Por ahí dicen que para triunfar en Hollywood hay que vender el alma, a veces por mucho, pero otras por nada. En De Noche con el Diablo (Late Night with the Devil, 2023), una de las películas de terror que más ha generado conversación en el último año, y que llega tarde pero seguro a cines de Latinoamérica, el dicho se materializa con una historia en la que la tragedia y la gloria se conjugan; dos ingredientes que se encuentran seguido en esta industria. Pero estamos ante una cinta de terror, por lo que el asunto de vender el alma se vuelve literal. El resultado es una obra con ciertos aspectos muy originales y que, a pesar de optar por otros muy comunes, sale avante con su propuesta de inmersión y un recordatorio del precio del éxito.
Imagen: Future Pictures, IFC Films, Image Nation, VicScreen, AGC Studios, Godd Fiend Films, Spooky Pictures, Cinetic Media |
El subgénero del found footage ya pasó sus días de bonanza, pero de vez en cuando nos encontramos con algunos cineastas independientes que hallan la forma de renovarlo con una idea original. Tal es el caso de los hermanos Cairnes, quienes presentan esta historia, en su mayor parte, como un programa de variedades nocturno, también conocido como talk shows. Esto le otorga cierta frescura a un filme que aborda por enésima vez en los últimos años el tema de la posesión demoniaca. El formato funciona porque logra lo que el género de terror pretende: hacernos sentir que estamos ahí. Que lo veamos en tiempo real permite que el espectador se sienta sintonizando en su sala lo que pronto se convertirá en la noche más terrorífica del año.
Pero lo que realmente nos engancha es David Dastmalchian como Jack Delroy, un carismático conductor cuyo pasado trágico y sentido del humor enseguida nos hace sentir una especie de ternura y lástima por él. El guion acierta al desarrollar más matices alrededor de su persona, los cuales van pintando una cara más cínica y oscura; un ser imperfecto embriagado por uno de los poderes más grandes en la era contemporánea: el rating. Esta intoxicación subraya la obsesión de la televisión por el shock —en este caso, a través de un episodio lleno de amarillismo y explotación— y la búsqueda de audiencia a costa del sufrimiento y la ética profesional; el éxito a pesar de todo y de todos.
Imagen: Future Pictures, IFC Films, Image Nation, VicScreen, AGC Studios, Godd Fiend Films, Spooky Pictures, Cinetic Media |
Los elementos satíricos de De Noche con el Diablo la emparentan con la también reciente MaXXXine (2024); ambas, aunque situadas en décadas distintas, externan ese ambiente de malestar y paranoia alrededor de lo desconocido que reinó en los 70 y los 80. Resulta curioso que las dos construyan su discurso sobre la influencia de lo anterior en los medios, tanto en el cine como la televisión. Pero mientras la obra de Ti West se enfoca en el puritanismo, la película en cuestión dirige su atención a la explotación; el rango nos permite identificar las múltiples facetas de una sociedad estadounidense en conflicto consigo misma. La empresa de los protagonistas por tomar el control de la narrativa y asegurar su éxito les une, aunque solo es la títular Maxine la que lo logra; Delroy enfrenta las consecuencias con el giro que los Craines nos presentan en el tercer acto.
Sin embargo, la ejecución del filme peligra en algunos momentos. Al principio, por ejemplo, con un prólogo que pone en contexto la situación en el país y del mismo protagonista prácticamente nos revela hacia dónde se dirigen las cosas con un detalle sobre el pasado de este último, por lo que la reveleción final no tiene el efecto deseado. Es así como la secuencia que sale del formato en el último acto, aunque visualmente convincente —y deudora a Carrie: Extraño Presentimiento (Carrie, 1976)—, funciona más como explicación que como una recompensa emocional que no saca a la luz algo más que no estuviéramos esperando ya. El estilo, entonces, termina por opacar la sustancia. La cinta pierde algo de tiempo cuando, por nombrar un instante, Delroy y los invitados examinan en cámara lenta varias de las grabaciones del programa de esa noche.
Imagen: Future Pictures, IFC Films, Image Nation, VicScreen, AGC Studios, Godd Fiend Films, Spooky Pictures, Cinetic Media |
Aun así, De Noche con el Diablo llega a buen puerto por su construcción como una especie de tragedia griega con una moraleja muy simple pero pertinente. A pesar de sus deficiencias y personajes secundarios sin demasiado fondo, la película funciona al tomarse su tiempo para acumular tensión y permitirnos ver a Dastmalchian —canalizando a sus David Letterman y Johnny Carson interiores— brillar en un muy merecido papel protagónico después de muchos años como secundario. Al final, resulta satisfactorio darse cuenta de que la cinta aprovecha inteligentemente sus limitaciones y sorprende tanto con su formato como con el cuidado puesto en su ambientación.
De Noche con El Diablo está actualmente en cartelera.
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