Encuentro que la violencia en películas es muy ambigua.
Por ejemplo, algunos filmes claman ser antiguerra,
pero no creo realmente haber visto alguna vez un filme antiguerra.
Todo filme sobre guerra termina siendo proguerra.
François Truffaut
Entrevista con Gene Siskel publicada como
The Touch that Transcends Violence and Death
La primera imagen de Sin Novedad en el Frente (Im Westen Nichts Neues, 2022) es un paisaje abierto de perseguida belleza fotográfica. Más allá de las copas de los árboles y la silueta de una montaña, se adivina la miríada de tonos ocres asalmonados, pigmentos del amanecer. La apacibilidad de la postal no tardará en quebrarse ante el destello fulgurante y lejano de una serie de explosiones.
Imagen: Amusement Park Films, Rocket Science, Sliding Down Rainbows Entertainment |
La película perfila de inicio una búsqueda post-Malick que amenaza con tornarse —como muchas— en una superficialidad que malentiende varios de los vuelos del panteísmo cinematográfico de aquel, con la propuesta —inmediata en términos bélicos con La Delgada Línea Roja (The Thin Red Line, 1998)— que abarca, en buena medida, la totalidad de su obra: las relaciones del mundo natural con los hechos humanos, el orden cósmico junto a la historia y lo pequeño en integración con lo inmenso.
Por otro lado, la siguiente gran búsqueda de la cinta pasa a ser inevitablemente post-1917 (2019), acá ya en una cercanía temporal y de contexto generalizados, aunque nos lance al lado contrario de los bandos enfrentados —esto con la perspectiva de su influyente y combativo material de origen, la pluma de Erich Maria Remarque—. Intenciones de inmersión e impacto a través de monumentales travellings que delinean avances o retiradas en los campos —aunque sin desplante anticorte visual, huelga decir— y movimientos de cámara por encima de las trincheras o al interior de estas —aquí con una franca deuda a Kubrick y sus inolvidables recorridos en La Patrulla Infernal (Paths of Glory, 1957)—. A la campaña en marcha para que la película sea la representante alemana en la próxima entrega del Óscar, debe sumarse la difusión a través de cierto prestigio técnico en publicaciones como British Cinematographer, que ya le dedicó una portada. Todo ello como añadidos al emparentamiento casi injustamente derivativo con la obra de Sam Mendes.
Imagen: Amusement Park Films, Rocket Science, Sliding Down Rainbows Entertainment |
Sin Novedad en el Frente se desplaza entre tendencias que van desde tremendismos previsibles hasta escenas que salen avantes con mayor soltura, y que bombean la inminencia insondable de la fatalidad. A veces, una barbarie frenética e inmisericorde, similar al ritmo de una cinemática no interactiva de un videojuego. Otras, instantes detenidos de riqueza en los detalles. Al ir deshebrando el hilo conductor de insectos capturados, como mostrando los esfuerzos fútiles de pretender capturar la belleza y lo inmediato. O como en sus primeros montajes, que dejan en evidencia la naturaleza mecanicista de la guerra, con bandas elásticas poniendo en funcionamiento una maquinaria mayor o los uniformes y las etiquetas en reutilización trágicamente constante.
Sin embargo, al director Edward Berger y a sus guionistas Lesley Paterson e Ian Stokell se les escapan algunos manierismos de cines abusivos de crueldad en imágenes y alguna línea que bordea entre lo explicativo histórico vulgar y un dejo peligrosamente apologista de los horrores por venir —“Sean justos con el enemigo o este aborrecerá la paz”—. Aunque toda adaptación es una traición, lo que construyen apunta a volverse simple motivo chocante y "shockeante". Mantener en vilo en pos de una violencia deshumanizadora que termina por ser contradictoria y, sí, ambigua.
Imagen: Amusement Park Films, Rocket Science, Sliding Down Rainbows Entertainment |
Volvamos a Truffaut un momento. Entre las conversaciones que mantuvo con Hitchcock, llegó a exclamar: “El trabajo de un director que quiere producir una sensación de violencia no consiste en filmar la violencia, sino en filmar cualquier cosa con tal de que esto produzca impresión de violencia”. Para demostrar lo vil y lo despreciable de la guerra, para representar ese nido donde se atrinchera y brota lo peor del espectro humano, ¿hace falta lo descarnado?, ¿la recreación de las carnicerías?, ¿el espectáculo sadista?; ¿hay un manifiesto artístico-político?, ¿o es un mero regodeo/regocijo?, ¿una estética anestésica, como reflexiona Susan Buck-Morss?
Para poner en contraste, rememoro una de las escenas iniciales de la versión previa más célebre que también llevó a la pantalla la novela de Remarque. Con pulso, consciencia del medio y una ecuanimidad a toda prueba, Sin Novedad en el Frente (All Quiet on the Western Front, 1930) nos pone frente a la violencia del condicionamiento nacionalista. El entorno es escolar: maestro y pupilos. Una situación también presente en la nueva adaptación, pero en la que solo recae evidenciar brevemente la fuerza manipuladora del discurso. Mientras, la película de los 30 nos fulmina con la fuerza de cambios de plano eufóricos. Rostro a rostro. Una violencia que hace retroceder la cámara mientras el tumulto en el aula termina en una desbandada para enlistarse a las filas del ejército, dejando los pupitres vacíos y un reguero de papeles en el suelo. Manchas blancas que prefiguran el mar de cruces de la sobreimpresión con la que cierra la versión de Lewis Milestone.
Aquí, luego de un largo viaje hacia el fin, ese último paisaje solo parece sugerir una anticipación ya de sobra conocida: nada se opone a la noche.
Sin Novedad en el Frente está disponible en Netflix.
Juan Ramón Ríos. Cinero/escritor.
Juan, toma clases de redacción, ninguna de tus metáforas o técnicas gramaticales tiene sentido.
ResponderEliminarGracias por el interés permanente en mis textos (siempre alegando cuestiones de redaccción). No echaré la sugerencia en saco roto, seguir estudiando el manejo del lenguaje marca distancia de la escritura genérica, anónima y complaciente. ¡Van saludos!
Eliminar