Reseña - The National @ Pepsi Center, México 2019

Una cámara convenientemente posicionada en una de las partes laterales del escenario mostraba en la pantalla principal lo que todo mundo había ido a ver anoche al Pepsi Center: los integrantes de The National saliendo de su camerino para presentarse ante el público mexicano una vez más.

El multitudinario grupo, conformado por varios músicos de apoyo, y la vocalista Kate Stables, quien resolvería de forma práctica la necesidad de varias voces femeninas, se posicionó frente a sus instrumentos mientras el público veía algunos fragmentos del corto I Am Easy to Find, concebido por el director Mike Mills en conjunto con el más reciente álbum de la banda. El discurso de aquellas imágenes que muestran los capítulos más tristes y felices de la vida de una mujer ordinaria trascendería el medio cinematográfico para, al menos por un instante, hacerse sentir en la fuerza musical de la agrupación.

Este punto de vista femenino guió el ánimo durante la primera parte del concierto. "You Had Your Soul with You" y "The Pull of You", por ejemplo, nos ofrecían una vista insólita hasta ahora: Matt Berninger cantando a lado de una mujer. Este, como era de esperarse, no cambió en lo absoluto la excentricidad que suele desplegar en el escenario; sin embargo, la presencia de Stables aportaba cierta apacibilidad a la situación. Mientras el vocalista se movía de aquí para allá haciendo de las suyas con las luces o cualquier otro aditamento a su alcance, la mujer se mantenía inmóvil, como si estuviera al pendiente de su anfitrión. Esta dinámica continuó durante toda la noche, regalándonos bellos y hasta hilarantes momentos, como cuando ambos trataron de arreglar una luz que se había caído.



A su lado, los gemelos Dressner se encargaban de la parte musical demostrando su gran habilidad en la guitarra y el piano. De pocas palabras, los hermanos simplemente hacían su trabajo y dejaban que Berninger se divirtiera. 

Y aunque I Am Easy to Find fuera la pieza principal del show, los éxitos de ayer llegaron más avanzada la noche. "Bloodbuzz Ohio", un ya clásico del rock alternativo de esta década, fue la primera gran causa de júbilo entre el público. "I Need My Girl", momento de contemplación y emociones desbordas, causaba una sensación parecida, pero totalmente introspectiva. 

Conforme Berninger entraba en confianza, lo cual no tardó demasiado, su actitud en el escenario comenzó a voltear hacia el ligero salvajismo que lo caracteriza. Como si estuviese en una fiesta, con todo y su vaso rojo, el vocalista bromeaba con el público, contaba cosas sin sentido, escupía el alcohol, lo compartía con el público, y hasta molestaba una que otra vez a sus compañeros. Sus excursiones hacia la audiencia también fueron frecuentes, volviendo locos a los que lograron llegar hasta adelante. Algunos incluso pudieron cantar con él algunas líneas; y mientras, a lo lejos, uno de sus roadies se mantenía al pendiente de que su jefe no echara nada a perder en el escenario con sus constantes arranques. En suma, todos acudieron al Pepsi Center a cuidar de una u otra forma a Berninger.

Pero esta intensidad también pudo canalizarla en varios de los temas de los que tomó el control como "The System Only Dreams in Total Darkness" y "Mr. November", donde su dramatismo, tanto corporal como vocal, llegaba a niveles insospechados.


Esto no significó que no hubiera espacio para más instantes de calma. "Light Years", guiada por las hermosas notas de piano de uno de los gemelos Dressner; y "I Am Easy to Find", dedicada al mejor profesor que Berninger tuvo en su carrera según sus propias palabras, precedieron un memorable final que hizo retumbar a todo el foro.


"Terrible Love" y la sorpresiva "About Today", con un final casi épico y ensordecedor dieron paso a "Vanderlyle Crybaby Geeks", donde Berninger finalmente dejó el micrófono para que el público se hiciera cargo de la interpretación. Con todos los integrantes al frente tocando trompetas o panderos, Berninger se convirtió en el director de una orquesta improvisada para darle un solemne y convincente final a la velada.

No habían pasado ni dos años de la última vez que The National pisó este mismo lugar, pero vaya que volvieron a sorprender con una gran ejecución musical, una entrega total, y una nueva dinámica que le sienta muy bien a una de las bandas que han definido al rock alternativo en esta década que está por terminar.

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