Crítica - Guerra Civil: los límites de la ambigüedad

La ambigüedad ha sido de unos los mayores atractivos en los proyectos en los que Alex Garland ha estado a cargo. Cómo olvidar ese triángulo tóxico y misterioso entre Ava, Caleb y Nathan en Ex-Máquina (Ex-Machina, 2014), o el viaje alucinante de Lena en un paraíso de pesadilla en Aniquilación (Annihilation, 2018). Las cosas se tornaron más crípticas, e inesperadamente más redundantes, en Men: Terror en las Sombras (Men, 2022); y ahora, en Guerra Civil (Civil War, 2024), el aclamado autor de género lleva al límite su propuesta con una película que se rehúsa por completo a establecer una posición. Y no es que se necesiten de buenos y malos para expresar un punto, pero esa neutralidad a la que apela su discurso en esta ocasión termina por hacer de su propuesta algo menos interesante de lo que cree ser.

Guerra Civil critica
Imagen: DNA Films, IPR.VC, A24

Aunque promocionada como una producción cualquiera de Roland Emmerich, la forma y el fondo no podrían estar más alejados. El trasfondo de una guerra civil en Estados Unidos que se libra en la vida real desde hace varios años en lo ideológico enmarca el viaje de un grupo de periodistas que, fieles a su profesión, mantienen una mirada objetiva ante lo que retrata su cámara; "nosotros grabamos para que los demás puedan hacer las preguntas", dice Lee Smith (Kirsten Dunst), una veterana y cínica fotógrafa cuya experiencia parece haberle extraído el alma del cuerpo, lo cual se percibe, por supuesto, gracias a la magnífica interpretación de Dunst. Esa exploración de la desensibilización resulta el tema más valioso del relato, a pesar de que el resto de los personajes no sea de gran utilidad.

La Jessie de Cailee Spaeny, una joven aspirante a fotoperiodista que madura a la fuerza durante la travesía a la que se une, y el Joel de Wagner Moura, un periodista despreocupado que solamente busca vivir emociones fuertes y la gloria personal, nos muestran otras perspectivas de la labor periodística, entre ellas la soñadora y la egoísta. Pero ambos no son más que ideas sin un desarrollo de personaje como tal. Al tratar de distanciarse de ellos, Garland, apelando a la objetividad, no hace más que dejarlos como cascarones vacíos. El aparente tributo a la labor periodística no se manifiesta como esperaba; fuera de Lee y no todo el tiempo, aquí no hay individuos, sino simplemente piezas que refuerzan temáticas un tanto obvias e impersonales.  

Guerra Civil critica
Imagen: DNA Films, IPR.VC, A24

La estructura de la película tampoco ayuda del todo. Las viñetas que la componen son muy similares entre sí, dejando ver una limitación narrativa. La cinta, aunque llega en un año crucial para Estados Unidos, lo hace demasiado tarde, pues The Last Of Us (2023 - ) ya se encargó de representar esa división por medio de lo fantástico y el terror. En ciertos pasajes, Guerra Civil luce inadvertidamente derivativa cuando vemos a los protagonistas encontrase con nuevos antagonistas, viejos compañeros u otros sobrevivientes en cada parada de su viaje. Pero lo que las diferencia es el enfoque; mientras que la serie de HBO apuesta todo a lo emocional, la obra en cuestión prefiere que no nos enganchemos con alguien o algo, y eso provoca que nos alejemos. 

Y podemos traer a colación Zona de Interés (The Zone of Interest, 2023), que también opta por mantenerse a la distancia al mismo tiempo que somos testigos de la indiferencia y la deshumanización. Pero lo de Jonathan Glazer está en otro nivel, pues estamos hablando más de una instalación con un claro discurso. Esta vez, la ambigüedad que Garland despliega le juega en contra, ya que la falta de un discurso contundente crea una especie de muro. No se trata de que se declare de derecha o izquierda, sino de la agencia en sus personajes, que se sienten inertes discursivamente en general. 

Guerra Civil critica
Imagen: DNA Films, IPR.VC, A24

Aun así, Guerra Civil ofrece una buena dosis de entretenimiento y tensión particularmente, en la secuencia final y en la que aparece un gran Jesse Plemons— que, además, plantea varias preguntas en ocasiones a propósito y en otras no sobre los matices de la ética periodística. Sin embargo, evitando elaborar demasiado en el contexto, Garland señala que, al menos en Estados Unidos, ya nadie saber por qué está peleando. Pero algunos podrían criticar esta posición enlistando las distintas causas sociales que enarbolan, dejando entonces su relato solamente como algo fantástico en lugar de un reflejo de la realidad, y eso es justamente por lo que muchos medios allá la han calificado de "tibia". La neutralidad, al final, también es una postura política, el problema es que la cinta ha fallado en encontrar un discurso en ella.

Guerra Civil está actualmente en cartelera.

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