasdistópicas poco sutiles e incoporar las infaltables escenas de acción, la cinta se les escapa de las manos por completo. 

Un exceso de exposición, torpezas narrativas, con la inclusión de escenas que no tienen mayor propósito que presentar personajes irrelevantes con información relevante; y una estética que Stranger Things acaba de manejar de forma más atractiva, Mujer Maravilla 1984 es otro paso en falso para Warner Bros. y DC, quienes pretenden volver a explorar el lado más oscuro y estrafalario del universo con varios de sus próximos proyectos. Este más amigable y falsamente esperanzador se ha vuelto demasiado formulaico ya. 

Por su parte, Jenkins viajará a una galaxia muy, muy lejana, para, como hace años, volver a ser la primera, a cargo ahora de una de las franquicias más queridas del cine. Veremos si todos los involucrados consiguen volver a maravillarnos una vez más en el futuro.

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