Jurassic World: El Reino Caído, el punto más bajo de la franquicia

La resurrección de franquicias cinematográficas no es algo sencillo. Algunas como Star Wars no solo han visto fluir millones en la taquilla, sino que han encendido nuevamente una llama que se creía apagada para siempre, a pesar de que los fans y la crítica se han dividido enormemente. Pero otras sencillamente han arruinado la esencia de lo que representaban, como Terminator y Jurassic Park, las cuales han vuelto a los cines con nuevos y terribles capítulos. Esta última renació con Jurassic World en 2015, una pobre reinterpretación del clásico de Steven Spierlberg que en ningún momento llegó a causar el mismo asombro de aquella. Ahora, El Reino Caído, la secuela, deja en claro que seguir contando esta historia ha sido la peor decisión, pues el resultado es un ridículo melodrama que carece de cualquier tipo de emoción real.

Años después del desastre en Jurassic World, Claire Dearing (Bryce Dallas Howard), ex directora de operaciones del parque, se ha convertido en líder de una iniciativa para salvar a los dinosaurios de la Isla Nublar, los cuales están en riesgo de extinción debido a una inminente erupción volcánica. Al ser contactada por Benjamin Lockwood (James Cromwell), ex colaborador y amigo de John Hammond; y Eli Mills (Rafe Spall), su mano derecha, Claire logra asegurar el financiamiento de una operación de rescate, por lo que acude a Owen Grady (Chris Pratt), ex domador de dinosaurios y con quien escapó durante la catástrofe de años atrás, para que la acompañe Así, junto a miembros de su equipo, Claire parte a la isla en medio de un ambiente peligroso y sin sospechar de la verdadera razón por la que ha sido enviada.


Resulta extraño saber que un tipo como Juan Antonio Bayona, quien sabe manejar un blockbuster y no hace mucho emocionó al público con su drama familiar Un Monstruo Viene A Verme, esté a la cabeza de este desastre. Era iluso pensar que Universal solo había traído de vuelta la franquicia para una sola entrega, pero ahora desearíamos que nunca lo hubieran hecho, pues esta nueva trilogía (sí, la tercera parte ya está confirmada) reúne en un par de horas, las cuales se hacen eternas, todos los clichés que hayamos visto alguna vez. Patéticos elementos, como el apresurado beso en medio del caos o la "inesperada" revelación, nos hacen recordar porque en ocasiones odiamos a Hollywood. El Reino Caído es la peor película del año dado el talento involucrado.

Pratt y Howard vuelven a encarnar a sus poco memorables personajes sin algún tipo de arco narrativo. Su química es nula, así como su desarrollo durante la trama. Como en todas las cintas de la saga, los protagonistas son acompañados por un séquito con peculiares personalidades y una que otra habilidad. En esta ocasión nos encontramos con Zia (Daniella Pineda) y Franklin (Justice Smith), dos preocupados jóvenes adultos que no hacen más que aportar alivio cómico o un apoyo práctico para los héroes. Su participación es irrelevante y meramente de relleno. Y a sabiendas de la nula conexión que estos individuos tendrían con el espectador, Bayona y sus guionistas, incluido Colin Trevorrow, director de la anterior y quien fue despedido del Episodio IX no hace mucho, conciben a Maisie (Isabella Sermon), nieta de Lockwood y quien se une al grupo de Owen y Claire de manera accidental solo para inyectar una pobre dosis de drama y tener un pretexto para introducir uno de los giros de tuerca más ridículos que se hayan visto en la historia del cine contemporáneo.


Y todavía no hemos hablado de todos los personajes. Mills es el típico villano capitalista obsesionado con el dinero y que hará lo que sea con tal de obtener ganancias. Geraldine Chaplin, la legendaria actriz española, es relegada a un papel terciario al que se le intenta dar algo de importancia sin éxito. Así como aparece, Chaplin desaparece de la nada en la trama. También somos testigos del regreso de Ian Malcolm (Jeff Goldblum), quien tampoco tiene una participación activa en la historia. Así, a Bayona no le queda más remedio que recurrir al asombro de los dinosaurios para generar algún tipo de interés. Desafortunadamente, esto tampoco funciona, pues no podemos encontrar ninguna secuencia realmente asombrosa o terrorífica, ni siquiera aquella de la erupción volcánica. Más bien nos topamos con un frío espectáculo generado por computadora. Lejos quedaron los días en los que unos temibles velociraptors acechaban a unos indefensos niños en un enorme comedor.

Mostrando una nula creatividad, las mentes maestras de la franquicia parecen querer replicar la fórmula de la trilogía anterior. En la película de hace tres años, los protagonistas recorren el parque y los alrededores tratando de sobrevivir; ahora, los "héroes" regresan a la civilización para contrarrestar los planes de una compañía sin escrúpulos. ¿Familiar? El Reino Caído es una pobre exhibición de todo el poder de Hollywood. Apelando a recursos narrativos muy flojos y una falsa sensación de asombro, la cinta lleva al precipicio a esta propiedad, la cual seguramente recibirá su tiro de gracia con la sexta entrega en el futuro cercano. Esperemos que así sea.

Comentarios