Pasajeros: lo peor del blockbuster hollywoodense

ADVERTENCIA: LA SIGUIENTE RESEÑA CONTIENE SPOILERS.

Hay películas malas que tienen su encanto, hay otras que simplemente no son lo que esperábamos, pero hay unas más que representan un insulto a la inteligencia y no son más que un producto comercial sin alma y que ni siquiera para ganar dinero servirán. Pasajeros bien podría ser la peor cinta del año pasado, pero eso sería pasar por alto el pobre desarrollo de su premisa, la carencia de ideas narrativas y las malas actuaciones de dos actores que han tenido notables destellos de talento en los últimos años. Estamos ante una total afrenta al cine y un bodrio de proporciones masivas que solo Hollywood pudo haber concebido.

Jim Preston (Chris Pratt) es un ingeniero mecánico que viaja en la Avalon, una nave que ha partido de la Tierra hacia el planeta Homestead II, en busca de una mejor vida. Debido a los 120 años que dura el viaje, pasajeros y tripulación se encuentran en hibernación y no despertarán hasta unos meses antes de la llegada. Sin embargo, una falla técnica en los sistemas de la nave despierta por error a Jim, quien se percata de que todavía faltan 90 años para llegar a su destino. Sin manera de volver a entrar en hibernación, este tiene que acostumbrarse a la soledad y a disfrutar por sí solo de todos los servicios automatizados que se ofrecen a bordo. Pero un año después de haber despertado, Jim es tentado por la posibilidad de despertar a otro pasajero, cosa que finalmente se convence de hacer cuando lee la historia de Aurora Lane (Jennifer Lawrence), una exitosa escritora con grandes aspiraciones. Mintiéndole acerca del porqué también se ha interrumpido su sueño, Jim comienza a convivir con ella y a enseñarle todo lo que hay a bordo. Ambos caen enamorados uno del otro después de un tiempo, pero la revelación de un secreto y las cada vez más críticas fallas en la nave amenazarán su relación y su vida misma.


Dirigida por Morten Tyldum (El Código Enigma), quien no ha tardado en ser seducido por las grandes producciones hollywoodenses, y escrita por Jon Spaihts (Prometeo, Doctor Strange), guionista que alguna vez fue una promesa del medio, Pasajeros sufre de todos los vicios que un blockbuster puede tener y que otros cineastas se han empeñado en desaparecer en los últimos años. Aburrida, espantosamente cursi y con una trama tan estúpida como irrelevante, esta película se ha ganado a pulso el título como la peor del año. 

Si bien ya es suficiente con humillar al género de ciencia ficción, Pasajeros insiste en hacer quedar mal a la industria del cine con una predecible historia que muchos críticos incluso han catalogado como horripilante y extraña, sobretodo por las acciones de su protagonista, Jim Preston, un hombre que decide arruinar la vida de otra persona de manera egoísta. Este realmente no es el problema, sino la relación romántica que surge entre el bien denominado captor y su rehén. Tyldum y Spaihts plantean un escenario improbable en donde resulta imposible no pasar por alto inquietudes básicas como ¿por qué demonios querría una mujer estar con un hombre que ha coartado su posibilidad de ser un referente para la humanidad? O cosas tan sencillas como ¿por qué diablos Jim tuvo que confesar su secreto a un estúpido robot que en cualquier momento podría decir la verdad al no tener la capacidad de empatizar? Ciertamente se trata de algunas libertades que los creadores se han tomado para que su narrativa funcione, pero la verdad es que esta igualmente no logra avanzar por ningún lado.


Pratt y Lawrence, a pesar de ser dos de los actores más solicitados del momento, dejan un mal sabor de boca con débiles actuaciones que sin duda son producto de una mala dirección y un guión simplón, pero que por ningún motivo resulta una excusa para quedarse en su zona de confort. Por si fuera poco, su degradación como objetos sexuales con tantas tomas que resaltan sus esculturales cuerpos dejan mucho que desear. Basta con recordar esa incómoda escena en la que Jim le dice a Aurora que es la mujer hermosa más hermosa que ha visto y esta se le lanza bestialmente encima de la manera más falsa posible.

¿Y qué hay de la ridícula participación de Laurence Fishburne? Como uno de los miembros de la tripulación, este aparece únicamente para tratar aportar un drama barato y demostrar que sí puede haber pérdidas en este casi perfecto universo. ¿O que hay de la de Andy Garcia? Apariciones de poco menos de dos segundos en pantalla nos hacen preguntarnos si realmente cobran por ello.


La trama de Pasajeros es tan poco interesante que el origen de los desperfecto en los sistemas de la nave se deben al choque de una lluvia de asteroides. Las conspiraciones y la representación de la corporación maligna suelen ser características intrínsecas de la ciencia ficción y uno espera al menos que la razón por la que estos dos individuos hayan despertado hubiera sido parte de algún plan maquiavélico por parte de quienes controlan el Avalon. Pero no, todo se limita a tener que tapar unos cuantos hoyos y jalar unas cuantas palancas. Sabemos casi por default que nadie tendrá que sacrificarse para cumplir con el cometido.

Pasajeros representa lo peor de Hollywood y su necedad por crear blockbusters que simplemente ya no tienen cabida en nuestra época. A pesar de contar con todas las bondades que ofrece una producción de un calibre como esta, la cinta se cae desde muy temprano debido a lo trillado del guión y la fragilidad con la que están concebidos sus protagonistas, individuos ordinarios sin ninguna característica con la cual podamos identificarnos. He aquí una película que no tiene razón de existir.


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