Con un inicio tan inesperado como cuestionable —que parece redundante al enmarcar lo que estamos por ver como una historia—, Sebastián Lelio se presenta como un cuentacuentos al mostrarnos el set en el que se ha filmado una parte de El Prodigio (The Wonder, 2022). Una voz en off nos introduce en este drama lleno de misterio que, dicho sea de paso, se alarga hasta más no poder.
Imagen: Element Pictures, Screen Ireland, House Productions. Netflix |
Es 1862. Elizabeth Wright (Florence Pugh) es una enfermera inglesa que viaja al pequeño pueblo en Irlanda donde habita Anna (Kíla Lord Cassidy), una niña de unos nueve años que lleva cuatro meses sin probar alimento. Elizabeth y la hermana Michael (Josie Walker), elegidas por un comité de hombres médicos y religiosos, tienen como misión observar a la pequeña durante 14 días, sin poder intercambiar información, para descubrir lo que está sucediendo.
El Prodigio tiene dos enfoques: el primero es una confrontación abierta entre una ideología científica y otra religiosa, Elizabeth representa a la primera, quien está segura de que no es posible que una niña en esas condiciones esté viva. Además, encontrará en ese seno familiar una gran devoción a las señales divinas, poniendo a prueba su pensamiento empírico.
Imagen: Element Pictures, Screen Ireland, House Productions. Netflix |
Para el segundo enfoque, intentando hacer más complejo este enfrentamiento ideológico, aparece Will Byrne (Tom Burke), un periodista —comprometido con la verdad— que también acude al pueblo para documentar el caso. Tal vez su mejor aporte a la trama es cuando decide sacar un taumatropo y lo entrega a la niña. El juguete tiene aquellas clásicas imágenes de un pájaro de un lado y una jaula del otro; cuando Anna lo hace girar, se cuestiona si el ave está afuera o adentro, sugiriendo un juego de perspectivas entre lo real y la ficción, entre la verdad y la mentira.
Pugh, como era de esperarse, toma el control de su personaje, aunque no puede hacer mucho ante un desarrollo limitado. El espectador tiene que conformarse con saber que Elizabeth está atravesando un duelo, y que es una experimentada enfermera con un notable instinto maternal. Quien verdaderamente llama la atención, por su capacidad para transmitir inocencia y pureza, es Lord Cassidy, una joven actriz —con solo un par de créditos anteriores— que se presenta como toda una revelación; este podría ser el inicio de una exitosa carrera. Hay otros actores reconocidos por ahí, pero sus intervenciones son limitadas e intrascendentes.
Imagen: Element Pictures, Screen Ireland, House Productions. Netflix |
A falta de un historia más sólida, la ambientación juega un papel importante. La acción ocurre principalmente en espacio cerrados, por lo que la fotografía de Ari Wegner [El Poder del Perro (The Power of the Dog, 2021), película con la que comparte ciertas similitudes estéticas y narrativas] acierta al apresar a sus protagonistas. Cuando los eventos ocurren en exteriores, los personajes hacen largos recorridos, sugiriendo un peregrinar, como si se tratara de almas en pena. La banda sonora también destaca al hacer uso de sonidos agudos —algunos susurros o lamentos— y pulsaciones que intensifican el tono psicológico que la película quiere transmitir.
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