Reseña - Viudas: crítica social y empoderamiento femenino

"...Nadie cree que tenemos los huevos para hacerlo" es la frase que utiliza Veronica (Viola Davis) para motivar a sus secuaces y que prácticamente resume Viudas, la nueva cinta del laureado Steve McQueen. Internándose en esta ocasión en un terreno más comercial que el de sus proyectos anteriores, el director regresa después de una larga ausencia con una película muy apropiada para nuestros tiempos y que hace una mezcla muy convincente entre drama y acción. Con un elenco estelar, un guión astuto y utilizando Chicago como escenario para retratar la corrupción y desigualdad que emanan de una política liderada por hombres temperamentales y acomplejados, Viudas emerge como una de las sorpresas del año y una oportunidad para McQueen de mostrar su talento en otro ámbito.

Harry Rawlings (Liam Neeson), criminal y esposo de Veronica, y sus compañeros han sido abatidos por la policía tras un atraco fallido. La ahora viuda llora su muerte y trata de descubrir qué fue lo pasó. Mientras, Jamal Manning (Brian Tyree Henry), candidato mafioso a un distrito de Chicago y a quien Harry le robó una gran cantidad de dinero, visita a Veronica para que rinda cuentas por las acciones de su difunto marido. Consternada pero decidida a no dejarse intimidar, la mujer comienza a buscar pistas sobre los últimos planes de Harry y pronto se da cuenta que la única forma de salir con vida es realizando un golpe con la ayuda de las viudas de los compañeros de su amante. Así, Veronica y sus nuevas secuaces ponen manos a la obra exponiendo en el proceso la corrupción en las entrañas del mundo político de Chicago.


Con solo un puñado de cintas bajo el brazo, Steve McQueen se ha posicionado como uno de los directores más fascinantes de los últimos tiempos gracias a sus colaboraciones con Michael Fassbender, a quien ha utilizado como vehículo de un par de potentes narrativas con personajes en plena degradación física y mental. Su transición a Hollywood llegó de golpe con 12 Años Esclavo, película con algunos trazos característicos de su estilo, pero con una historia sin la fuerza de sus trabajos anteriores. Ahora, Viudas lo ve entrar de lleno al cine comercial; y aunque tampoco dispone de la variedad de recursos que lograron llamar la atención de la crítica hace un tiempo, su nueva obra reúne los elementos necesarios para satisfacer a un público en busca de un relato dramático con tintes de acción y misterio.

Viola Davis interpreta a una mujer desolada por una terrible pérdida, pero con un fuerte carácter que no se deja doblegar ante las amenazas y agresiones de los hombres que la persiguen. Las otras viudas también enfrentan situaciones similares al ser pisoteadas por individuos que asumen tener algún tipo de injerencia sobre ellas. Linda (Michelle Rodriguez), por ejemplo, tiene que lidiar con las malas decisiones de su esposo, solo para después afrontar las consecuencias de sus actos después de fallecido. De igual forma, Alice (Elizabeth Debicki), maltratada en un principio por su pareja, posteriormente se encuentra con otro que simplemente la ve como un objeto sexual. Estas mujeres han sido menospreciadas, pero la oportunidad del golpe les ofrece una nueva perspectiva sobre sus propias habilidades.


McQueen se encarga nuevamente de escribir el guión, como lo hizo en sus primeras cintas, y se basa en una serie británica del mismo nombre y premisa. Gillian Flynn, la popular autora convertida en guionista, también colabora en la historia aportando seguramente esa dosis de misterio que caracterizan las adaptaciones de sus novelas. Juntos han creado una trama de empoderamiento femenino poco convencional, uno muy agresivo y como respuesta a la opresión masculina que viven constantemente. A diferencia de otros filmes de golpes criminales, las protagonistas de Viudas se ven involucradas en la situación involuntariamente y como única forma de supervivencia, palabra que podría describir el escenario del sexo femenino en muchos casos de la actualidad.

Los personajes masculinos de esta película son despreciables y despiadados en su mayoría. Todos relacionados con el crimen de alguna u otra forma, estos mantienen el control de la ciudad a través de la intimidación y corrupción. Colin Farrell aparece como Jack Mulligan, candidato al mismo distrito que Manning y cuya familia ha tenido el control del área por años a base sobornos y demás actividades ilícitas. Farrell encarna a un tipo cobarde y cuya frágil masculinidad se ve amenazada no solo por Veronica, sino por su mismo padre (Robert Duvall), otro político corrupto y racista. Pero quien más llama la atención en este apartado es Daniel Kaluuya como Jatemme, otro de los hermanos Manning y principal sicario del sindicato criminal. Su crueldad y malicia solo son equiparadas por su astucia. Una escena en particular, con todo el sello visual de planos secuencia de McQueen, deja en claro la vileza alrededor de este.


McQueen y Flynn tienen un gran acierto al situar esta historia en Chicago, una de las ciudades con mayor índice delictivo en Estados Unidos. A través de las cuestionables acciones de Manning y Mulligan, los guionistas esbozan un panorama social sumamente sombrío, uno en el que la gentrificación y campañas políticas tienen acorralados a sus habitantes sin que se den cuenta de ello. Una de las mejores escenas de la cinta ve a a Mulligan y su asistente dejar un evento en un barrio obrero para dirigirse a su mansión. El trayecto dura unos cuantos minutos, pero es tiempo suficiente para que el frustrado hombre exhiba su lado más vulnerable al haber sido cuestionado por un reportero. Mientras su asistente trata de alentarlo con palabras poco convencionales, la cámara se mantiene afuera del auto, por lo que podemos ver la transición de las vecindades y calles grafiteadas hacia cuadras perfectamente mantenidas y con enormes casas protegidas con vistosas medidas de seguridad.

En otra escena todavía más perturbadora y sumamente familiar para un sector poblacional de aquella nación, un personaje negro relativamente importante para la trama es acribillado por la policía sin razón alguna; de fondo, decenas de los icónicos carteles de Obama con la leyenda "Esperanza" atestiguan el crimen. McQueen y Flynn no solo han concebido una película con una buena dosis de tensión y drama, sino con una carga social muy pertinente que hace hincapié en las problemáticas que aquejan a los grupos marginados. El toque progresista de Viudas es justamente lo que el cine comercial necesita en estos momentos de cambio.

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