X-Men: Apocalipsis - un errático paso hacia un fresco comienzo

ADVERTENCIA: LA SIGUIENTE RESEÑA CONTIENE VARIOS SPOILERS

Como pioneros de las cintas de superhéroes que conocemos actualmente, los X-Men permanecen como una propiedad emblemática y sumamente querida; sin embargo, en 15 años de historia en la pantalla grande estos han visto tanto la luz como la oscuridad. Los Estudios Fox, propietarios de los derechos, han explotado la marca con varios resultados, desde la maravilla que resultó X-Men 2 hasta la bombástica e insufrible La Batalla Final. Tiempo después, los ejecutivos decidieron darle una segunda oportunidad a la franquicia y en 2014, tras un aceptable reboot (Primera Generación), Días del Futuro Pasado no solo adaptó una de las historias más icónicas de los cómics protagonizados por los mutantes, sino que trató de enmendar los anteriores errores dentro de la misma narrativa. De manera muy satisfactoria, la cinta arregló lo que tenía que arreglar y abrió una nueva línea del tiempo que prometía nuevas y fascinantes historias. Desafortunadamente, Apocalipsis, la sexta entrega de la saga, ha destruido todo lo que se había logrado en tiempos recientes y devuelve al equipo de superhéroes a una nueva época de oscuridad.

10 años después (¿de verdad?) de que el mundo finalmente se enteró de la existencia de los mutantes tras los ataques en Washington D.C., la coexistencia con los humanos parece ir por buen camino. Así, los protagonistas de aquellos incidentes han encontrado una relativa paz. Por un lado, el Profesor Charles Xavier (James McAvoy), ha cumplido su objetivo de abrir una academia para poder encaminar a jóvenes mutantes; por el otro, Erik Lehnsherr (Michael Fassbender), conocido como Magento, ha formado una familia y se ha mantenido en el anonimato alejado de los problemas. Pero una nueva y milenaria amenaza surge repentinamente. En Sabah Nur (Oscar Isaac), el primer mutante de la historia y uno de los más poderosos, ha despertado de una larga hibernación. Al darse cuenta de que el mundo es gobernado por los humanos, este no puede contener su decepción al saber que los más débiles lo controlan todo. Convencido de que es necesario arrasar con todo para construir una nueva civilización, Apocalipsis reúne a sus nuevos cuatro jinetes para que lo ayuden en su tarea de extinguir a la humanidad. Mientras Magneto decide unírsele después de vivir un trágico evento, el Profesor, Mystique (Jennifer Lawrence) y un nuevo equipo de jóvenes mutantes serán lo único que se interponga en el camino de este poderoso ser.


En un año en el que Civil War  ha demostrado cómo debe de hacerse una cinta de superhéroes y Deadpool ha superado todas las expectativas con un nuevo toque, Apocalipsis hace casi todo lo contrario al denigrar varios de los aspectos que definen a los X-Men. Bryan Singer, quien ha estado a cargo de la narrativa de la serie la mayor parte de este tiempo, se ha quedado sin ideas finalmente al entregarnos una película que nos resulta familiar, y esto no es necesariamente algo bueno. Junto al guionista Simon Kinberg, uno de los responsables del fracaso de La Batalla Final y el reciente fiasco de Los Cuatro Fantásticos, el director ha concebido personajes vacíos que son parte de una pomposa producción, la cual no es nada más que un revoltijo visual que ya hemos visto con anterioridad y que echa a perder lo que se hizo en la cinta anterior.

Apocalipsis fue objeto de grandes críticas incluso desde antes que se estrenara. La caracterización del villano principal, que invariablemente nos recuerda al infame Ivan Ooze de Power Rangers no pudo haber sido más desafortunada. Cuando se supone que el antagonista, uno de los más representativos en los cómics, debe intimidar e imponer, este En Sabah Nur lo único que provoca son risas debido a su ridícula apariencia. Y si a eso agregamos el eterno estigma que carcome a la mayoría de villanos de las películas de superhéroes, el cual los reduce a una burda amenaza que lo único que les obsesiona es destruir o conquistar al mundo, obtenemos a un antagonista genérico más y que será olvidado en breve. Ni siquiera el hecho de que Isaac se encuentre debajo de las toneladas del maquillaje pudo salvar esta raquítica y plana interpretación.


Pero Apocalipsis no es el único personaje que no funciona, el resto deja bastante que desear igualmente. A estas alturas, el irracional protagonismo de Mystique está ya fuera de control. Es cierto que su importancia se debe al poder que tiene Lawrence en estos momentos, pero es una pena que los productores y el mismo director se dejen llevar por lo superficial. No solo es la arrogante actitud de la mutante lo que no cuadra, sino la incongruente manera en que la obligan a permanecer en su forma humana por demasiado tiempo, sin mencionar lo terrible que se ve en el simplón traje de combate que utiliza al final. Pero regresando a la cuestión principal, Mystique en ningún momento logra convencernos de que es líder del equipo. Su renuencia a aceptar el rol no parece suficiente para desarrollar un conflicto interno que le dé otra dimensión a su personaje.

La dinámica entre los otros dos protagonistas, Magneto y el Profesor Xavier ha topado con pared. ¿De verdad veremos en cada cinta a este último rogándole al primero porque sea bueno y se olvide de difundir su discurso anti-humano? Su nueva confrontación ya no trae nada nuevo a la mesa. Como antihéroe, Magneto es quizá el personaje más interesante y no solo porque Fassbender se encargue de interpretarlo. La forma en la que lo encontramos en esta ocasión nos presenta una faceta que no habíamos visto con anterioridad, el del Erik padre y esposo. Al abandonar su cruzada en contra de la humanidad, el mutante ha encontrado cierta paz alejado de todo y escondiendo su verdadera identidad. En la que es probablemente una de las mejores escenas de la película, el lado más oscuro de Magneto sale a relucir cuando un grupo de policías asesinan a su familia por accidente. El hombre amoroso y dispuesto a sacrificarse se convierte nuevamente en uno despiadado y vengativo que no se detendrá hasta calmar su ira. Desafortunadamente, el desarrollo del conflicto se ve truncado por la aparición de Apocalipsis y sus absurdos planes. A partir de ese momento, Magneto es un vasallo sin voluntad alguna que al final, y predeciblemente, encontrará redención de la manera más obvia posible.


La inclusión de los mutantes clásicos en su versión juvenil viene con buenas y malas cosas. Mientras que Jean Grey (Sophie Turner) emerge como una figura inquietante y con un gran temor sobre el verdadero alcance de su poder (con un leve guiño a la Fuerza Fénix), Scott Summers (Tye Sheridan) aparece en un segundo y lejano plano al que no se le da la importancia que merece. ¿Hasta cuándo tendrá Cíclope un lugar preponderante en la saga? Nightcrawler (Kodi Smit-McPhee) se encuentra lejos de aquella gran versión de X-Men 2 en la que conocemos a un devoto y perturbador mutante buscando su lugar en un mundo que lo aborrece y le teme. Quicksilver (Evan Peters) por otro lado, vuelve a sobresalir al protagonizar una secuencia muy parecida a la de la cinta anterior, en donde ayuda a Magneto a escapar, pero en esta ocasión musicalizada magistralmente y llevando al límite el despliegue de los efectos especiales. Sería demasiado decir que se trata de una de las estrellas de la cinta, pero Quicksilver una vez más resulta de lo mejor.

Afortunada fue la decisión de mantener apartado a Wolverine (Hugh Jackman) en Apocalipsis. Aunque la relación del personaje con el villano es muy estrecha en los cómics, el riesgo de reducir su intervención a un cameo tuvo sus ventajas. No solo pudimos verlo como el infame "Arma X", también hubo oportunidad de crear un momento emocional a lado de Jean, el cual todo fanático apreció por el significado que conlleva.


Decepcionante la manera en que Arcángel (Ben Hardy) y Psylocke (Olivia Munn) son desperdiciados al presentarlos como dos mutantes enojados por alguna razón inexplicable. Y finalmente ¿alguien supo para qué demonios estaba ahí Moira McTaggert (Rose Byrne)? Ah, sí, para despertar a Apocalipsis. En realidad todo fue su culpa.

Este último episodio de la serie de los X-Men vuelve a sembrar demasiadas dudas si Fox y sobre todo Bryan Singer saben lo que están haciendo con los personajes. ¿Debe dejar Mystique ese obsesivo protagonismo y dejar que Sophie Turner sobresalga ahora como la nueva heroína? ¿Es momento de buscar nuevos horizontes en una narrativa que se ha desgastado bastante? A pesar de lo mediocre de la cinta, algunas semillas han sido plantadas para lo que podría ser un nuevo y fresco comienzo. La escena final, en donde vemos a los nuevos X-Men con sus trajes clásicos, y la que aparece después de los créditos, que prácticamente revela a Mister Sinister como el siguiente rival a vencer, sin duda debe de emocionarnos, pero también mantenernos cautelosos. Dos fracasos críticos serían devastadores para la credibilidad del estudio.

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