Reseña - Vuelven: un oscuro cuento de hadas sobre la violencia

En Vuelven, la inocencia perdura de forma poco convencional. Mientras los desaparecidos se acumulan y los tiroteos entre carteles se desarrollan ahora frente a las escuelas, los niños tienen que seguir con sus vidas a pesar de todo. Este reflejo de una decadente sociedad mexicana toma el punto de vista de una pequeña que precisamente se aferra a la pureza que existe todavía a su alrededor.

Los niños, víctimas colaterales de la violencia en nuestro país, viven una cruda realidad en la que, contra todo pronóstico, encuentran un mundo fantástico en el que pueden seguir siendo ellos mismos, aunque sea solo por un instante.


Estrella (Paola Lara) experimenta de primera mano la violencia que azota la ciudad en la que vive. No solo teniendo que buscar refugio en su propia escuela ante las constantes balaceras entre sicarios, sino ahora enfrentando la desaparición de su madre, la niña no tiene más remedio que sumergirse en la hostilidad de las calles, pues en su casa algo o alguien ha comenzado a acecharla.

Mientras, Shine (Juan Ramón López), otro niño desamparado que se ha curtido en las calles desde hace tiempo, despierta la ira del cartel de Los Huascas cuando roba el celular de uno de sus miembros, poniendo en peligro un secreto criminal. Cuando ambos jóvenes se encuentran, una aventura por la supervivencia y tratar de encontrar aquello que les han arrebatado da inicio.

Issa López, conocida hasta hace poco por las distintas y exitosas comedias románticas en las que ha estado involucrada, da un giro de 180 grados a su narrativa con Vuélven (conocida como Tigers Are Not Afraid en el mundo angloparlante), un relato que vuelve a poner la sobre mesa el impacto de la guerra contra el narco en nuestro país y las terribles consecuencias que ha tenido en sus víctimas, en este caso, los niños.

Disponiendo de un elenco juvenil que cumple cabalmente haciendo creíbles las situaciones en las que sus personajes se ven inmersos, así como de una serie de recursos visuales poco comunes para este tipo de historias, López hace de esta cinta algo único y relevante en un momento de la historia nacional en la que la guerra parece no tener fin.


Vuelven es prácticamente un cuento de hadas. Estrella, la protagonista, es una princesa en busca de su madre. Las armas con las que cuenta son tres poderosos deseos y una bandada de escuderos dispuestos a combatir el mal que también los ha afectado a ellos de una forma u otra. Shine, su líder de facto, se presenta como una fuerza indomable pero ciertamente justa.

Sus responsabilidades implícitas incluyen proteger a los suyos y el techo de una casa del que se han apropiado, donde, cual Peter Pan, ha creado una pequeña utopía infantil. Del otro lado, El Caco (Ianis Guerrero) y su jefe, El Chino (Tenoch Huerta) representan al gran villano, aquel que hará todo lo posible por apoderarse por completo del reino que han invadido. 

Pero en este mundo fantástico no solo hay buenos ni malos, sino también aquellos cuya existencia ha sido extirpada de tajo dejándolos en un especie de cruel y fantasmagórico limbo. Estrella, habiendo sufrido una reciente pérdida, entra en contacto con este plano desde el principio. Con algunos tintes de horror, López establece una relación entre un humano y seres fantásticos de la que el mismo Guillermo del Toro se ha mostrado orgulloso.

Por si fuera poco, el involucramiento de la niña con los desamparados también crea en ella un rol cuasimaterno, algo así como una protectora cuyo amor parece ser más fuerte que cualquier otra cosa que hayan experimentado hasta ahora. En un entorno de brutalidad y muerte, su presencia resulta un aliciente para Shine y sus compañeros, aunque este último se muestre reacio a aceptarla en un comienzo.


El universo de Vuelven es tan bello como terrorífico. Mientras los bellos grafitis cobran vida en las paredes de las derruidas calles, los embolsados también regresan de su aparente descanso en busca de venganza. Así como aparece de la nada un estanque de hermosos peces dentro de un edificio en ruinas, un ineludible rastro de sangre comienza a perseguir a la protagonista.  Este realismo mágico del que López dispone nos muestra ambos rostros de la peculiar fantasía en la que se desenvuelven estos personajes.

En esta película, Issa Lopez le vuelve a dar rostro a la infancia pérdida, la cual ha tenido que aprender a defenderse de la injusticia y maldad que emana de una sociedad en total estado de putrefacción. La pérdida que Estrella y los demás han experimentado es palpable y desconsoladora; al final, cuando este mundo solo puede ofrecer violencia al por mayor, la añoranza por uno fantástico y lleno de amor emerge como la única posibilidad de mantener la esperanza entre tanta oscuridad.

"Los tigres no tienen miedo", se repite Estrella a sí misma. Su determinación y el sentido de pertenencia que genera durante la trama representan el último recurso ante la amenaza que se cierne frente a ella. Quizá le quitaron a su madre y la relativa paz que había en su vida, pero no la humanidad que le permite distinguirse de aquellos que buscan destruirla.

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