Yorgos Lanthimos se ganó a pulso el mote de "provocador" con las películas que hizo en su natal Grecia. Su llegada al mainstream y, posteriormente, a Hollywood le vio abandonar poco a poco sus discursos más radicales en favor de narrativas más tradicionales, pero con mayores recursos y elencos angloparlantes de lujo. Pobres Criaturas (Poor Things, 2023), ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia, parece ser una culminación técnica y discursiva en la que el aclamado realizador concibe su obra más llamativa hasta el momento, una odisea de fantasía y ciencia ficción que retrata la manera en que la mujer va forjando su propia libertad. Si bien se trata de algo más convencional de lo que estaríamos dispuestos a admitir, llegando incluso a sumirse en cierto tedio, no queda duda de que estamos ante una de esas películas que ofrecen experiencias audiovisuales como pocas.
Imagen: Element Pictures, Film4, Fruit Tree, Searchlight Pictures, TSG Entertainment |
Lanthimos encontró en Emma Stone hace unos años a su segunda colaboradora definitiva. Encargando la adaptación de la obra del mismo nombre, de Alasdair Gray, a su otro gran compinche, el escritor Tony McNamara, el director ha vuelto a poner en marcha a esta especie de triada creativa —que este año volvería con una antología llamada Kinds of Kindness (2024)— surgida de la filosa comedia negra de La Favorita (The Favourite, 2018). Con su más reciente esfuerzo, estos tres artistas llevan a la máxima potencia su inventiva para concebir a Bella Baxter y un universo tan absurdista como vistoso. Los ingredientes se mezclan para invitarnos a ser testigos de la evolución de una mujer a través de una liberación sexual y un viaje de autodescubrimiento.
Más allá de los fastuosos y retrofuturistas sets y los rimbombantes personajes secundarios —algunos mejor desarrollados que otros—, Emma Stone se roba todas las miradas con su minuciosa y transformativa interpretación. Y no hablamos de una que haya requerido toneladas de maquillaje o prostéticos, sino más bien del proceso de cambio al que ella y el guion y someten a Bella, una mujer traída de vuelta a la vida con el cerebro de un niño. Así, al principio de la historia nos topamos con una protagonista con cuerpo de adulta y mente de infante, lo que da pie a todo tipo de situaciones graciosas y movimientos torpes; Stone canaliza a la perfección esta etapa, así como las demás, en las que el lenguaje, los gestos y la movilidad van cambiando con cada secuencia.
Imagen: Element Pictures, Film4, Fruit Tree, Searchlight Pictures, TSG Entertainment |
McNamara, Lanthimos y Stone llevan a su creación por otro viaje de transformación que cualquier espectador asociará inmediatamente con Barbie (2023). Tanto Bella como Barbie, en un comienzo, viven en un lugar que podría definirse como una fantasía: un lugar diseñado para ellas e impedir que no se contagien de las obscenidades o aberraciones de la realidad. Lo que descubren en el exterior es un mundo dominado por el hombre que alberga roles específicos y que espera cierta cosas de ellas. Ambas, entonces, asimilando rápidamente la idiosincrasia humana, desarrollan un plan o más bien una personalidad para contrarrestar esta opresión y crear su propio camino. Bella, así como Barbie, va cambiando su entorno poco a poco conforme va encontrándose con todo tipo de individuos, desde una proxeneta con corazón hasta un aprovechado abogado que busca poseerla a como dé lugar.
El problema con Pobres Criaturas yace, principalmente, en el ritmo. Sus más de dos horas de duración no logran mantenerse por completo; el segundo acto es particularmente inconsistente, pues aunque vemos a Bella evolucionar intelectualmente, el guion la posiciona una y otra vez en situaciones similares que no hacen avanzar demasiado el discurso de liberación. Aunado a ello, la comedia echa mano de lo físico más de la cuenta; los golpes bajos, los malos entendidos y lo incómodo resultan graciosos al principio, pero queda una sensación de que el humor pudo haber ido más allá, teniendo en cuenta la crisis existencial de la protagonista y de los otros personajes, como aquel interpretado por Mark Ruffalo.
Imagen: Element Pictures, Film4, Fruit Tree, Searchlight Pictures, TSG Entertainment |
Afortunadamente, esto no impide que la cinta sea disfrutable en general. Si bien es cierto que la propuesta de Lanthimos ha perdido cierto filo a través del tiempo, su técnica ha ganado enormemente. Con su más reciente esfuerzo, el griego hace un comentario sobre la alta sociedad y su pedantería cuando escapa hacia la falsa filosofía para esconder su crueldad y salvajismo, cosa que Bella deja al descubierto con su rebeldía y falta de filtros. La emancipación a la que el filme hace referencia se entiende como una travesía de experimentación para construir una identidad multifacética con la capacidad de contrarrestar la mojigatería, el esnobismo y la opresión masculina. Al final, Bella Baxter emerge como un símbolo de insurgencia emocional e intelectual, algo totalmente necesario en estos tiempos.
Pobres Criaturas está actualmente en cartelera.
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