Reseña - Aves de Presa: mujeres al borde de un ataque de ira

2016 sería un gran año fílmico para DC, pues era el momento de hacer frente a su competencia con dos grandes apuestas, o al menos esa era la intención. Primero lanzando Batman v Superman: El Origen de la Justicia, la cual fue duramente criticada por la prensa y medianamente defendida por los fans, y luego el desastre que vino con el estreno de Escuadrón Suicida y su estrafalario Guasón interpretado por Jared Leto, por el que nadie quiso meter las manos a los químicos. 

Después de todo, finalmente hubo un consenso: DC se iba al fondo del tanque. Pero entre toda esa oscuridad hubo una chispa con la intensidad suficiente como para resguardarla un tiempo.



Con una mejor posición, y con las esperanzas recobradas tras resultados más positivos en el ahora llamado Universo Extendido de DC, ya era hora de que el Ave Fénix resurgiera de las cenizas, y esa chispa de la que hablamos es la de Margot Robbie y su "fantabulosa" interpretación como Harley Quinn, un personaje tan carismático como lunático que encantó a propios y extraños; el Halloween de ese año no nos dejará mentir. 

Tras el rompimiento amoroso que se dio al final de Escuadrón Suicida entre la arlequín y el payaso, llega Aves de Presa (y la fantabulosa emancipación de una Harley Quinn) como una secuela indirecta de esta cinta, la cual narra la depresión de Harley al terminar el vínculo emocional con su "pastelito". Ebria, decide anunciarlo públicamente de una forma simbólica, llamando la atención de todos los criminales que han sufrido a manos suyas y que buscarán la forma de vengarse ahora que ya no goza de la protección del "Sr. G". 

De entre todos los maleantes destaca Roman Sionis (Ewan McGregor) un mafioso sádico y egocéntrico con afinidad hacia las máscaras que ordena la captura de Harley por todos los inconvenientes que le ha traído; sin embargo, tras un intercambio de palabras, Roman le ofrece la posibilidad de perdonarle la vida a cambio de encontrar una gema que alberga un pasado sangriento.

Al tratarse de un grupo formado principalmente por mujeres, se optó por que el guion y la dirección también lo fueran, dándole esta última a Cathy Yan, una sinoestadounidense (con un largometraje y tres cortos), con la oportunidad de hacer volar alto a esta nueva entrega basada de manera superficial en el grupo de superhéroes de DC.



Cathy y compañía no dudan en mostrar personajes que sufren violencia de género, por lo que tenemos, por ejemplo, a una detective menospreciada en su trabajo, o la propia Quinn, quien viene de sufrir daño físico y psicológico por parte del Guasón, incluso el largo título anuncia la liberación como eje de la historia, siendo una película acertada y bien aprovechada en ese sentido. 

De esta manera, el resultado es una cinta con un tono feminista, acompañada de un espectáculo visual extravagante y multicolor gracias a una fotografía vibrante que resalta los personajes y escenarios, secuencias de acción elaboradas, violencia justificada hacia los masculinos con sangre y lenguaje explícito incluido, salpicado de chistes, y con cierto aire catártico.

Sin embargo, esta pirotecnia visual presenta una trama relativamente sencilla que prefiere el uso de la analepsis, un recurso que se vuelve excesivo y que termina por estropear el ritmo; las escenas menos intensas son poco interesantes desde un punto de vista emotivo, y el desarrollo del personaje de Harley, junto con la esplendorosa interpretación de Margot, hace que el resto del elenco femenino se vea opacado, incluso la química entre ellas no se percibe al mismo nivel, haciendo que por momentos pasen desapercibidas y sin gracia. 

Aún así, Aves de Presa es una divertida propuesta que cautiva por su estética y violencia desmedida, quedando a la espera de un buen recibimiento para poder disfrutar de futuras entregas.



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