"Imagina un futuro. Habítalo", declara Björk a través de un breve texto proyectado en el escenario durante una de las fechas de "Cornucopia" en México, su nueva y espectacular producción multimedia.
Más que un concierto o una puesta en escena, el show es un llamado a la acción, una forma de instar al público a visualizar un mundo en el que el calentamiento global y el deterioro ambiental han quedado en el pasado, algo utópico ciertamente, pero con lo que debemos soñar a como dé lugar para dar vuelta atrás a esta catástrofe que vivimos hoy en día. Cornucopia es el futuro imaginado por Björk, un entorno paradisíaco en el que tecnología y naturaleza coexisten como nunca antes. Desde su asiento, el espectador es testigo de un discurso ambientalista respaldado por toda clase de recursos tecnológicos que le dan sentido a la propuesta de la artista. Se trata de una experiencia sensorial, y el concepto más elaborado que Björk haya creado en cualquier formato hasta ahora.
Y así, de forma totalmente inesperada, la islandesa decidió materializar su utopía en nuestro país, específicamente en el Parque Bicentenario de CDMX, lugar que hasta este año comenzará a albergar eventos musicales. Para este show, se montó una enorme carpa con capacidad para 4,500 personas en una de las explanadas naturales del recinto. Acogiendo varias de las características de la producción presentada en The Shed, en Nueva York, hace unos meses, como el sonido envolvente y la posibilidad de poder apreciar el escenario desde cualquier punto, el sitio resultó digno para presentarla en México.
Adentrarse en Cornucopia es situarse en medio de un espacio con reminiscencias naturales. El espectador es recibido por sonidos evocativos a pequeños animales y una especie de jungla, tal y como los que emergen constantemente en el más reciente álbum de Björk, Utopia, el cual sirve como principal inspiración para este "teatro digital", tal y como la artista lo ha clasificado.
Como preámbulo, y presentando talento nacional, el coro mexicano Staccato se instaló en el escenario para una interpretación vocal, la cual sería solo un adelanto de la gran participación de estos artistas en el resto del show.
Cornucopia comienza mostrando su impresionante despliegue tecnológico. Casi de inmediato, las proyecciones se convierten en uno de los principales atractivos del concierto. Ya en distintas ocasiones hemos podido presenciar los visuales que suelen caracterizar las presentaciones de Björk, pero nunca antes habíamos tenido oportunidad de presenciar algo así. Los telones, de distintos materiales y grosores, funcionaban como pantallas para poder crear distintos planos en el escenario, generando así distintos efectos tridimensionales que nos hacen pensar en Björk y a los demás artistas en escena como microorganismos dentro de un infinito cosmos.
"The Gate", como puerta de entrada a este fascinante mundo, da paso a una explosiva interpretación de "Arisen My Senses", sin duda uno de los temas más destacados de Utopia. Luego, el tema homónimo nos presenta por primera vez a las flautistas que acompañan a Björk en esta gira, Viibra, quienes cuando no están tocando, se dedican a flanquear a su protegida durante distintos instantes del show. Escondidos a la vista, pero haciéndose sentir creando la columna vertebral de la música, el percusionista Manu Delgado y Bergur Borisson en las secuencias completan la banda que acompaña a la intérprete.
Poco a poco vamos descubriendo nuevos detalles en el escenario, como el hecho de que las plataformas en la que están todos los músicos se asemejan a enormes setas que acogen a los humanos en perfecto balance. Otro de los sorprendentes elementos de la puesta en escena es una cámara de reverberación en la que Björk canta "Show Me Forgiveness", generando un monumental eco dentro de toda la carpa. Pero quizá lo más inusual sea el instrumento que Delgado toca durante "Blissing Me": una serie de vasijas flotando en una mesa con agua sirven no solo como percusión, sino para hacer diversos sonidos con la caída del líquido. Aquí también tuvimos la oportunidad de apreciar a la arpista Katie Buckley y sus hermosos acordes.
Aunque el setlist comprende casi todo Utopia, algunos temas viejos han podido colarse para el deleite de los fans de antaño. "Venus as a Boy" con una sola flauta como acompañamiento, una nueva y muy festiva versión de "Isobel", y un extracto del clásico "Pagan Poetry" nos recuerdan las distinta etapas de la cantante, así como la evolución musical que ha emprendido desde los noventa.
Fiel a su estilo, Björk se presentó con un extravagante atuendo que podría ser descrito como un grupo de pétalos uno sobre el otro envolviéndola por completo. La máscara y los zapatos de plataforma complementaban el conjunto.
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Previo al encore, una grabación de la activista ambiental de 16 años Greta Thunberg advierte a los adultos y gobiernos sobre el inevitable destino que nos aguarda por su culpa. Con palabras devastadoras que deberían abrir los ojos a cualquier que todavía no está poniendo de su parte para tratar de revertir del cambio climático, Thunberg hace una invitación directa a tomar cartas en el asunto.
Al final, Björk emerge una vez más con un nuevo y floral atuendo para entregar unas de las mejores interpretaciones de la noche. Con "Future Forever", la artista dejó un último recordatorio del futuro que podemos tener si realmente lo queremos. Y ante el cálido recibimiento del público, Björk se despidió hablando por primera vez para presentar al público y dejar que todos se pararan de sus asientos para acercarse a ella y presenciar la intensa interpretación de "Notget".
Es un lujo que hayamos podido recibir Cornucopia en México, y sería un gran error no ser parte de esta experiencia irrepetible.
Fotos: Santiago Felipe
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