Crítica - Enferma de Mí: a pesar de todo

Sentados en una mesa de un lujoso restaurante, Signe (Kristine Kujath Thorp) y Thomas (Eirik Sæther) planean un pequeño robo. La adrenalina se eleva momentos antes de huir con una costosa botella. Signe finge una llamada y sale del lugar. Minutos después, Thomas pasa corriendo detrás de ella con el botín en mano. Estamos ante una pareja que, a partir de ese momento, será capaz de muchas cosas con tal de tener una historia qué contar y poder ser el centro de la conversación.

Enferma de Mi critica
Imagen: Film i Väst, Garage Film International, Oslo Pictures

Enferma de Mí (Syk Pike, 2022) fue presentada en el Festival de Cannes del año pasado; compitió en la sección Una Cierta Mirada y es apenas el segundo largometraje para Kristoffer Borgli, un joven director con mucha experiencia haciendo cortos, y que ahora prepara su llegada a Hollywood tras el éxito de este trabajo.

En la cinta, Signe es una chica con una personalidad alegre pero arrogante. Por otro lado, su novio Thomas es un ególatra artista conceptual que roba muebles para después intervenirlos. Ambos mantienen una relación afectiva algo extraña, pero Signe complica las cosas cuando decide atentar contra su propia salud.

Un día, mientras la chica trabaja como barista en una cafetería, ayuda una mujer que ha entrado con una herida grave; la sangre mancha su camisa, y luego es interrogada por la policía, reflexionando sobre la indiferencia de todos aquellos curiosos que se limitaron a grabar el momento. De regreso a casa, Thomas queda impresionado y se asegura de que su novia esté bien. Así, Signe se encargará de alimentar esa atención hasta el siguiente evento con el cual pueda seguir atrayendo la mirada de cualquiera a su alrededor.

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Hace no mucho veíamos en Falsa influencer (Not Okay, 2022) un desmenuzamiento de una generación ávida de aceptación a través de likes en redes sociales, esto desde los ojos de una protagonista insoportable dedicada a proyectar una vida falsa. Ahora, desde Noruega, llega esta sátira que pone al centro a dos jóvenes que se alimentan de la curiosidad y el asombro de otros, evidenciando los límites casi inexistentes que llevan a algunas personas a cometer actos irresponsables.

Después de abusar de un peligroso medicamento, Signe sufre una deformidad facial como efecto secundario, lo cual le lleva al punto de lo irreconocible, acarreando problemas de salud cada vez más severos; pero, a cambio, recibe todo tipo de "beneficios", desde comentarios que la hacen sentir importante hasta la posibilidad de ser vocera de una marca de ropa que "promueve" la inclusión.

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El humor negro se hace presente con escenas que muestran la incomodidad o el sufrimiento de sus personajes. Destaca también la fotografía, que proyecta cierta vitalidad al mismo tiempo que capta una ciudad tranquila, adornada, de vez en cuando, con vestuarios y piezas de arte moderno, retomando un poco lo criticado por Ruben Östlund en The Square: La Farsa del Arte (The Square, 2017).

Al final, para no romper con el cinismo mostrado en la cinta, Signe goza de buen ánimo, pues, a pesar de todo, su desconexión con la realidad le permitó experimentar todo tipo de situaciones, algunas reales y otras no tanto; e, incluso, como posible guiño narrativo, protagonizar su propia película ante la mirada de espectadores de todo el mundo.

Enferma de Mí está actualmente en cartelera.

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