Reseña - El Camino: el satisfactorio final para Breaking Bad que todo el mundo anhelaba

Antes de la desgracia, Jesse (Aaron Paul) y Mike (Jonathan Banks) discuten sobre lo que harán a continuación, habiéndose librado del ahora tiránico Walter White (Bryan Cranston). "Arreglar las cosas", dice el joven con cierta esperanza. Resignado, y a modo de advertencia, Mike responde: "No, eso es lo que nunca podremos hacer". Estas palabras resuenan constantemente en El Camino, el nuevo proyecto de Vince Gilligan que pretende ponerle punto final a una de las mejores series de la historia, aquella en donde vimos al héroe convertirse en el villano al tomar el control de su vida; una magnífica lección narrativa que se continuará analizando en años por venir. Ahora, en esta película a modo de epílogo, el creador nos muestra qué pasó después de aquella fatídica noche en la que Jesse escapó, y Walter murió.

Tras ser liberado de las garras del grupo neonazi para el que cocinaba metanfetamina, Jesse acude a sus amigos "Badger" (Matt Jones) y Skinny Pete (Charles Baker) en busca de refugio sabiendo que la policía está tras sus pasos. Asimilando su libertad y los sucesos que lo trajeron hasta este punto, el joven acepta la ayuda de sus colegas, quienes le brindan algunos recursos para que pueda emprender un escape definitivo, el cual todavía luce muy lejano. Sabiendo que solo hay una manera de desaparecer completamente del mapa, Jesse decide arriesgarse una vez más para obtener lo que necesita, lo que inevitablemente lo acercará a personajes y situaciones que marcaron los últimos y peligrosos años de su vida.


El secreto a voces fue finalmente revelado hace tan solo un par de meses. Gilligan había filmado una película en el universo de Breaking Bad que aparentemente le daría una resolución al relato que concibió durante varios años. Dadas las circunstancias casi definitivas del grandioso final de la serie, solo quedaba un camino por explorar: ¿qué había pasado con Jesse? El Camino, en referencia al automóvil en el que el protagonista escapa de su cautiverio, es un tributo al espíritu de la serie, pero también una reflexiva historia sobre la moral, las consecuencias de cada decisión, y la incansable búsqueda de un hombre seriamente lastimado que solo desea una oportunidad más.

El Camino comienza exactamente en donde concluyó "Felina", con Jesse a bordo del auto clásico sin un destino aparente más que el de la libertad. A partir de ahí, Gilligan, quien también escribió el guión, nos presenta a un tipo sucio, perturbado y en estado de shock. Las primeras escenas nos muestran el daño físico y emocional que ha sostenido el personaje principal, quien ya de por sí había pasado por bastante debido a las acciones de Walter, su alguna vez amigo, compañero y mentor. Paul hace un gran trabajo retomando al personaje que lo lanzó a la fama proyectando una inconmensurable vulnerabilidad en los primeros instantes de la cinta, la cual de pronto se transforma en determinación por conseguir un objetivo muy específico: la salvación.

El Camino, como dice el mismo Mike, no se trata de Jesse arreglando las cosas que hizo mal en el pasado, sino más bien de aceptar lo sucedido, seguir adelante, y comenzar de nuevo, tal y como lo había planeado con Mike antes de la tragedia. Gilligan adopta un estilo muy cercano al western para contar esta historia. Jesse, buscado por todas las agencias policíacas, se convierte en un forajido con causa conforme avanza la trama. Para cumplir con su objetivo, este tendrá que conseguir los recursos necesarios, lo que invariablemente lo enfrenta contra otros bandidos en busca del gran botín. Aspectos más obvios como el entorno desértico, el título, el destino final de Jesse, y hasta una tensa escena de duelo con todo el estilo de Sergio Leone y Clint Eastwood, nos remiten al ya mencionado género cinematográfico, 

Jesse poco a poco renueva su confianza mientras nos acercamos al desenlace. Su valentía, y hasta estupidez nos remiten a ese Jesse intrépido y bienintencionado que se convirtió en favorito de la audiencia durante Breakind Bad, pero que siempre terminaba opacado en todos los sentidos por Walter y su lento pero seguro descenso al infierno. Esto no es un lamento ni nada por el estilo, ¡qué mejor que tener dos grandes personajes luchando por la simpatía (o desdén) de los espectadores! Pero lo cierto es que varios aspectos del conflicto de Jesse quedaron a la deriva por el protagonismo de su compañero. Gilligan lo sabe, y con El Camino nos da dos horas en las que finalmente lleva al personaje hacia una resolución satisfactoria.

Pero el camino (obviamente) es doloroso, así como los recuerdos. El director usa buena parte del tiempo para regresar al pasado y ofrecernos una perspectiva todavía más dolorosa del cautiverio de Jesse. Es aquí donde nos topamos con más caras conocidas, principalmente con la del odiado Todd (Jesse Plemons), con quien comparte varios momentos de humillación que resultan desgarradores. Pero hay otro par de flashbacks menos oscuros (los cuales los fans sin duda tratarán de situar en la línea del tiempo de Breakind Bad mientras ven la película) con un significado enorme, y con la aparición de otros personajes sorpresa, que ofrecen un leve atisbo de esperanza, así como una inusitada sensación de libertad para alguien que, más allá de haber salido de un hoyo de concreto, finalmente podrá decidir quién desea ser.

Que El Camino haya salido como una cinta original de Netflix le permitirá a los fans disfrutar de momentos que de otra manera serían incómodos en una sala cine, como poner pausa y tratar de hilar las distintas referencias que Gilligan tira por aquí y por allá. Ciertamente se trata de una película que resultaría muy difícil de apreciar al no haber seguido la serie de lleno; pero todos lo sabemos, esto fue hecho para los fans, y vaya que hay muchos. El Camino le da un digno final a un memorable personaje, y nos recuerda de los años que compartimos a su lado y el de Walter mientras finalmente se convertían en alguien.

Comentarios