Crítica - Doctor Strange en el Multiverso de la Locura: Sam Raimi se hace notar en lo nuevo de Marvel

La libertad creativa: la eterna discusión alrededor de la contratación de grandes nombres para dirigir las películas del MCU. Notables han sido los casos de renombrados cineastas que decidieron hacerse a un lado por "diferencias creativas": Edgar Wright, Patty Jenkins, Ava DuVernay... Por todos es sabido que el control de cada una de las entregas de los Estudios Marvel recae sobre el productor Kevin Feige; sin embargo, en los últimos años, uno que otro director ha logrado inyectar aunque sea un poco de su estilo en este universo fílmico, y ese es el caso de Sam Raimi (El Despertar del Diablo, Arrástrame al Infierno), quien presenta una de las cintas de Marvel más diferentes hasta ahora, dotándola de cierta carga de terror y de los terroríficos visuales tan característicos de su obra. 

Doctor Strange en el Multiverso de la Locura critica
Imagen: Marvel Studios

Después de ayudar a Spider-Man a cerrar un portal al multiverso, Doctor Strange (Benedict Cumberbatch) se convierte ahora en protector de América Chávez (Xóchitl Gómez), una joven con el poder de viajar por el multiverso perseguida por una entidad misteriosa. Para ello, Strange acude a Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen), quien, después de ser consumida por el libro oscuro conocido como Darkhold, ahora se hace llamar la Bruja Escarlata. Desconfiado, Strange y Wong (Benedict Wong), el hechicero supremo, se retiran a la fortaleza Kamar-Taj, donde deben montar una defensa para evitar que el poder de América caiga en las manos equivocadas.

Después de un receso de nueve años, Sam Raimi vuelve al cine, específicamente a los géneros donde más se siente cómodo: el de superhéroes y el de terror. Catalogar Doctor Strange en el Multiverso de la Locura (Doctor Strange in the Multiverse of Madness, 2022) como parte de este último sería demasiado osado; sin embargo, hay trazos en ella que no solo nos remiten a este cine, sino a la propuesta única del director estadounidense. Si bien la vigesimoctava película del Universo Cinematográfica es convencional en todo sentido, y se ajusta en su mayor parte a la fórmula establecida desde el comienzo, las contribuciones de Raimi le permiten destacarse del resto.

Desde su anuncio, Multiverso de la Locura llamó la atención no solo por la supuesta primera incursión de Marvel en el cine de terror Los Nuevos Mutantes (The New Mutants, 2020) lo hizo hace un par años; y aunque no siendo parte del MCU, el resultado fue convincente, sino por las posibilidades que esto abría para la gran narrativa que Marvel ha venido construyendo durante los últimos 15 años. Al final, la película no se decanta por completo por ninguna de las dos intenciones, pero la realidad es que consigue algo todavía más atractivo: ahondar en los traumas de sus protagonistas y darle espacio a Raimi para jugar con estos personajes, poniendo sobre la mesa varias de sus propias reglas

Doctor Strange en el Multiverso de la Locura critica
Imagen: Marvel Studios

Multiverso de la Locura es otra cinta más de fantasía y acción dentro de este ya megapoblado universo de superhéroes; la diferencia radica en los instantes en que Raimi despliega su estilo, envolviendo a los personajes en situaciones espeluznantes, principalmente a Wanda, quien se nos presenta ahora como una madre afligida por haber quedado separada de sus hijos. El director y el guion de Michael Waldron (Loki, Rick and Morty) la transforman en un ser horripilante en todo sentido. Sus constantes intervenciones, que tratan hacerla pasar por el "monstruo" o "demonio" de cualquier película de terror, nos remiten a El Despertar del Diablo (The Evil Dead, 1981) y Arrástrame al Infierno (Drag Me to Hell, 2009), donde fuerzas demoniacas persiguen a personajes que, a pesar de ser los "buenos", también llevan algo de maldad o curiosidad por ella dentro.

Esto, por supuesto, lleva a Raimi a exprimir al máximo los límites de violencia gráfica permitidos por un estudio que, hasta ahora, no se ha atrevido a ir más allá si hablamos de clasificación; y no es que lo haya necesitado, pero vaya que la brutalidad si es que se le puede llamar así de muchas escenas nunca antes se había visto en el MCU. Y aunque valiéndose en su totalidad de efectos generados por computadora, hay algo ciertamente terrorífico de ver a una Wanda empapada de sangre deambulando por pasillos subterráneos dispuesta a aplastar o cercenar los cuerpos de cualquiera que se ponga en su camino. 

Doctor Strange en el Multiverso de la Locura critica
Imagen: Marvel Studios

Desafortunadamente, la película no toma ningún otro riesgo en otro apartado. El desenlace, con una batalla entre el "bueno" y el "malo", es como en cualquier otro título de Marvel; y la acción y las persecuciones suelen opacar las pocas oportunidades que hay de profundizar en los conflictos internos de los personajes. Pero, aun así, es bueno ver al estudio preocuparse más por los antagonistas; el regreso del Duende Verde y la aparición de Wenwu en Spider-Man: Sin Camino a Casa (Spider-Man: No Way Home, 2021) y Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos (Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings, 2021) han traído consigo arcos de villanos con motivaciones más interesantes y retorcidas que apoderarse del mundo. De igual manera, el de la cinta en cuestión nos permite explorar la negación y los traumas del pasado, problemas recurrentes en las series de Marvel estrenadas durante los últimos meses en Disney+.

Y ese es precisamente el núcleo de la historia. Aunque buena parte de la crítica hacia el filme se ha centrado en la supuesta poca atención en Doctor Strange, su desarrollo conduce a otro terrible descubrimiento por parte del protagonista: sus errores lo perseguirán para siempre, no importa en qué universo se encuentre. La aparición de América, por supuesto, supone una oportunidad de darle  herramientas a alguien con un gran de poder para evitar que tome decisiones de las que pueda arrepentirse en el futuro.

Otro elemento destacado es la música de Danny Elfman su segunda vez en el MCU. El aclamado compositor nos regala piezas con influencias rock que se acoplan muy bien como leitmotiv de Wanda. Pero es todavía más interesante cuando responde directamente a lo que ocurre en pantalla; una de las batallas del final, en donde, literalmente, los personajes pelean con partituras musicales, le da rienda suelta a Elfman para jugar con el volumen y la extensión de las notas.

Multiverso de la Locura podrá estar corta en cuanto a sustos y cameos, pero no hay duda de que, como pocas veces como con Taika Waititi y James Gunn, podemos ver el estilo particular de un director combinarse muy bien con las herramientas que el estudio ha puesto a su disposición. Ni siquiera la multipremiada Chloé Zhao o el clasicista Kenneth Branagh pudieron distinguirse como Raimi lo ha hecho bajo la estricta tutela de Marvel; en pocas palabras, ha podido superar en cierta medida todas las limitaciones impuestas por sus jefes. De volver a una hipotética tercera parte de la franquicia, o a cargo de cualquier otra propiedad, será interesante ver cómo Raimi vuelve al ruedo si se le da todavía más "libertad".

Doctor Strange en el Multiverso de la Locura se encuentra actualmente en cartelera.

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