En una misma semana, Netflix y HBO Max lanzaron dos películas originales muy distintas entre sí, pero con varias similitudes detrás: las dos son dirigidas por prestigiosos directores; sus tramas están influenciadas notablemente por los tiempos de cuarentena que vivimos; en ellas hay un comentario acerca del corporativismo, y su lanzamiento al mundo fue casi sin previo aviso. Esto último podría indicar que simplemente estamos hablando de un par de productos desechables que tenían que salir sí o sí, sin importar la calidad. Y en uno de los casos pareciera que sí fue así, pero no en Kimi (2022), lo nuevo de Steven Soderbergh (Erin Brockovich, Sexo, Mentiras y Video), quien está de vuelta con un thriller que, a pesar de visitar lugares comunes y hasta ridículos, cumple con su cometido de entretener y de presentar una historia que se integra orgánicamente a la era COVID.
Imagen: New Line Cinema, Warner Bros. |
En plena pandemia de COVID-19, Angela (Zoë Kravitz), quien trabaja desde casa para una importante compañía de tecnología, encuentra evidencia de un crimen violento al hacer sus labores. Sus intentos por dar aviso de lo sucedido se topan con desinterés de sus superiores y con la infinita burocracia corporativa. Su única opción es salir a la calle, ir a las oficinas de la empresa y relatar lo ocurrido en persona; el problema es que su agorafobia, su ansiedad, la emergencia sanitaria y las protestas en las calles le impiden poner un pie fuera de la casa. Sin más remedio, Angela se aventura al exterior, sin saber que está a punto de desenmascarar una gran conspiración.
Decir que Steven Soderbergh realmente estuvo retirado del cine la década pasada sería una de las más grandes mentiras del medio. Aunque el ganador de la Palma de Oro y reconocido director de cine independiente anunció en 2012 sus intenciones de dejar la industria, sus palabras nunca se convirtieron en acción; y aun cuando sí vivió un breve receso durante unos años, tal parece que este era el empujón que necesitaba para regresar más prolífico que nunca. Estrenando una película por año desde la menospreciada y muy divertida La Estafa de los Logan (Logan Lucky, 2017), Soderbergh se ha comprometido 100 por ciento con el medio televisivo, poniéndose al servicio de los gigantes del streaming. Si bien no todo su trabajo reciente es digno de recordar, como la odiosa La Lavandería (The Laundromat, 2019), Kimi, su más reciente esfuerzo, resulta sumamente disfrutable.
Imagen: New Line Cinema, Warner Bros. |
Escrita por David Koepp —uno de los guionistas más solicitados de Hollywood de finales del siglo XX y principios del XXI—, la película, en apariencia, parece uno más de esos títulos que empresas como Netflix, Amazon o Warner Bros. lanzan cada semana como parte de una oferta genérica que sigue una rigurosa fórmula. Y aunque realmente no hay nada innovador en ella, su ejecución y el distintivo sello de Soderbergh es lo que la hace destacar del resto. La comparación inicial con Bigbug (2022), lo nuevo del alguna vez aclamado Jean-Pierre Jeunet —disponible en Netflix— resulta pertinente por lo ya mencionado, pero también como un claro ejemplo de lo contrario, de cómo una producción con poco presupuesto, ninguna expectativa y limitada por la pandemia terminó yéndose al carajo.
En Kimi, Zöe Kravitz interpreta a una mujer trabajadora del sector tecnológico que sin duda nos resultará familiar por la era en que vivimos. Al trabajar en calzones, teniendo que soportar el ruido de sus vecinos y temiendo salir a la calle por obvias razones, Koepp y Soderbergh nos hacen vernos al espejo. En la ansiedad y en las vivencias de este individuo nos encontramos con el prototipo de clase media en los tiempos del COVID. Su situación invariablemente nos recuerda a la fallida La Mujer en la Ventana (The Woman in the Window, 2021): dos mujeres son dadas por su lado al reportar lo que creen que es un acto de violencia. A diferencia del desastre que significó la derivativa obra de Joe Wright, Kimi recupera lo mejor de la madre de ambas: La Ventana Indiscreta (Rear Window, 1954). Valiéndose, al menos al comienzo, de un solo espacio, el director consigue crear inquietud y hasta cierta fascinación por Angela, interpretada de forma comprometida por una Kravitz que traduce muy bien el sentir que muchos hemos vivido en los últimos dos años. El director canaliza su Hitchcock interior para hacer que el relato se sostenga la mayor parte del tiempo.
Imagen: New Line Cinema, Warner Bros. |
Por supuesto, Kimi se enfrenta también a varios problemas. El prólogo, que nos presenta al CEO de la compañía para la que Angela trabaja involucrándose en cosas que, sin duda, parecen turbias, encuentra muy rápido su conexión con el eventual desenlace. El descubrimiento de Angela parece apuntar a solo una cosa, privándonos de hacer conjeturas aquí y por allá. Además, el tercer acto es quizá la parte más ridícula de la película. La súbita aparición de Jaime Camil también es tan inesperada como desconcertante. Su mala actuación y lo trillado de su papel dan pie a una comedia involuntaria que se siente desconectada del resto de la cinta. Pero esta última parte puede ser vista desde otra óptica, una cuyos fans de Mi Pobre Angelito (Home Alone, 1990) disfrutarán en demasía —incluso hay por ahí una cara conocida que pocos podrán identificar sin recurrir a IMDB—.
Aunque Kimi y Bigbug no se toman tan serio a sí mismas, solo una consigue capitalizar su concepto. Soderbergh no se deja intimidar por las limitaciones actuales, y en su lugar hace suyas todas las restricciones y las incorpora en una historia nada original, sí, pero cuya ejecución la hace sentir cercana, fresca y divertida. Lo mismo no se puede decir de la de Jeunet, que, haciendo referencia también a los efectos de la cuarentena, se pierde en su propio estilo y termina por entregar una catástrofe visual y narrativa que lucirá como la mancha más grande de una filmografía que alguna vez lucía impecable. Soderbergh, por otro lado, luce más fuerte que nunca, y esperamos que siga teniendo la confianza de las plataformas para dirigir más proyectos como este y Ni Un Paso en Falso (No Sudden Move, 2021), otro thriller anticapitalista con más giros que un carrusel.
Kimi está disponible en HBO Max.
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