Guasón 2: Folie à Deux (Joker: Folie à Deux, 2024) es la antítesis de todo lo que fue la primera, para bien y para mal. He aquí un cuasimusical y drama legal en el que el protagonista casi idolatrado por su soledad y algunas otras polémicas características cae rendido ante los encantos de una joven que quizá está tan zafada como él. Nada más lejano a la rabia que emanaba de la película anterior y el singular retrato psicológico que ganó el León de Oro en Venecia y un Óscar para Joaquin Phoenix. Las interpretaciones políticas y sociales alrededor de este Guasón dieron mucho de qué hablar tanto a defensores como detractores; ahora, con la secuela ya en cines, ambos frentes parecen haber dejado sus diferencias atrás para criticar juntos la falta de chispa en una cinta que nunca consigue justificar su existencia.
Imagen: DC Entertainment, Joint Effort, Warner Bros. Pictures, Village Roadshow Pictures |
Si bien el rechazo a que esta segunda parte fuera un musical resultó generalizado, la idea de tener a Phoenix compartiendo escena con una gran cantante como Lady Gaga vaya que sonaba exquisita. Dos grandes fuerzas artísticas colisionando en pantalla y demostrando su talento sería algo imperdible; solo hacía falta un buen guion para hacerles justicia. Desafortunadamente, este no fue el caso, y con unos cimientos tan endebles, no tiene que pasar mucho tiempo para que nos demos cuenta del vacío que hay debajo de las buenas actuaciones, porque, aceptémoslo, aquí los actores no son el problema, sino la escritura tan plana encargada de diseñar sus personajes y las situaciones tan poco inspiradas de la película.
Empecemos con el apartado musical. Folie à Deux presenta una variedad de canciones de antaño que el director Todd Phillips usa como una especie de monólogo interior para explorar el sentir de los protagonistas en determinado momento y crear así un mundo de fantasía. Cabe destacar que el equipo siempre se mostró reacio a declarar que, en efecto, la cinta era un musical, quizá para no espantar al público en general. Pero viéndola queda claro por qué: los números son muy sencillos y casi nunca se notan los millones del presupuesto. La promesa de romper las barreras entre musical y drama nunca se cumple. Además, la forma en que surgen dentro de la trama rara vez se siente orgánica, pues el hecho de que ocurran en la mente de los personajes los hace sentir algo inconexos, reiterativos y hasta irrelevantes. La elección de canciones tampoco resulta muy emocionante que digamos.
Imagen: DC Entertainment, Joint Effort, Warner Bros. Pictures, Village Roadshow Pictures |
Pero el mayor problema del filme reside en el guion, que se esfuerza sin mucho éxito en encontrar una temática. La secuela se enfoca, claro, en la relación entre Arthur y Lee, y también en la opinión pública alrededor del nuevo villano y su eventual juicio. Lastimosamente, ninguno de estos puntos despierta demasiado interés. La trama se torna repetitiva muy pronto, arrojando una escena tras otra de Arthur desviviéndose por su amada. Las escenas de juicio tampoco ayudan mucho; el Harvey Dent de Harry Lawtey es completamente inservible para la historia, desaprovechando una gran oportunidad de darle fuerza a la parte legal con una confrontación más al estilo Anatomía de una Caída (Anatomie d'une Chute, 2023).
Phillips, tratando de alejar a su Guasón de aquella glorificación generada por cierto sector del público, entrega un personaje completamente distinto, casi negando la cinta anterior. La cuestión está en que esta versión tampoco es particularmente interesante. De alguna manera, el cineasta y su compañero coguionista Joel Silver consiguen hacer de este fascinante individuo uno muy aburrido y hasta predecible, cosa que a la anterior iteración no se le podía recriminar. Lady Gaga no puede hacer nada para mantener el barco a flote, aun cuando su voz y actuación son los puntos más fuertes de la película. Al final, Lee se percibe solamente como un accesorio; sus motivaciones se quedan en lo superficial.
Imagen: DC Entertainment, Joint Effort, Warner Bros. Pictures, Village Roadshow Pictures |
Por supuesto, en lo técnico, Folie à Deux vuelve a dejar un buen sabor de boca con su notable diseño de producción y la maravillosa fotografía, que nos regala planos de una oscura hermosura. Y si hay algo que reconocerle a Phillips es la valentía de haber ido en contra de las expectativas de los fans, sobre todo en un momento en el que el fan service, a costa de la calidad narrativa, ha sido catalizador de algunas de las grandes producciones este año. Desgraciadamente, su experimento emerge fallido por la falta de creatividad y la ausencia de una razón de peso para destruir el mito alrededor del Guasón que él creó —involuntariamente— hace unos años. Definitivamente, una secuela innecesaria.
Guasón 2: Folie à Deux está actualmente en cartelera.
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