Crítica - Barbie: una sátira feminista con un ángulo existencialista

Hace mucho que el cine no vivía un momento como el que ha significado el estreno de Barbie (2023). Miles de personas vestidas de rosa acudiendo a las salas; una monumental campaña de marketing que aprovechó al máximo el fenómeno BARBENHEIMER; un nivel de expectación pocas veces visto. Ya con millones en la taquilla, tan solo unos días después de finalmente haber llegado, resulta más que pertinente preguntarse si todo esto es respaldado por una buena película. Greta Gerwig, que deja su faceta "independiente" para hacerse cargo de uno de los blockbusters más esperados de los últimos tiempos, toma la muñeca más emblemática de la historia y subvierte hasta cierto punto lo que representa para enarbolar un discurso feminista que hace un comentario sobre el patriarcado a través de una muy divertida sátira.

Barbie critica
Imagen: Heyday Films, LuckyChap Entertainment, NB/GG Pictures, Mattel Films, 

Barbie es un producto único en una era en la que los grandes estudios buscan llevar a la pantalla grande cualquier propiedad reconocible por el público. Warner Bros. no ha sido particularmente sutil recientemente; basta con recordar la forma tan burda y lamentable que trató de promocionarse a sí mismo en Space Jam: Una Nueva Era (Space Jam: A New Legacy, 2021) y Matrix Resurrecciones (Matrix Resurrections, 2021). Aquí, afortunadamente, la empresa consiguió un equilibrio inusual entre un comercial y una historia con una razón de ser, porque, como se percibe en el entorno, se trata de un evento muy especial para una causa que continúa luchando en un mundo dominado por el hombre. Y no queda duda de que Gerwig tuvo mucho que ver en ello.

La cineasta y Noah Baumbach su pareja y coguionista tomaron todo lo que significa la experiencia de jugar con una Barbie para crear una utopía fantástica llena de detalles tan curiosos como divertidos. Ver a las muñecas pretender tomar agua, bañarse, comer o bajar a un sitio resulta una contundente sacudida nostálgica. Todo esto se amplifica con efectos prácticos, un diseño de producción muy cuidado, vistosos vestuarios y una serie de situaciones que nos adentran en un espacio en el que habitan juguetes y no personas; su física y sus reglas dan como resultado momentos hilarantes e inesperados. La iluminación también es fundamental para aumentar el impacto. En suma, estamos en el lugar soñado para los fans de Barbie; el equipo de producción hizo un enorme trabajo al materializarlo.

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Imagen: Heyday Films, LuckyChap Entertainment, NB/GG Pictures, Mattel Films, 

Margot Robbie, como la protagonista, aprovecha todos estos recursos para dar vida a la Barbie perfecta quizá más de la cuenta cuando el mensaje de la cinta es recordar que está bien no serlo, tal y como la narración de Helen Mirren lo indica. Su gracia es clave para convencernos de embarcarnos en esta aventura con una figura que ha sido señalada por reforzar estereotipos y crear estándares de belleza inalcanzables. Pero su representación va más allá de lo físico, pues los sentimientos negativos que comienza a tener su personaje los proyecta con una efectiva mezcla de drama y comedia; una frustración y una incertidumbre con las que es más que sencillo identificarse. Haberla elegida para el papel fue la mejor decisión que se pudo tomar para este proyecto.

Mención aparte merece Ryan Gosling como Ken, quien es pieza clave de la trama al convertirse en un síntoma del patriarcado. El actor hace gala de sus dotes cómicos al hacer de su personaje uno de los elementos más refrescantes de la película.

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Imagen: Heyday Films, LuckyChap Entertainment, NB/GG Pictures, Mattel Films, 

Barbie funciona en un nivel parecido a The Truman Show: Historia de una Vida (The Truman Show, 1998). Aunque la heroína en cuestión sabe perfectamente que vive en una realidad alterna, su incursión en la nuestra le hace darse cuenta de cómo funcionan las cosas realmente, específicamente con los hombres moldeando todo a su conveniencia. Ambos protagonistas se enfrentan a un momento de quiebre que ha de cambiar sus vidas para siempre, así como le ocurre a Neo en Matrix (1999). Pero eso no es todo, pues Gerwig y Baumbach incorporan desde números musicales que recuerdan a Cantando Bajo la Lluvia (Singin' in the Rain, 1952) hasta referencias a clásicos del cine la más memorable, por supuesto. la que recrea la icónica secuencia de los simios de 2001: Odisea del Espacio (2001: A Space Odyssey, 1968) con niñas y muñecas, estableciendo desde el principio el rol de una Barbie en la sociedad.

Pero quizá la cuestión más interesante del filme es la dosis de existencialismo que el guion inyecta al viaje tanto de Barbie como de Ken; en busca de su propósito, los dos someten a una deconstrucción total la posición que ocupan en Barbieland. Con su aventura, al espectador se le ofrece la oportunidad de reflexionar sobre cómo operan las cosas en una sociedad ensimismada con la perfección. Al final, Gerwig acierta al redefinir el concepto de la muñeca más famosa dotándola, inusitadamente, de una conciencia propia, volviéndola a conectar con las viejas generaciones y presentándosela a las nuevas. Y claro, haciéndole ganar mucho dinero a Mattel y Warner. Ganar-ganar.

Barbie está actualmente en cartelera.

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