Crítica - No te Preocupes, Cariño: un cascarón lleno de metáforas vacías

Peleas, dimes y diretes, supuestos escupitajos... Involuntaria pero desafortunadamente, la narrativa que se generó alrededor de No te Preocupes, Cariño (Don't Worry Darling, 2022) lo tenía todo, menos cine. Estas controversias generaron una expectación inusual por el estreno de la nueva película de Olivia Wilde, que de inicio presentaba uno de los repartos más atractivos del año. Pero, después de lo sucedido y comentado, el riesgo que corría era enorme: ¿qué pasaría si no cumplía las expectativas? Y así, después de tantos memes, suposiciones y teorías, finalmente ha ocurrido lo que se temía. Con pocas emociones, actuaciones dispares y una historia poco inspirada, el filme decepciona y queda opacado totalmente por los murmullos. 

No te Preocupes Carino critica
Imagen: New Line Cinema, Vertigo Entertainment, Warner Bros.

Alice (Florence Pugh) es una ama de casa de los 50 que parece vivir la vida perfecta. Jack (Harry Styles), su esposo, que trabaja para Victoria, compañía que también construyó el idílico pueblo donde habitan en medio del desierto, aspira a un importante ascenso. Todo marcha bien para ellos hasta que, un día, Alice comienza a tener visiones inquietantes, lo cual le lleva a sospechar sobre lo que su esposo hace en Victoria. Así, mientras una serie de extrañas ocurrencias avivan su preocupación, las grietas comienzan a asomarse en la comunidad, dejando al descubierto el siniestro secreto oculto debajo de una fachada de utopía.

Wilde causó una muy grata impresión con La Noche de las Nerds (Booksmart, 2019), una divertida comedia juvenil con gran corazón. Ahora, dando un giro de 180 grados, la estadounidense se interna en el thriller psicológico echando mano de varias de las superestrellas actuales del panorama occidental. Con ese empuje y apoyo, ¿qué podía salir mal? Reportes de una producción problemática y rencillas internas comenzaron a generar curiosidad por el filme, culminando en el morbo total durante su estreno en el Festival de Venecia, donde las habladurías terminaron por esconder las malas críticas que recibió. Pero ¿verdaderamente fueron esas dificultades durante la filmación la causa de las fallas? 

El mayor desacierto de No te Preocupes, Cariño se encuentra en el guion, algo hasta cierto punto sorpresivo, pues la guionista, Katie Silberman, también participó en la escritura del de La Noche de las Nerds. La chispa de aquel debut no se encuentra por ningún lado en este segundo intento por parte de Wilde. A pesar de estar denominada como un thriller psicológico, la tensión notablemente brilla por su ausencia; ninguno de los drásticos giros que toma la trama causa una impresión genuina. Tal parece que la preocupación por construir una atmósfera en lugar de una historia dio como resultado algo que, sin duda, luce atractivo la mayor parte del tiempo, pero que, al abrir el cascarón, revela nada más que vacío esa escena en la que Alice rompe unos huevos para darse cuenta de que no tienen nada dentro es un augurio  de lo que está por venir

No te Preocupes Carino critica
Imagen: New Line Cinema, Vertigo Entertainment, Warner Bros.

Pero en Wilde también reside gran parte de la culpa. Al ver la actuación de Styles quien queda empequeñecido y hasta caricaturizado ante la presencia de Pugh realmente queda la duda de por qué obtuvo el papel. Su personaje no le hace ningún favor, y la mayor parte del tiempo se siente ajeno al tono de la película. En su interpretación no parece haber un trabajo de dirección; es como si el también cantante simplemente hubiera estado en piloto automático recitando y vociferando las líneas del guion. Su química con Pugh es nula, y las escenas que comparte con ella son reiterativas o incómodas. En suma, una de las estrellas musicales más grandes del mundo sobra por completo.

En el resto de los personajes tampoco hay nada interesante. Chris Pine, como Frank, líder de la comunidad, trata de aportarle cierto misterio y fanfarronería, pero su pobre trazado no arroja nada que valga la pena indagar. Nuevamente, el guion muestras sus carencias. Gemma Chan y la misma Wilde también emergen solamente como accesorios de una trama que apuesta todas sus fichas a Pugh, que intenta darle vida a una protagonista cuyo magnetismo no es suficiente como para generar empatía. 

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Imagen: New Line Cinema, Vertigo Entertainment, Warner Bros.

Con esto, los únicos elementos que invitan a seguir viendo son el diseño de producción y la fotografía. Matthew Libatique realza los espacios abiertos y los cerrados con una labor discreta pero fina. La recreación de época también contribuye al trabajo de inmersión, que recuerda el contraste del mundo de El Joven Manos de Tijera (Edward Scissorhands, 1990). Sin embargo, y muy en sintonía con la historia, todo esto no hace más que albergar una narrativa sin vida y poco imaginativa. Y si a eso agregamos que las reglas de este universo nunca quedan definidas por completo, el giro final no logra sostenerse por ningún lado.

En No te Preocupes, Cariño, Wilde y Silberman son demasiado obvias en sus intenciones. Si bien es cierto que estamos ante un relato de liberación femenina que pretende mostrar la inequidad de géneros, las metáforas aquí empleadas carecen de cualquier significado que no sea evidente. En el último acto, la inspiración obtenida de Matrix (1999), El Show de Truman (The Truman Show, 1998) y El Origen (Inception, 2010) queda más que clara, pero también la forma en que su trama se deriva de ellas sin nada más que la distinga. Aspirando a ser una heredera de The Stepford Wives (1975), la película termina siendo algo así como un episodio poco original de Black Mirror o La Dimensión Desconocida. Incluso WandaVision consiguió concretar una temática parecida con un enfoque más entretenido y un tono más ligero. 

No te Preocupes, Cariño se encuentra actualmente en cartelera.

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