Crítica - Misión Imposible: Sentencia Mortal Parte 1, una declaración de guerra en contra del algoritmo

El año pasado, Tom Cruise meditaba sobre su rol como estrella de acción en Top Gun: Maverick (2022). Quizá los de su tipo estén en peligro de extinción, pero mientras él siga filmando películas, se preocupará siempre por cuidar la reputación de su mote de "el más grande héroe de acción" haciendo lo que mejor saber: arriesgando su vida para el entretenimiento de la audiencia. No tuvo que pasar mucho tiempo para que volviera a demostrarlo en otra cinta de la que es, sin duda, la franquicia más consistente de la última década. Y al no haberle bastado salvar el cine del abismo causado por la pandemia, Cruise vuelve a las andadas para protegerlo, tanto en la ficción como en la realidad, del que se ha convertido en su enemigo más formidable hasta ahora: el algoritmo.

Imagen: Paramount Pictures, Skydance Media, TC Productions

En los primeros meses de la emergencia sanitaria, cuando las producciones de Hollywood tuvieron luz verde para reiniciar, trascendieron varios audios en los que un Tom Cruise colérico reprendía severamente a su equipo después de que alguien pasara por altos los protocolos sanitarios impuestos en aquel entonces. Varios tomaron sus palabras como un abuso y una ofensa, mientras que otros alabaron su dedicación y preocupación. Lo cierto es que la mente maestra detrás de la saga de Misión Imposible, cuya más reciente entrega se filmaba en esos instantes de incertidumbre, parecía haber dado un vistazo al futuro al advertir sobre lo que venía. Con cada vez más gente reacia a asistir a los cines a menos que "valga la pena", y un exceso de CGI homogeneizando la propuesta fílmica comercial, el esfuerzo que él y los suyos estaban haciendo no podía verse comprometido por nada. Y vaya que valió la pena.

El estreno de Sentencia Mortal Parte 1 (Mission: Impossible - Dead Reckoning Part One, 2023) no pudo haber llegado en el mejor momento, pues los estudios tratan ahora de imponer a los actores ordinarios no solo regalías cuyo cálculo es un insulto, sino también una pesadilla digital que incluso ya fue retratada por Black Mirror (2011-a la fecha) en su más reciente temporada. Tanto la huelga de actores como la séptima parte de esta serie de películas son un síntoma de tiempos tan convulsos en los que Hollywood pretende compensar la falta de ideas con imágenes hechas por computadora y todo el poder de la inteligencia artificial, capaz ya de "escribir" guiones enteros. ¿Pero en verdad esto es suficiente para mantener contento al público? El fracaso en taquilla de Flash (The Flash, 2023) y el tibio recibimiento de Indiana Jones y el Dial del Destino (Indiana Jones and the Dial of Destiny, 2023) confirman lo contrario. Hoy, más que nunca, la gente anhela héroes de carne y hueso que se embarquen en aventuras quizá no realistas, pero que tengan cierto grado de tangibilidad. 

Imagen: Paramount Pictures, Skydance Media, TC Productions

La séptima entrega de Misión Imposible también hace un cuestionamiento muy pertinente que surge de los mismos sucesos de la narrativa. Así como a Ethan Hunt, en su inicio como agente secreto, se le dio a escoger entre convertirse en tal o ser encarcelado por sus crímenes, Cruise y el director Christopher McQuarrie le dan a elegir a la audiencia entre ir a una sala de cine y dejarse asombrar por lo que han preparado o quedare en casa, poner Netflix, chutarse cualquier contenido basura y seguir pagando una suscripción mensual por mantenerse como esclavos del todopoderoso algoritmo. La temática de la elección es recurrente en Sentencia Mortal, e incluso nos hace recordar Matrix (The Matrix, 1999) y la alegoría de la caverna de Platón. Prácticamente, poniendo su vida en juego con cualquier cantidad de escenas de riesgo —incluyendo una caída en motocicleta por un barranco—, Cruise nos invita a abrir los ojos y a tomar la decisión correcta no para alimentar su ego solamente, sino para perpetuar la mágica visión que Georges Méliès y los hermanos Lumière tuvieron del cine hace tantas décadas.

Imagen: Paramount Pictures, Skydance Media, TC Productions

Sentencia Mortal, por otro lado, consigue refrescar las cosas y revitalizarse a pesar de que estamos una vez más ante Ethan Hunt y su leal equipo rebelándose ante sus jefes para salvar el mundo. La introducción de la ladrona Grace (Hayley Atwell) es uno de los puntos más fuertes de la cinta —dejando ver que será la heredera del protagónico en el futuro cercano—. La británica dota a su personaje de una inocencia que encaja a la perfección con el concepto de la elección. Gabriel (Esai Morales), como el villano, también deja un buen sabor de boca por el misterio que lo rodea. Quizá no sea el mejor de la franquicia, pero los enigmas alrededor suyo invitan a seguirlo de cerca. Lo que no resulta tan atractivo en esta ocasión es el arco de Ilsa (Rebecca Ferguson), cuya participación en la trama no deja un impacto duradero. 

Aunque McQuarrie y Cruise se toman muy en serio lo de los efectos prácticos, Sentencia Mortal trabaja bien los instantes de comedia y hasta se ríe de sí misma con uno que otro chascarrillo que se burla con lo ridículas que pueden llegar a ser sus ideas. Y aun cuando los diálogos de exposición sean inevitables y la historia no tenga nada espectacular narrativamente hablando, el filme encuentra la forma de generar emociones con la mera ejecución. 

No sabemos qué le depare a la industria cinematográfica en esta etapa tan oscura, pero son paladines como Tom Cruise defendiendo la experiencia en las salas lo que ofrece un atisbo de esperanza.

Misión Imposible: Sentencia Mortal Parte 1 está actualmente en cartelera.