Reseña - La Red Avispa: un confuso y anticlimático relato de espías

En lo que va del siglo, Olivier Assayas se ha convertido en uno de los cineastas franceses más prolíficos. Invitado habitual de los festivales de Cannes y Venecia, el director encontró en los últimos años una fórmula de bajo perfil con la que nos ha adentrado en las distintas implicaciones de una vida dedicada a distintas vertientes del mundo del entretenimiento y el arte.

Meditando sobre la diferencia entre ambos e incluso añadiendo inesperados elementos sobrenaturales, de alguna u otra forma conseguía captar la atención de su público. Pero ahora, con La Red Avispa, su nueva cinta, Assayas sale completamente su zona de confort para internarse en el peligroso mundo de los "hechos reales". El resultado es, tristemente, una de sus peores películas hasta ahora.


René (Édgar Ramírez), un piloto cubano, se va del país dejando a su esposa Olga (Penélope Cruz) y pequeña hija detrás. En breve se revela que este ha llegado a los Estados Unidos para unirse a un movimiento de apoyo a los balseros que también desean escapar de la isla. Mientras hace su nueva vida lejos, Olga lidia con una situación cada vez más insostenible en casa.

Al mismo tiempo, Juan Pablo (Wagner Moura), otro piloto cubano, también cambia de bando y llega al país para unirse a la misma causa. Pero al relacionarse con más disidentes cubanos, ambos pronto descubren que no todos tienen el mismo propósito, lo que deja al descubierto su verdadero objetivo en el extranjero.

En busca de diversificar su plataforma, Netflix ha traído a bordo a distintos autores para dar rienda suelta a su creatividad y trabajar libremente. Spike Lee, Alfonso Cuarón, Martin Scorsese y ahora Olivier Assayas han encontrado en la compañía un refugio para desarrollar algunas obras que otros estudios simplemente no se hubieran atrevido a financiar por distintas razones.

En el caso del francés, la prueba ha sido por demás extraña. La Red Avispa, conformada por buena parte del mejor talento hispanoamericano disponible en estos momentos, sucumbe rápidamente por la forma tan peculiar en la que el director y también guionista ha decidido conducir la trama.

La cinta comienza planteando un cuestionamiento válido y con serias implicaciones morales y afectivas: ¿vale la pena luchar por la patria a costa del bienestar de la familia? René, uno de los protagonistas, debe tomar esta dolorosa decisión. Y aunque esta parece ser la premisa de la historia, no pasa mucho tiempo antes de que descubramos que realmente estamos ante un filme más político, el cual enseguida se olvida del aspecto psicológico de los personajes, dando paso a una caótica y ciertamente confusa narrativa de espías, traiciones y corrupción.


Casi de la nada, Assayas comienza a introducir un personaje tras otro, creando un universo serpentino en el que resulta sumamente sencillo perderse. Mientras vemos cómo René empieza a involucrarse involuntariamente con actividades ilegales, el director nos obliga ahora a voltear hacia Juan Pablo, quien realmente nunca sabemos de quién se trata o de dónde se salió.

La subtrama que lidera, a lado de una totalmente desperdiciada Ana de Armas como su amante, acapara buena parte de la primera mitad, solo para cortarse de tajo con un desenlace que apenas parece el verdadero comienzo del drama. Desafortunadamente, el director opta por el camino fácil y prefiere revelar el destino final de estos individuos con las típicas frases como: "Ana Margarita ahora vive sola en Miami" o "Juan Pablo fue condecorado como héroe de la nación" antes de que salgan los créditos. La decisión es más que cuestionable.

La trama se complica todavía más cuando surge la verdadera "Red Avispa", una operación secreta en la que Juan Pablo y René están metidos. Basada obviamente en hechos reales, Assayas pierde demasiado tiempo en tratar de apegarse a la realidad lo más posible. Toda una secuencia dedicada a un ataque terrorista en Cuba perpetrado por un personaje que solo aparece en esta es tan poco climática como ridícula en varios sentidos, sobre todo por el pobre uso de efectos especiales.

Aquí también entra Gael García Bernal como un dedicado espía cubano. Con una actuación plana y poco relevante, este papel sin duda quedará en el olvido en breve.


Lo que parecía ser el núcleo de La Red Avispa en un principio vuelve a resurgir por ciertos lapsos, pero quedándose igualmente a la deriva. Penélope Cruz hace un buen trabajo interpretando a una mujer cubana afligida tanto por las decisiones de su esposo como por las que ella tiene que tomar para evitar que su familia se desintegre por completo. Si bien su actuar a veces pone en duda los ideales que dice seguir en un comienzo, la actriz hace lo posible por darle credibilidad al personaje diseñado por Assayas.

Quizá lo más extraño de esta obra es la mezcla de acercamientos que el realizador hace para abordar su relato. Lo que empieza como una película de pronto se asemeja a una serie de los 60, con todo y una súbita narración extradiegética que trata de darle cohesión a los hechos.

Luego, la inclusión de escenas reales y la crónica de los acontecimientos nos hace pensar en un enfoque documental. Esta fusión, por más vanguardista que suene, termina por ser el tiro de gracia en una cinta que no parecía tener un rumbo definido desde el inicio.

En La Red Avispa, en lugar de una intrincada historia de intriga política con un rompimiento familiar de por medio, Assayas entrega algo confuso y problemático. La sobrecarga de información, la ausencia de coherencia, lastimada muchas veces por una edición poco convencional, y una exótica selección musical (en el mal sentido) hacen de esta película un ejercicio desgastante y fútil.

Siempre es bueno buscar nuevos horizontes en cuanto al arte se refiere, pero tal parece que el francés se ha perdido en el camino.

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