En ¡Nop! (Nope, 2022) hay un flashback con el que Jordan Peele parece sostener la tesis de su nueva película. Después de un brutal ataque —del que basta decir que termina con un baño de sangre—, uno de los sobrevivientes mira con sorpresa un zapato que ha quedado parado verticalmente, algo prácticamente imposible de repetir. Entre tanta violencia ha sucedido un "mal milagro": un hecho insólito que realmente nadie hubiera querido que ocurriese. Pero, aún así, la víctima queda ensimismada ante tal suceso, lo que definirá su vida para siempre. El espectáculo ha surgido de manera espontánea, seduciendo a su único y atento espectador. En su tercer largometraje, el aclamado director retrata la espectacularidad de esos llamados "malos milagros", tratando de mostrarnos por qué estamos tan fascinados con ellos, y de paso mordiendo, con demasiada franqueza, la mano que le da de comer.
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| Imagen: Universal Pictures, Monkeypaw Productions |
OJ (Daniel Kaluuya) es un entrenador de caballos que se dedica a manejarlos para películas y comerciales. La repentina muerte de su padre lo ha dejado a cargo del negocio, el cual no ha podido sostener del todo bien. Su hermana, Em (Keke Palmer), trata de ayudarlo, pero el futuro no luce prometedor. Todo cambio cuando, en su rancho, son testigos de un Objeto Volador No Identificado, que parece rondar el área sin motivo aparente. Decididos a capturar imágenes para venderlas y hacerse ricos, los hermanos ponen a prueba al cuerpo volador con distintas artimañas; sin embargo, no tardan en darse cuenta de que este es algo más, por lo que ponen manos a la obra para obtener evidencia a como dé lugar del espectáculo con el que se han topado por accidente.
Tras la decepcionante y sobrecargada Nosotros (Us, 2019), Peele vuelve a ese cine astuto de cierto carácter social que lo posicionó como una de las fuerzas creativas más originales de Hollywood, y es precisamente a la industria que le da la comer a la que le pega en esta ocasión con la crítica que inserta entre líneas. El esfuerzo podría parecer hipócrita: ¿cómo alguien que vive del espectáculo se atreve a criticarlo? Con ¡Nop! Peele no pretende lavarse las manos o hacer una declaración individualista de que lo que él hace es diferente, sino más bien encapsular en una simple pero efectiva historia las muchas veces crueles dinámicas que rigen la industria del entretenimiento.
Para ello, el director/escritor/productor recurre a uno de los hechos inexplicables del que humano ha creado un enorme espectáculo a su alrededor desde que es posible documentarlo: el avistamiento de ovnis. Desplegando toda su admiración por Spielberg y Shyamalan, Peele va construyendo la trama de forma lenta pero segura, enganchándonos con pequeñas probaditas de lo que está por venir. Además, consciente de lo que su discurso implica, y fiel a su estilo, el cineasta nos da el tiempo necesario para procesar lo que estamos viendo, negando cualquier lazo con la fórmula del blockbuster contemporáneo. Irónicamente, el tipo le ha devuelto espectacularidad a este tipo de cine de entretenimiento con una buena dosis de antiespectáculo, al menos en sus primeros dos actos.
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| Imagen: Universal Pictures, Monkeypaw Productions |
¡Nop! guarda dentro de sí una serie de señalamientos dirigidos a quienes crean espectáculo a costa del sufrimiento de alguien más, pero también a aquellos que disfrutan de consumirlo. "No mires, no mires", se dice a sí mismo OJ —un nombre intrínsecamente relacionado con el espectáculo, para bien y para mal— cuando encuentra un modo de combatir lo que lo amenaza. Cada evento de la trama alude a esa necesidad de crear asombro a costa de los shows con animales, las tragedias humanas, la naturaleza misma... Pero ¿realmente es posible dejar de ver? El voyerismo que define a la era de las redes sociales podría decir una o dos cosas al respecto.
Para Peele, esa obsesión por querer llamar la atención es la que ha viciado al espectáculo, sobre todo en estos tiempos. "Domesticar al depredador", define muy bien uno de los personajes. En OJ, por supuesto, nos encontramos con la antítesis de esto —aunque, muy en el fondo, al asegurar que es descendiente del jinete que sale en las icónicas fotografías en movimiento de Eadweard Muybridge, parece estar imposibilitado de escapar de una u otra forma del espectáculo—. Su desdén hacia todo lo que Hollywood representa es evidente; su incomodidad en un set lleno de blancos que lo desprecian es notoria, pero sigue ahí para asegurarse de que sus animales hagan bien su trabajo. Cualquiera podría decir que Peele ha tratado de introducir su propio sentir hacia la industria, pero su intención va más allá: fiel a su compromiso racial, se trata de la declaración de toda una comunidad inconforme con las reglas secretas de Hollywood.
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| Imagen: Universal Pictures, Monkeypaw Productions |
Y no solo es con su guion que Peele consigue atrapar al espectador; la fotografía de Hoyte van Hoytema —con tomas IMAX incluidas que roban el aliento— consigue capturar lo inhóspito de los paisajes, contribuyendo de gran manera a esa esencia western a la que el director se quiere acercar buena parte del tiempo. Los efectos especiales, por supuesto, también destacan por su originalidad y la forma tan orgánica en que se acoplan a lo que Hoytema ha capturado. En la secuencia final, donde el espectáculo de la película florece por completo, se albergan algunas de las imágenes más bellas y terroríficas que hayamos podido ver este año en el cine.
Una contundente cita abre ¡Nop!: "Lanzaré inmundicias abominables sobre ti. Te haré vil y te convertiré en un espectáculo". Los "malos milagros" parecen ser "regalos" casi divinos nacidos en medio de la tragedia y la desesperanza, pero de los que aun así haremos un show por el que que hay que pagar para ver, aunque no sea técnicamente con dinero. Y así como hay quienes están dispuestos a dar lo que sea con tal de presenciarlos, también están los que arriesgan su vida por ellos, convirtiéndose en el epítome del espectáculo, porque ¿qué otra manera hay de perdurar en estos tiempos de la hipermedia? "Este sueño que estás persiguiendo, donde terminas en la cima de la montaña, es del que nunca te despiertas", dice con toda razón uno de los personajes antes de entender por completo estas sabias palabras.
¡Nop! se encuentra actualmente en cartelera.
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