"Si solo algunas personas pueden tenerla, entonces no es felicidad. Eso es un sinsentido. La felicidad es algo que cualquiera puede tener", declara con melancolía la Sra. Fushimi (Yūko Tanaka), directora de la escuela a la que asiste Minato (Sōya Kurokawa). En Monster (Kaibutsu, 2023), el aclamado cineasta Hirokazu Koreeda vuelve con otro enternecedor relato sobre la condición humana. Alejándose un poco de las historias sobre si es la crianza o la sangre lo que hace una familia, el japonés nos entrega ahora una acerca de la imposibilidad de ser feliz para un jovencito en conflicto con su identidad y lo que se espera de él. Pero es el dispositivo aquí desplegado lo que hace de la película una fascinante, profunda y sumamente emotiva.
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| Imagen: AOI Promotion, Bun-Buku, Fuji Television Network, Gaga, Toho Company |
En su primer trabajo en su natal Japón después de filmar en Francia y Corea del Sur, el cineasta hace algo así como su propio Rashomon (Rashōmon, 1950) para hacer una meditación sobre el camino hacia la felicidad de un niño atormentado por lo que hay en su interior y la presión que emana de una sociedad conservadora como la japonesa. Y es por medio de distintos puntos de vista que abordamos una serie de sucesos alrededor de este chiquillo, de quien poco a poco vamos conociendo sus sentimientos y frustraciones. Lo interesante del asunto es que el guion —ganador en el Festival de Cannes— de Yuki Sakamoto concibe un entramado de historias que, conforme avanzan, van cambiando nuestra percepción no solo del chico, sino también de aquellos que lo rodean. Lentamente vamos descubriendo quién es el verdadero "monstruo" —que nos recuerda el drama psicológico de La Caza (Jagten, 2012), de Thomas Vinterberg—.
Koreeda y Sakamoto dividen la cinta en tres partes, cada una con un protagonista: Saori (Sakura Ando), la mamá; Hori (Eita Nagayama), el profesor, y el ya mencionado Minato. La primera crea la impresión de que un personaje es el culpable de la desdicha de Minato, pero en la segunda las cosas dan un giro imprevisto y suponen una representación inesperada de otro de los involucrados. Con la última, todo finalmente se aclara con devastadoras y conmovedoras revelaciones; lo que empieza como una película sobre abuso se convierte en una de identidad y lo difícil que es para los demás aceptarla cuando va en contra de lo establecido. Sakamoto nos mueve con sutileza a través de los mismos acontecimientos una y otra vez, agregando escenas por aquí y por allá que profundizan en lo ocurrido gracias a los distintos puntos de vista que utiliza.
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| Imagen: AOI Promotion, Bun-Buku, Fuji Television Network, Gaga, Toho Company |
Como su título lo indica, Monster alude a la percepción de las personas ante un hecho en específico, asumiendo rápidamente culpabilidades a partir de rumores o interpretaciones dudosas. ¿Pero qué hay detrás de una acción en específico?, ¿qué lleva al supuesto victimario a actuar de esa manera? Koreeda y Sakamoto parten de esa idea para crear las capas de la cinta, que eventualmente vamos pelando para conocer la verdad absoluta, una que tiene que ver con el renacimiento de dos almas inocentes asoladas ya sea por el maltrato o la incomprensión. Las obras de Koreeda, por supuesto, siempre han sabido ahondar en problemáticas infantiles y su lugar en las familias, y esta no es la excepción.
El filme, sin duda, remite inmediatamente a Close (2022), la desoladora obra de Lukas Dhont sobre la tortura que vive un puberto al verse cuestionada su masculinidad y las consecuencias de sus decisiones. La tercera parte crea un íntimo espacio en el que Minato y su amigo Yori (Hinata Hiiragi) se desenvuelven mientras descubren quiénes son. El final, ambiguo por completo, nos habla de un resurgimiento derivado de la aceptación y de luchar por lo que uno quiere. Tanto Dhont como este dúo japonés desafían el statu quo con trabajos sinceros que se acercan a la infancia de una forma respetuosa y para nada escandalizadora.
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| Imagen: AOI Promotion, Bun-Buku, Fuji Television Network, Gaga, Toho Company |
En uno de los instantes más poderosos de Monster —acompañado de las últimas notas del gran Ryuichi Sakamoto—, Minato confiesa que nunca podrá ser feliz porque le gusta alguien que no debería. La Sra. Fushimi, hasta ese momento representada como una mujer dura y destruida por dentro, se abre por primera vez para ofrecer consuelo y las palabras más sabias de la cinta, aquellas citadas al comienzo de este texto. La mayor virtud de lo hecho por Koreeda y Sakamoto está en cómo estos personajes van cambiando de acuerdo al punto de vista. En ocasiones, solemos crear una imagen monstruosa de alguien más sin saber lo que está pasando. Monster, de manera muy humana, pide mesura y empatía en busca del entendimiento.
Monster está actualmente en cartelera.
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