Crítica - Los Espíritus de la Isla: caminar con la tragedia

Una tarde de 1923, en la isla ficticia de Inisherin, Pádraic (Colin Farrell) llega al pub local y se encuentra con su amigo Colm (Brendan Gleeson), quien previamente lo ignoró al visitar su casa para ir juntos a beber una cerveza. Pádraic le pregunta el porqué de la evasiva, y este le responde que ha decidido terminar su relación de amistad.

Los Espiritus de la Isla critica
Imagen: Blueprint Pictures, Searchlight Pictures, Film4 Productions , TSG Entertainment 

El más reciente trabajo de Martin McDonagh (Tres Anuncios por un Crimen, En Brujas) se estrena por fin después de haber brillado en el Festival de Venecia en septiembre del año pasado, donde estuvo nominada al León de Oro y Farrell ganó el premio a Mejor Actor. En Los Espíritus de la Isla, el director de origen irlandés explora la crisis existencial y la tragedia con un trasfondo bélico, pues Inisherin se encuentra junto a la costa de Irlanda, que en esos momentos se encuentra en guerra civil.

Pádraic no está conforme con la respuesta de Colm, por lo que decide enfrentarlo para exigir explicaciones sobre su repentina decisión. El viejo, un poco fastidiado, le confiesa que ahora está enfocado en componer una canción para dejarle al mundo una razón para ser recordado. Le revela también que su compañía lo distrae de ese propósito, y que las pláticas que suelen tener le parecen un sinsentido.

Estas confesiones despiertan en Pádraic una obsesión por descubrir si en verdad él es una persona aburrida, provocando en Colm mucha molestia, al punto de amenazarlo con hacerse daño a sí mismo. Durante el desarrollo de la historia, varios personajes se van incorporando para ampliar el contexto, algunos más simbólicos que otros. Está, por ejemplo, Siobhán (Kerry Condon), hermana de Pádraic, una mujer soltera e intelectual que le aporta estabilidad emocional; y también la señora McCormick (Sheila Flitton), una anciana vestida de negro que deambula por la isla, cuya presencia refiere a las banshees, espíritus del folclore irlandés que aparecen para anunciar la muerte y que dan nombre en inglés a la película. Y no podemos olvidar a Dominic, interpretado de forma sublime por un Barry Keoghan demostrando que nació para dar vida a los individuos más peculiares.

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Imagen: Blueprint Pictures, Searchlight Pictures, Film4 Productions , TSG Entertainment 

Los Espíritus de la Isla es una tragicomedia que sobresale por sus actuaciones —cuatro nominaciones al Óscar—, su ambientación sombría, su música melancólica, un ritmo pausado y, especialmente, su tono nostálgico y deprimente. Se trata de un relato pesimista, con toques sutiles de terror y una buena dosis de humor negro, en el que la tragedia persigue a sus habitantes, que pasan los días en la monotonía total en un lugar donde nada pasa —incluso comercian con las noticias que llegan fuera de la isla para pasar el rato—.

Apenas comienza el año, pero quienes decidan viajar a Inisherin serán recompensados con una de las cintas que apunta a convertirse en una de las mejor logradas de este, pues McDonagh vuelve con un gran guion sobre la soledad, la trascendencia, la culpa, los traumas y aquellos momentos que marcan vidas.

Los Espíritus de la Isla se encuentra actualmente en cartelera.

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