Entrevista - Diego Batlle (Otros Cines): haciendo de la pasión por el cine una forma de vida

El cine no solo se ve, sino que también se lee. La crítica ha sido parte fundamental de este arte casi desde su nacimiento, ofreciendo al público en general la oportunidad de enterarse de cosas que quizá no vieron de una película en específico. La llegada del Internet, por supuesto, trajo consigo cambios importantes en esta vertiente del periodismo. Y si bien la figura del crítico se ha desvirtuado mucho o poco dependiendo de a quien se le pregunte en la era digital, hay quienes se empeñan en mantener viva la profesión apelando a su estado más puro. Uno de ellos es Diego Batlle, crítico argentino director del sitio web Otros Cines, uno de los más influyentes en el ámbito en Latinoamérica. A continuación, Diego nos habla sobre su proyecto y lo que significa ser un crítico en estos tiempos de consumo tan convulsionados:


¿Cómo surgió tu pasión por el cine?

Viene de familia. Mis padres ambos ya octogenarios son muy cinéfilos, de hecho, mi papá estuvo muy ligado al cine. Dirigió dos largometrajes a fines de los 60 y principios de los 70. Yo nací en el 69, por lo que, cuando yo era bebé, él estaba haciendo cine. No le fue muy bien comercialmente, y por eso abandonó la realización. Pero siempre estuvo ligado; tuvo un videoclub muy grande en Buenos Aires. En mi adolescencia, durante los fines de semana, trabajaba ahí. Y el hecho de ser empleado me permitía llevarme un montón de películas los sábados por la noche, invitar a mis amigos y hacer maratones nocturnos. También tuvo una editora de clásicos de cine que se llamaba Época. Mi hermano menor es productor de cine, y, actualmente, es funcionario del Instituto de Cine. Entonces, todo esto vino por transmisión familiar: una salida en mi infancia era ir a los cines de barrio los sábados; pasaban dos o tres películas en continuado. Mi papá siempre me llevaba a ver Bud Spencer y a Terence Hill; todas esas películas de consumo popular. 

Diego Batlle Otros Cines
En el Festival Internacional de Cine de Locarno.

¿Alguna vez pensaste en convertirte en cineasta?

Yo me decidí por el periodismo. Uno de mis primeros trabajos fue en una revista de cultura, donde podía elegir de qué escribir, y pedí de cine. Pero también hice distintos cursos cortos de dirección, producción, etc. Incluso llegué a filmar algunos cortometrajes muy malos. Y entonces me di cuenta de que lo mío no era la realización, sino el periodismo cinematográfico, y de ahí pasé a la crítica. Y debo agregar que mi hija mayor, de 18, está estudiando cine en la FUC (Universidad del Cine). Entonces, esta transmisión de la que hablaba, se ha dado de cosa natural yo, obviamente, nunca le dije que tenía estudiar cine, y ahora está terminando el primer año. Personalmente, dije no al cine porque mis primeras experiencias no me gustaron.

¿Cómo empezó el proyecto de Otros Cines?

Trabajé muchos años en medios masivos. Estuve en La Maga, que era un semanario de cultura. Después ingresé al diario Clarín el más grande de Argentina, y ahí estuve un par de años. Renuncié y me fui a La Nación, un diario muy tradicional. De hecho, seguí colaborando hasta mediados de este año, o sea que estuve más de dos décadas, primero en la redacción y más adelante como crítico externo. Y luego, cuando me cansé del trabajo de oficina, viviendo el boom de Internet, les propuse trabajar como colaborador externo desde mi casa, y ahí se me ocurrió abrir Otros Cines. Esto fue hace 14 años.

Diego Batlle Otros Cines
Entrevistando a los hermanos Dardenne.


¿Cómo ha sido mantener un sitio de cine durante todo este tiempo?

Cuando empezamos no había tanta oferta como la que hay ahora. Arrancamos por ahí del 2007, y aunque ya había bastante actividad en la red, no era lo que es hoy, y todavía no había redes sociales. Yo quería algo propio para poder expresarme y no tener jefes. Y pues yo pasé a ser uno aunque no me veo así—: el que pide las notas, las columnas; el que reparte los temas, las coberturas... Es un proceso natural: te cansás de ser empleado y querés tener algo tuyo para no tener que pedir permiso para hacer cosas. Si bien internet te permite llegar a todo el mundo viendo las estadísticas, tenemos visitas de España, México, Colombia, Chile...—, uno está en la Argentina, y por eso decidí que, y hasta por una cuestión comercial, tenía que seguir el cine argentino, porque tampoco podía abarcar demasiado. También intentamos lanzar sitios en otros lugares, como Chile y Perú. Con un socio también abrimos uno en Barcelona llamado Otros Cines Europa. Este último ha funcionado muy bien, pero los de Chile y Perú fueron un fracaso. 

¿Cómo fue para ti tener que lidiar con los algoritmos de los buscadores?

La verdad es que nunca les presté demasiada atención, quizá porque soy un periodista chapado a la antigua. No estoy muy pendiente de eso, ni de las estadísticas ni del periodismo SEO. Quienes apoyan el sitio desde lo comercial escuelas de cine o empresas audiovisuales no están desesperados porque tenga tantos miles de visitas. Hace unos meses implementamos publicidad vía Ad Sense (Google), y eso sí tiene que ver con la cantidad de visitas y de clics, pero tampoco me preocupa. Siempre trabajo con una dualidad o cierta contradicción: dos mundos opuestos y medio esquizofrénicos que tienen que ver con el universo del streaming lo más popular y de los festivales, aunque sabes que esto último no tendrá muchos clics; nadie está esperando la crítica de la ópera prima de un director singapurense que tuvo su estreno mundial en Locarno. Y cubro lo primero porque son de interés masivo por ejemplo, hoy estaba escribiendo la crítica de No Miren Arriba (Don't Look Up, 2021), que saldrá en Netflix. Pero también escribimos 80 críticas del Festival de Mar del Plata. Entonces, tratamos de convivir con ambos universos, que a veces se juntan, porque, de golpe, en Mar del Plata presentan una película de Netflix como la última de Almodóvar o la de Jane Campion.... Al final, si yo me tuviese que guiar por las estadísticas, tendría que cubrir solo lo de Netflix, Prime Video y Apple TV+, porque la crítica de la película de DiCaprio tendrá muchísimas más visitas que la cobertura de Locarno. Y hay una cuestión también de no ceder ante lo que hacen todos, y otra más casi militante de defender espacios alternos. Mi amigo el crítico Roger Koza tiene muy en claro que no le importan los blockbusters de Marvel y los estrenos Netflix; su universo son los festivales, el cine de autor y el experimental. De hecho, para mí sería más cómodo cubrir solo eso que igual es mucho, pero también incluyo los estrenos grandes, las series... Y bueno, por ahí dicen que "el que mucha abarca, poco aprieta". Tampoco hacemos coberturas muy profundas, por la cantidad de gente que tenemos; hacemos reseñas cortas en algunos casos, y también otras más largas.

¿Hacia dónde crees que se dirige ahora la crítica cinematográfica? Tomando en cuenta las nuevas formas de consumo digital.

No creo que haya un solo camino. El texto va a seguir teniendo un espacio importante, pero quizá ya no tan prioritario o determinante como antes. Anteriormente, vos eras crítico si escribías, y sobre todo si lo publicabas en papel. Hoy, el crítico/periodista está en múltiples ámbitos; uno puede tener presencia en redes sociales, y a su vez escribir textos más largos y profundos para un sitio web. También puede hacer pódcast, videoreseñas, videoensayos; las coberturas en festivales tampoco tienen que hacerse ya exclusivamente con textos. El crítico también se desenvuelve ahora como programador en festivales, curador de muestras, docente, etc. Esto porque los consumidores van cambiando, y por las circunstancias, porque es muy difícil vivir como crítico solo de textos. Entonces, si uno puede generar contenido para redes sociales o para un canal de YouTube, monetizándolo, hay que adaptarse y ser más multitasking que los que, como yo, solo escribíamos en un revista o en un diario.

Diego Batlle Otros Cines
En el Festival de Cannes.

Y con el nuevo reinado del streaming, y las condiciones que vivimos actualmente, ¿qué crees que la depara a la exhibición en salas?

No querría hacer pronósticos tan definitivos, pero sí está en crisis. Hay cierto cine que se está quedando muy excluido de los circuitos comerciales. El de los festivales, por ejemplo, se ve en salas, pero en ámbitos muy limitados. A ese le va a costar cada vez más llegar a ellas de una forma más masiva, y creo que la experiencia cinematográfica va a quedar restringida para los blockbusters; todo lo demás tendrá un paso casi testimonial por salas, para luego pasar a las distintas plataformas de streaming. A veces pasa que Netflix o Amazon compran estas películas que se vieron en festivales, aunque también pueden ir a plataformas más pequeñas enfocados en cine de autor como MUBI. Y, aun así tendrán que pelear. Siento que todo ese cine de autor va a quedar cada vez más reducido; los cinéfilos lo irán a ver a salas, pero tendrá muy pocas proyecciones antes de llegar al streaming. Y ni he he hablado de la pandemia ni de la crisis económica que hay en Argentina. 

¿Qué consejo le darías a alguien que quiera empezar una carrera como crítico?

Que lo piense dos veces (risas). Como en todos los ámbitos, la gente que es capaz e inteligente tiene la posibilidad de trascender. Yo no recomendaría como forma de vida la escritura sobre cine, porque el periodismo está en crisis, al menos acá en la Argentina. Pero también es cierto que hay un montón de gente que quizá no es crítico, sino periodista o influencer, y que le va bien haciendo contenido. Tampoco quiero desanimar a quien quiera sumarse. Más allá de la formación académica, de leer a otros críticos y de ver muchas películas, hay mucho de la cuestión autodidacta: uno puede buscar referencias y recomendaciones, leer los libros básicos, ver los clásicos indispensables y consultar a los críticos que marcaron tendencia. El placer por el cine no se incorpora desde lo intelectual, o no exclusivamente de, sino de lo más visceral y lo íntimo. Si tienen eso, y tienen ganas de ampliar sus conocimientos, bienvenidos sean. Yo les recomendaría que vivieran de otra cosa y que disfruten de su cinefilia (risas), porque es muy difícil vivir del cine. Los que nos dedicamos a la escritura y al análisis tenemos que remar mucho.

Diego Batlle Otros Cines
De jurado en Locarno.

¿Cuál es la mayor satisfacción que te deja Otros Cines?

Una, poder viajar a festivales últimamente no ha sido tanto por la pandemia. Otra, tener colaboradores a los que les puedo pagar aunque sea poco. Y parece una tontera, pero en el periodismo cinematográfico hay mucha gente que trabaja ad honorem. Trato de generar ingresos no solo para mí, sino también para los colaboradores. Y claro, el día a día. Hay gente que te odia o que te insulta en redes, pero también otra que agradece el trabajo y la constancia. "Vi tal película porque me la recomendaste, no sabía que estaba en tal lugar", esas cosas de comunidad cinéfila. Y tengo muchos amigos en el ambiente, con los cuales no necesariamente hablo solo de cine. Hace poco volvimos todos a cubrir un festival (Mar del Plata), y es tan lindo ir a cenar juntos como ver las películas en salas. El oficio me permitió conocer a esa gente, que hoy son mis mejores amigos. 

Comentarios

Publicar un comentario