Maestro (2023) abre con una interesante cita de Leonard Bernstein: "Una obra de arte no responde preguntas, las provoca; y su significado esencial está en la tensión entre las respuestas contradictorias". La frase en cuestión bien podría aplicarse para cuestionar el nuevo trabajo de Bradley Cooper, quien produce, escribe, dirige y protagoniza esta película enfocada en la vida el aclamado compositor y director de orquesta estadounidense. ¿Realmente Maestro provoca?; ¿crea tensión?; ¿nos muestra las contradicciones del personaje?. A pesar de un despliegue técnico muy bien logrado —la fotografía de Matthew Libatique y el montaje son exquisitos—, la cinta falla en general al tratar de explorar psicológicamente al protagonista, quien es representado más que nada como un hedonista cuyo genio creativo queda en segundo o hasta tercer plano.
Imagen: Sikelia Productions, Amblin Entertainment, Fred Berner Films, Netflix, Lea Pictures |
Cooper es un tipo que está obsesionado con ganar un Óscar. Su nueva obra parece estar diseñada específicamente para ello, ya que no por nada participa en tantas áreas de la producción. Su obsesión lo llevó a la vida de Bernstein, figura fundamental de la música clásica contemporánea, que incluso Steven Spielberg estuvo cerca de llevar a la pantalla grande —ahora funge como productor del filme—. Siguiendo la línea temática de Nace una Estrella (A Star is Born, 2018), sobre la relación de un artista con su don musical, Cooper opta en esta ocasión por un acercamiento un poco menos amigable para retratar ciertos momentos de la existencia del compositor. El problema es que el enfoque es más que desatinado en buena parte de la historia.
Maestro escoge de forma estratégica varios momentos de la vida de Bernstein, desde su inesperado debut como director de orquesta hasta la muerte de Felicia a causa del cáncer. De nuevo, como muchas películas biográficas recientes, comete el error de encapsular toda una vida en poco más de dos horas. Oppenheimer (2023), por ejemplo, enfocó sus tres horas en la creación de la bomba atómica y la posterior persecución que sufrió el protagonista por su pasado político. La visión de Cooper y el coguionista Josh Singer resultó demasiado ambiciosa como para poder retratarla. Pero ese es un problema menor comparado con lo que decidieron mostrar en pantalla.
Imagen: Sikelia Productions, Amblin Entertainment, Fred Berner Films, Netflix, Lea Pictures |
Bernstein es considerado uno de los compositores más importantes en la historia de Estados Unidos; su genio ha sido motivo de fascinación por décadas. Sin embargo, Cooper y Singer apenas nos dejan dar un vistazo al don musical de su sujeto de estudio; en su lugar, la trama se centra en los aspectos más morbosos y sórdidos de su vida privada, específicamente, sus relaciones extramaritales con hombres. En Oppenheimer —sí, la constante comparación puede resultar odiosa, pero la aclamada cinta es, probablemente, uno de los mejores ejemplos en el género biográfico en tiempos recientes—, Nolan tampoco duda en meterse en la vida privada del científico, pero la diferencia radica está en que estos momentos contribuyen al relato; en Maestro, estos constantes episodios no solo son redundantes, sino que no dicen demasiado acerca del personaje en cuestión.
Por suerte, Carey Mulligan evita que el filme se convierta en un completo desacierto gracias a su formidable actuación. La siempre cumplidora actriz hace palpable la frustración de una mujer decepcionada de sí misma y abrumada por el estilo de vida de su esposo. Su personaje es el que goza de mayor desarrollo y complejidad; sus líneas son las mejor escritas, y la manera en que las entrega redondea el aspecto más fascinante y mejor logrado de Maestro. La película transita sus instantes más brillantes cuando ella está en pantalla. Y claro, su trabajo termina por opacar del Bradley, que raya en la sobreactuación casi todo el tiempo.
Imagen: Sikelia Productions, Amblin Entertainment, Fred Berner Films, Netflix, Lea Pictures |
Maestro, la gran apuesta de Netflix para esta temporada de premios, falla al hacer un retrato de la vida de Leonard Bernstein, sobre todo de su faceta creativa. Resulta imposible no mencionar Tár (2022), que verdaderamente nos deja ver cómo el don musical se convierte en una pesadilla y una enorme carga para la protagonista. En ambas nos encontramos con dos narcisistas cuya enajenación termina por lastimar a aquellos alrededor suyo. Pero lo que Maestro no tiene es esa indagación exhaustiva en la personalidad de Bernstein, que al final queda solamente como un tipo con una enorme libido y un acento chistoso.
Maestro está disponible en Netflix.
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