Tres Anuncios por un Crimen: la retorcida búsqueda de la justicia

"¿Qué demonios es todo esto?" pregunta con desdén y sorpresa el oficial Dixon (Sam Rockwell) a un sujeto que coloca unos controversiales espectaculares en las fueras del pueblo de Ebbing, Missouri. "Algo oscuro", responde con un aire petulante, pero con una puntual certeza. Las palabras de este sujeto describen perfectamente lo que es Tres Anuncios por un Crimen, una cinta que, a pesar del humor negro que la impregna en ocasiones, nos adentra en una situación muy densa que va más  allá del terrible asesinato del que se desprende la trama. En ella, somos testigos del descenso de una destrozada mujer hacia la oscuridad, pero también de su inquebrantable determinación por hacerse escuchar cuando la esperanza parece haberse esfumado.

Meses después del brutal homicidio de su hija, Mildred Hayes (Frances McDormand) decide rentar tres espectaculares en las afueras de Ebbing, Missouri, con el objetivo de llamar la atención y obtener justicia de una vez por todas. En ellos detalla las circunstancias en las que murió su hija y cuestiona la capacidad e integridad de la policía local. Pronto, el Sheriff Willoughby (Woody Harrelson) se entera y visita a la mujer para intentar de disuadirla de quitar los anuncios y hacerle ver que han hecho todo lo que ha estado a su alcance para resolver el crimen. Mildred mantiene su posición, lo que la enfrenta no solo contra la policía, sino con buena parte de los habitantes de Ebbing. Sin embargo, un sorpresivo acontecimiento en el pueblo pone más presión sobre Mildred, lo que la lleva a asumir una postura más agresiva en busca de la resignación.

Tres Anuncios por un Crimen es obra del dramaturgo convertido en cineasta Martin McDonagh, quien causó furor hace casi una década con En Brujas, una ingeniosa comedia con tintes dramáticos y con brillantes diálogos que ha cultivado una gran base de fans a través de los años. Ganador del Óscar por su corto Six Shooter de 2006, el director angloirlandés está de vuelta con una obra más que exhibe su gran experiencia en el teatro y en la que el desarrollo de los personajes lo es todo. Al igual que En Brujas, McDonagh nos presenta una historia que tiene un perfecto balance entre el drama y la comedia negra y que representa con gran exactitud el ambiente tan ordinario como retorcido de un pequeño pueblo estadounidense.

Mildred es una madre soltera ofendida por la ineficacia de la policía local, a quienes acusa de estar más ocupados en tratar de que los niños no patinen en lugares públicos o en torturar a gente negra. Sus incendiarias acciones ponen a casi todos en su contra, ni siquiera su hijo Robbie (Lucas Hedges) aprueba sus espectaculares. Pero la mujer se mantiene estoica ante los embates de la policía y de otras instituciones, como la Iglesia, a quien califica de hipócrita y entrometida en una hilarante escena con el sacerdote de la comunidad. Nadie puede entender realmente el dolor que la carcome y que la está orillando al borde de la depresión y la desesperación. McDormand hace un espectacular trabajo como la afligida y malhablada madre. La rudeza y despreocupación con las que interpreta a Mildred hacen del personaje uno realmente memorable.


Pero este pequeño y retorcido mundo creado por McDonagh también es habitado por más personajes que viven sus propias crisis y que se conectan con la tragedia de Mildred en distintos niveles. Primero está el jefe Willoughby, un tipo de familia y buen corazón que se siente terriblemente afectado por los anuncios. Aunque en un principio se nos presenta como el posible antagonista, su rol cambia repentinamente con una revelación que lleva la trama hacia un sitio insospechado poniendo más presión sobre la protagonista, quien tiene que hacer frente a las circunstancias una vez más. La historia de Willoughby es triste y los momentos que el director invierte en su desarrollo son profundamente trágicos.

En la otra cara de la moneda está Dixon, subordinado de Willoughby y uno de sus amigos más cercanos. Como un racista, sexista y homofóbico que todavía vive con su madre, el espectador no tarda en sentir un total desprecio por él. En buena parte de la cinta, lo vemos cometer actos despreciables; pero al igual que con su jefe, el relato le tiene preparado un enorme cambio que lo encamina hacia una redención por la que también tiene y posiblemente tendrá que pagar un alto precio, justo como Mildred. Rockwell interpreta al poco afortunado policía de excelente manera y es altamente probable que esto le valga su primer Óscar. Estamos hablando de una película de actores veteranos que han podido desplegar todo su talento gracias a la dirección y guión de McDonagh.


Adentrándonos en un camino que bien pudo haber sido pavimentado por los hermanos Coen, el director y guionista pone en un dilema al espectador: ¿por cuál de estos personajes se supone que debemos sentir empatía? Mildred es dura, pero su búsqueda de la justicia pronto se convierte en una sed de venganza que solo saciará al ver a alguien herido. Willoughby se presenta como el rival a vencer, pero el giro dramático abre una ventana hacia un aspecto sumamente devastador de su vida. Finalmente, Dixon, a pesar de ser un humano sin escrúpulos, es alcanzado por una iluminación que le hace cuestionarse sus acciones. La caracterización de estos personajes es brillante, pues McDonagh nos deja ver lo peor y mejor de ellos mientras viven estas extraordinarias circunstancias. Y eso no es todo, pues entre el resto del reparto podemos encontrar más tela de dónde cortar, como Charlie (John Hawkes) el ex esposo abusador de Mildred; o Welby (Caleb Landry Jones), el ecuánime propietario de la agencia de publicidad.

Tres Anuncios por un Crimen es una cinta sobre falsas esperanzas. La mayoría de los habitantes de Ebbing, todos con aparentemente pequeños y perversos secretos guardados, pronto se dan cuenta que aquello que los mantenía atados a la cordura esa solo una ilusión, la cruda realidad es lo único que les queda por delante. Algunos quizá lo merezcan, pero otros simplemente no tienen más remedio que aceptar las cosas y buscar algún tipo de alivio en un lugar muy oscuro, uno del que nos advertía el hombre del comienzo. Con una vibra cercana el western y un guión original cercano a la perfección, esta película posiciona a Martin McDonagh como uno de los autores más fascinantes del medio en la actualidad.

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