Crítica - Los Delincuentes: en búsqueda de la libertad

En Los Delincuentes (2023), Morán (Daniel Elías) declara con melancolía que "solo vivimos para trabajar". El exempleado medita sobre cómo buena parte de su vida ha sido consumida por un trabajo rutinario al servicio de una empresa tan sanguinaria como un banco. Su caso podría ser el de millones de personas sometidas al capitalismo, pero lo que le separa del resto es que ha decidido dejar de trabajar al llevar a cabo la única opción que ve viable: robar a la institución para la que trabaja lo necesario para ya no laborar nunca más y llegar a su jubilación. Y en esta meditación existencial, en medio de un idílico entorno y, prácticamente, habiendo encontrado la felicidad, aunque sea por solo un momento, Morán vive el sueño de tomar el control de su vida, sabiendo que tendrá que hacer un gran sacrificio final para lograrlo. En esta película argentina, que buscará una nominación al Óscar dentro de poco, la belleza de vivir queda de manifiesta en la búsqueda de un tipo común y otro más, pero ya llegaremos a él que ansía ser libre de una vez por todas.

Los Delincuentes critica
Imagen: Wanka Cine, Rizoma Films, Jaque Content, Les Films Fauves, Jirafa Films, Punta Colorada de Cinema

Presentada en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes este año, el filme de Rodrigo Moreno puede ser visto como una especie de reinterpretación de Apenas un Delincuente (1949), de Hugo Fregonese. En ella, un empleado de un banco utiliza un vacío legal para cometer el crimen perfecto y cosechar su triunfo pagando solamente una condena de seis años en prisión. En la cinta en cuestión ocurre prácticamente lo mismo: Morán el protagonista de la de Fregonese también se apellida así ejecuta el robo y pone en marcha un meticuloso plan para confesar el delito, cumplir la sentencia y luego salir y no volver a trabajar en su vida. Moreno, también guionista, usa esta similitud para recuperar las ideas de Fregonese, expandir la visión y ahondar en los deseos y las frustraciones de la clase asalariada. 

Los Delincuentes comienza como una película de atraco que recuerda al cine de Aki Kaurismäki y de Alexandre Koberidze: una comedia inexpresiva habitada por personajes excéntricos que encuentra lo bello en lo mundano y lo cotidiano. Así como el finés y el georgiano, Moreno presenta un cuestionamiento existencial más que pertinente. Morán es un hombre de mediana edad que ya no puede soportar más ser exprimido por el sistema. Su decisión radical refleja el hastío, pero también un deseo subconsciente latente en nosotros: el de ser libre. Por ello, el director hace de la segunda parte una extensa y pacífica exploración de la libertad, pero, curiosamente, al menos al principio, a través de otro personaje, Román (Esteban Bigliardi), el compañero del banco de Morán a quien obliga a ser su cómplice. 

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Imagen: Wanka Cine, Rizoma Films, Jaque Content, Les Films Fauves, Jirafa Films, Punta Colorada de Cinema

Este viaje hacia la libertad adquiere matices muy interesantes, incorporando por igual recursos metanarrativos que le dan fuerza al discurso. Mientras Román poco a poco se empapa de los placeres más pequeños que tiene para ofrecer el día a día, Morán debe enfrentarse al otro extremo y a la crueldad de vivir Llama la atención, por ejemplo, que Germán De Silva interprete a dos personajes en ámbitos tan distintos en apariencia, pero similares a un nivel más profundo. Los dos ejercen su poder de maneras diferentes, aunque con una contundencia opresora innegable. La libertad, entonces, toma significados diversos conforme vemos a los protagonistas lidiar con una dicotomía tan perversa como natural.

Moreno presenta una mezcla de géneros muy atractiva. La película de atraco que presenciamos al principio promete desenvolverse como un thriller, y de repente se transforma en una comedia, y luego en un oscuro drama, y más tarde en un romance; en el transcurso de la trama también se pueden identificar ciertos elementos del western. Esto permite al director y escritor desarrollar a los personajes en distintos ámbitos, lo que le brinda la oportunidad de dotarlos de una multidimensionalidad muy refrescante. Aunado a ello, el guion brinda varios giros y sorpresas que hacen de las tres horas una experiencia que nunca se siente cansada o repetitiva. Y curiosa, además, resulta la aparente anacronía inicial, pues no es hasta mucho después de avanzada la cinta que no sabemos en qué momento transcurren los sucesos. Lo anterior parece apelar, de nuevo, a la dicotomía y a la incertidumbre. Una hilarante secuencia en la primera parte sobre una firma duplicada es prueba de ello.

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Imagen: Wanka Cine, Rizoma Films, Jaque Content, Les Films Fauves, Jirafa Films, Punta Colorada de Cinema

"Adónde Está la Libertad", de Pappo's Blues, suena en los últimos instantes de un filme en el que la parece haber una esperanza al final del túnel. El sueño, después de todo, podría estar al alcance cuando se vence al sistema desde adentro. Los Delincuentes es un destacado esfuerzo sumamente disfrutable que funciona tanto en lo cómico como en lo dramático. Moreno se toma todo el tiempo del mundo para adentrarnos en espacios tan extraños, pero a la vez algunos reconocibles y otros deseados. Que los hechos ocurran en un banco, en una prisión y en el campo nos habla de esos extremos que recorremos durante nuestra existencia: los primeros como sitios de encierro absoluto y que nos carcomen en todo sentido, y el segundo donde por fin se encuentra la libertad; el lugar en el que nosotros mismos creamos las normas una referencia al personaje de Margarita Molfino, que representa la ilusión misma de la liberación. "3 años en la cárcel o 25 en un mismo banco", he ahí el dilema.

Los Delincuentes está actualmente en cartelera. Pronto llegará a MUBI.

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