Las Elegidas: la explotación sexual como síntoma de una cultura machista

El tráfico de mujeres es uno de los tantos cánceres que carcomen a nuestro país desde hace ya varias épocas. A pesar de tratarse de una actividad criminal y de un hecho realmente deplorable, su existencia no debería resultarnos tan impactante si tenemos en cuenta las raíces machistas con las que está cimentada la sociedad mexicana. La mujer como un objeto, un forma de obtener placer, una mercancía y una materia para explotar literalmente hasta la muerte. Para nada es una justificación, pero la raíz del problema tiene que ver directamente con nuestra identidad. El tema es triste y delicado y tratar de exponerlo parece ser una de las pocas armas que tenemos contra este. David Pablos, director mexicano, asume esa responsabilidad con Las Elegidas, una cinta que retrata la prostitución forzada en el norte del país con dos vulnerados adolescentes como protagonistas. Desafortunadamente, la poca originalidad y la manera en que el realizador aborda el problema termina por convertir esta obra en un errático ejercicio que en ningún momento logra mostrarnos algo valioso.

En Tijuana, Ulises (Óscar Torres) y Sofía (Nancy Talamantes) son dos jóvenes enamorados que se disponen a dar el primer paso serio en su relación. Ulises, inexpresivo y serio todo el tiempo, lleva a Sofía a casa para que su familia la conozca. El encuentro se desarrolla de la mejor forma y la aprobación de sus padres resulta evidente. Pero Ulises y los suyos guardan un secreto muy oscuro, cada uno de sus integrantes está dedicado al negocio familiar: un burdel clandestino con mujeres trabajando en contra de su voluntad. Sofía es su próxima adquisición y ha sido Ulises, al haberla ensimismado con su aparente encanto, el responsable de haberla atraído a las garras de su familia. Después de ser secuestrada y obligada a trabajar en la casa de citas, el confundido chico se rebela ante su padre y le pide dejarla en libertad, pues está enamorado de ella. Este acepta con una condición, que una nueva niña ocupe su lugar. Así, Ulises tendrá que recurrir nuevamente a sus retorcidos métodos para liberar a su amada.


Las Elegidas nos inserta en medio de la relación de dos chicos. Las primeras escenas nos dejan ver los bellos momentos que pasan juntos y lo feliz que se encuentren el uno junto al otro, sobre todo Sofía, quien por primera vez se entrega a un hombre. Ulises, a pesar de su seriedad y nula expresión, también siente algo distinto en el fondo. Después de hacer el amor, este le confiesa que ha estado con otras, pero que con ella es distinto. De cualquier manera, hay algo oscuro en las intenciones de Ulises. Sus sentimientos son reales, pero su relación no es producto de una romántica coincidencia, sino de los designios de su padre, quien lo ha encomendado a engatusar a una niña para meterla a trabajar como prostituta.


Pablos, consciente del problema que representa la explotación sexual en nuestro país, ha adaptado la novela de Jorge Volpi olvidándose justamente de eso, de exponer un delito en el que autoridades y sociedad están involucrados. En su lugar, el director nos presenta una pobre historia de amor incapaz de hacernos sentir algo. La pasividad de sus protagonistas es una característica que define su personalidad, pero que ciertamente los hace poco interesantes. Que sus caminos se vean separados parecía una buena oportunidad para desarrollar sus personajes; sin embargo, la trama se estanca en un nuevo ciclo de mentiras y engaños que nos llevan a un lugar que ya hemos visto con anterioridad. Al final, los chicos han pasado por una traumática experiencia, pero la manera en que se dejan llevar por las circunstancias no convence en lo absoluto.


SPOILERS ADELANTE. El guión se tambalea en diversos momentos. Cerca del final, un hombre que ha estado visitando a Sofía tratando de encontrar información sobre el paradero de su hija, la cual también fue raptada para forzarla a prostituirse, le ayuda a planear su escape de la casa de citas. Al final, Sofía es "liberada" gracias a las acciones de Ulises y todo lo que había tramado con el hombre queda inconcluso a pesar de que algunas escenas nos indican qué algo ocurrió. ¿Solo se trató de una escapada rápida para ir ver a su madre? La explicación queda en el aire. TERMINAN SPOILERS.

Las Elegidas es el claro de ejemplo de estilo sobre sustancia. Algunos ejemplos del talento artístico de Pablos se traducen en los recursos que utiliza, como dejar las escenas de sexo fuera de toma y sustituirlas por crudas imágenes fijas de Sofía y su toda clase de clientes. El voice-over con los sonidos del acto sexual suponen el único instante realmente estremecedor de la cinta. En una época en la que obras como Carmín Tropical nos cuentan una historia muy íntima enmarcada en un contexto social muy distintivo de nuestra cultura, Las Elegidas no solo tiene una trama poco interesante, sino que no ahonda en el tema crucial: la explotación sexual.


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