Reseña - Star Wars: El Ascenso de Skywalker: un mediocre y complaciente final para la saga

"Deja el pasado atrás. Mátalo si es necesario". Las palabras de Kylo Ren (Adam Driver) en la tan injustamente criticada Los Últimos Jedi no son más ya que un lejano eco de algo que pudo ser. Ahora, en El Ascenso de Skywalker, el pasado vuelve a la velocidad de la luz destruyendo prácticamente todo a su paso, incluido lo que Rian Johnson construyó tan cuidadosamente hace unos años.

La saga de los Skywalker, con altos y bajos durante más de 40 años de historia, ha concluido finalmente, pero un sabor agridulce queda en quienes no hace mucho veían un futuro promisorio en una franquicia que se reinventaba a sí misma. En su lugar, el temor se ha apoderado de ella, el lado oscuro ha ganado.

Tiempo después de haber escapado de la aniquilación total a manos del Líder Supremo Kylo Ren, Leia Organa (Carrie Fisher) supervisa nuevamente la construcción de una célula de la Resistencia para tratar de detener los planes de dominación galáctica de la Primera Orden. Mientras Poe (Oscar Isaac) y Finn (John Boyega) llevan a cabo peligrosas misiones en busca de un punto débil de sus enemigos, Rey (Daisy Ridley) continúa su entrenamiento para convertirse en una Jedi.

Pero una nueva amenaza para ambos bandos parece surgir en un rincón olvidado de la galaxia. Decidido a eliminar cualquier cosa que pudiera interponerse en sus planes, Kylo Ren viaja a un misterioso y lúgubre planeta, donde encuentra un peligroso y maligno vestigio del pasado.


La historia ya la sabemos. Los Últimos Jedi desató la ira de los fans más puristas de Star Wars al ver a su querida saga siendo "retorcida" por el director Rian Johnson, quien en breve se convirtió en su enemigo público número uno. Disney, preocupado por ellos (¿o más bien por un posible fracaso financiero?) escuchó con atención y puso manos a la obra.

J. J. Abrams, creador de la formulaica pero efectiva a fin de cuentas El Despertar de la Fuerza, fue llamado nuevamente para tratar de corregir el rumbo y darle un final satisfactorio a una de las propiedades más preciadas y lucrativas de la casa del ratón. El resultado es precisamente todo lo que no se debió hacer tras las bases sentadas por Johnson: un mediocre, complaciente y sumamente tímido desenlace que provoca cero emociones.


¿Por dónde empezar? El principio suena como una buena idea, pero el de El Ascenso de Skywalker deja mucho que desear. Las revelaciones iniciales (ya conocidas por cualquier persona enterada aunque sea un poco de lo que ocurre en este universo multimedia) son un paso enorme y totalmente fallido que nos hace pensar que hubo otra película entre Los Últimos Jedi y esta.

¿De dónde salió esta nueva amenaza? ¿Dónde quedó la construcción de toda la situación? Abrams y el guionista Chris Terrio se niegan a responder a estas preguntas con argumentos, pero sí con unas cuantas líneas en el opening y con las declaraciones del nuevo (y viejo) villano. Con este absurdo, las cosas se ponen en movimiento, pero solo se ponen peores.


La muerte de Carrie Fisher fue un duro golpe para todos los fans de Star Wars, así como para quienes trabajaron con ella dentro de este universo, pero también para quienes estuvieron a cargo de la narrativa. ¿Cómo demonios le darían resolución a su icónico papel?

Abrams, quien supuestamente tenía grandes planes para ella en este noveno episodio, dispone de escenas no utilizadas para darle cabida a como dé lugar a la general. Irónicamente, su presencia en la película se siente como un vacío enorme.

Presenciar a los personajes hablar con la nada es triste y ridículo. La incomodidad comienza a apoderarse de la trama desde muy temprano. Este pequeño tributo a Fisher sin duda tuvo las mejores intenciones, pero la ejecución resultó pésima.

Por primera vez, los tres nuevos héroes de esta trilogía emprenden una aventura en conjunto después de haberlo hecho por separado o en parejas en los episodios anteriores. Su dinámica es decente, ofreciendo algunos momentos cómicos por ahí, y otros de drama por allá, pero nada extraordinario si somos honestos.

Rey es probablemente la mejor parte de la cinta; a pesar del conflicto contradictorio a lo ya establecido que se inserta en el desarrollo de su personaje, Ridley hace un buen trabajo como la nueva y habilidosa Jedi. El porte que proyecta en la heroína es de reconocer, pero las situaciones en las que constantemente se ve involucrada tampoco la dejan brillar del todo.

A fin de cuentas, este nuevo grupo de personajes no pasará a la historia en conjunto, y algunos de ellos francamente quedarán en el olvido rápidamente.


Y hablando de personajes, vaya que hay demasiados en El Ascenso de Skywalker, otro de sus más grandes problemas. Tanto los buenos como los malos ven sus filas crecer con nuevos elementos, la mayoría irrelevantes a decir verdad. Zorri Bliss (Keri Russell), una quién sabe que y vieja conocida de Poe aparece simplemente para llevarlos a un lugar. El general Pryde (Richard E. Grant) es otra caricatura de villano en forma de títere. Jannah (Naomie Ackie), un pretexto para darle algo así como un origen a Finn, tampoco tiene más que hacer.

Y así podemos seguir... Aunque todavía faltan los regresos de las caras conocidas, algunos sorpresivos, otros no tanto. Lo cierto es que ninguno resulta impactante en lo absoluto. ¿Y dónde quedaron las tan sonados Caballeros de Ren? Otra tremenda decepción.

Pero es realmente en la necesidad de revivir el pasado donde la película pierde el rumbo. Los parches en la historia son notorios. Este final en sintonía con la tradición de Star Wars llega con la idea de apagar un aparente incendio tratando de complacer a todo el mundo, lo que resulta en una insatisfactoria resolución del arco narrativo de cualquier cantidad de personajes.

Teniendo la oportunidad de haber hecho algo verdaderamente osado, Disney convierte el conflicto en algo previsible y tonto.


Por si fuera poco, el filme es probablemente el más aburrido de esta trilogía, y quizá de toda la saga. Cuando una impresionante batalla espacial está por comenzar, apenas y vemos unos fragmentos de esta. Cuando parece que un épico combate está por darse, un corte nos lleva a otro lado.

Abrams parece más comprometido con que entendamos los tediosos detalles de su historia en lugar de maravillarnos con asombrosas secuencias, las cuales quedan ausentes en esta ocasión. En las precuelas al menos había espectaculares batallas espaciales y de sables de luz. Vamos, incluso Johnson supervisó un gran momento de acción con la batalla entre Kylo y Rey y los guardias de Snoke.

El Ascenso de Skywalker es la peor película de la nueva trilogía, el trabajo menos memorable de Abrams, y el final más obvio que pudo haber tenido la saga. ¿Qué más se puede decir de una película en la que la mejor parte fue un pequeño alienígena cuyas intervenciones fueron generadoras de risas en todo momento? Babu Frik ha llegado para hacerle competencia a Yoda Bebé.

Esto, por supuesto, no es el final de Star Wars. La gente seguirá consumiendo su contenido y esperando más historias situadas en este universo. El capítulo de los Skywalker se ha cerrado, y ya sea para bien o para mal, es momento de hacer borrón y cuenta nueva. ¿Considerará Disney volver a hacer algo arriesgado si la taquilla no es la esperada? ¿Contratarán mentes creativas y las dejarán trabajar en paz? ¿Puede Star Wars volvernos a enamorar? Como diría cierto sabio: "Imposible de ver, el futuro es".

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