Crítica - Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo: lo maravilloso de la insignificancia

Hace unos meses, en La Peor Persona del Mundo (Verdens Verste Menneske, 2021), Julie, la protagonista, se enfrentaba a una crisis existencial a sus 30 años. Insatisfecha con sus elecciones profesionales y su vida romántica, una seguidilla de decisiones inesperadas la lleva por un camino distinto, que, a la larga, tampoco termina por ser el que había esperado. Darse cuenta de que poco o nada ha ocurrido en su existencia se vuelve su mayor preocupación; sin embargo, con los golpes de la vida a los que se enfrenta, la joven entiende finalmente que eso es lo bello de vivir: fracasar y volver a intentarlo. Nadie dijo que sería sencillo, y eso es precisamente a lo que se enfrenta Evelyn (Michelle Yeoh) en Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo (Everything Everywhere All at Once, 2022), un desfachatado alucine visual y narrativo que, en el fondo, celebra lo maravilloso de la insignificancia.

Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo critica
Imagen: A24, Gozie AGBO Productions, IAC Films, Ley Line Entertainment, Year of the Rat

Evelyn es una mujer madura dueña de una lavandería. Lidiar con la presión de todos los integrantes de su familia y con un negocio en medio de una auditoría fiscal son demasiado para ella. Enfrentada por distintas razones con Joy (Stephanie Hsu) su hija; Gong Gong (James Hong), su papá, y con Waymond (Ke Huy Quan), su esposo, Evelyn se las arregla como puede. Cuando llega el día de presentar las cuentas ante una severa y poco paciente inspectora (Jamie Lee Curtis), una versión de Waymond de otro universo aparece de pronto y le hace una increíble revelación: todo el multiverso está en peligro de colapsar debido a la presencia de un ser maligno llamado Jobu Tupaki, y ella parece ser la única capaz de detenerlo. Incrédula, continúa prestando atención a la auditoría, pero cuando se ve envuelta en una serie de extraños sucesos, no le queda más remedio que involucrarse en una peligrosa y extraordinaria aventura por distintos universos.

Solo de esta manera podían Daniel Kwan y Daniel Scheinert conocidos en conjunto como Daniels— dar un paso hacia delante tras la irreverente Un Cadáver para Sobrevivir (Swiss Army Man, 2016). Más allá de su disparatada premisa un tipo y un flatulento cadáver hacen hasta lo imposible para lograr la supervivencia del primero tras quedar varado en una isla desierta se encontraba una tierna historia de amistad masculina. Ahora, en Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo, con mayor experiencia y habilidades narrativas más pulidas, Daniels consiguen unir otro concepto inusual con un relato muy emotivo, que ahora va sobre asimilar las derrotas personales y encontrar lo bello de vivir cuando pareciera que lo único que deseamos es volver a empezar.

El concepto del multiverso, por supuesto, es más que ordinario ya en el panorama cinematográfico. Explotado con resultados diversos por el cine de superhéroes, la fascinación por él reside más en posibilidades efímeras y en las expectativas de los fans. Daniels, en cambio, utilizan la teoría sobre las infinitas versiones de uno mismo para desarrollar el conflicto existencial de una mujer que desearía ser cualquiera menos "la que le tocó". Así, los directores nos llevan por un rimbombante viaje de autodescubrimiento que explora de forma efectiva una variedad de temáticas, desde la complejidad de la relación entre una madre presa de sus inseguridades y una hija ofendida por el conservadurismo de sus seres queridos hasta las dificultades de una familia inmigrante viviendo en el Estados Unidos de la actualidad.

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Imagen: A24, Gozie AGBO Productions, IAC Films, Ley Line Entertainment, Year of the Rat

Yeoh reconocida internacionalmente, principalmente, por El Tigre y el Dragón (Crouching Tiger, Hidden Dragon, 2000) es el corazón de la película. Como Evelyn, esta nos regala una formidable actuación muy al nivel de la de Renate Reinsve en la más reciente obra de Joachim Trier. Pero es la demanda física de su papel lo que la separa de la noruega. Como un filme de artes marciales, Yeoh, con amplia experiencia en este apartado, sorprende por su agilidad y por lo creíbles que resultan sus movimientos en pantalla. Irónicamente, es cuando se nota más vulnerable que la actriz cautiva por completo. Expuesta a diversas presiones a lo largo de la historia, Evelyn se muestra al borde del precipicio en muchas ocasiones, y es ahí en donde Yeoh hace de su personaje uno sumamente entrañable.

Pero su contraparte masculina no se queda nada lejos. Quan famoso por su papel en The Goonies (1985) hace tantos años nunca queda opacado por la presencia de Yeoh, al contrario, se trata del complemento perfecto para ella, ya sea en su versión de apacible esposo o de héroe de artes marciales. El guion de Daniels también le da el espacio suficiente para crecer como personaje, llevándolo en su propio viaje existencial. Curtis y Hsu igualmente dejan un buen sabor de boca con sus papeles, sobre todo esta última, quien interpreta a una adolescente lastimada por las acciones y las palabras de su madre, conflicto que Daniels consiguen darle un giro muy interesante para aumentar la tensión narrativa.

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Imagen: A24, Gozie AGBO Productions, IAC Films, Ley Line Entertainment, Year of the Rat

El estilo visual de este par de directores encuentra su máxima inspiración en el multiverso, excusa perfecta para realizar un despliegue de todo tipo de recursos, uno más estrafalario que el otro la mayoría resueltos con efectos prácticos. Lo absurdo resulta fascinante en cada secuencia; personas que expulsan confeti al explotar y frenéticas secuencias inspiradas en el wuxia películas de artes marciales chinas son solo algunos de los ingredientes de este festín visual. El ADN de Rick and Morty (Justin Roiland y Dan Harmon, 2013-a la fecha) se puede identificar a lo largo de la cinta; si bien apenas hay unos cuantos detalles de ciencia ficción en el relato, el tono cómico, demencial y caótico de cada secuencia nos acerca a la aclamada serie animada que también juega mucho en el multiverso.

Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo es precisamente eso, un lugar en donde las artes marciales, el drama, la comedia, la fantasía y las referencias a filmes tan distintos entre sí como Matrix (1999), In the Mood for Love (2000), Ratatouille (2007), 2001: Odisea del Espacio (2001: A Space Odyssey, 1968) y Kill Bill: Volumen 2 (Kill Bill: Volume 2, 2004) confluyen; y ni siquiera hemos mencionado la que es posiblemente la escena más conmovedora protagonizada por piedras de toda la historia. En esta película, y en la vida, no importa si somos el peor ser del multiverso, siempre habrá algo en lo que destaquemos. Aceptar nuestra vida y encontrar lo maravilloso en ella es nuestra misión. Con su nueva obra, que, es cierto, puede ser abrumadora por momentos, Daniels nos recuerdan que está bien ser un desastre, siempre y cuando sea nuestro desastre. Ya habrá tiempo para arreglarlo.

Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo se encuentra actualmente en cartelera.

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