Blur: New World Towers, la historia de un disco concebido casi por accidente

Tras más de una década de espera, Blur, veteranos del britpop, regresaron con un nuevo disco que estuvo muy cerca de no ver la luz del día. Para muchos, incluido este blog, The Magic Whip, fue uno de los mejores lanzamientos del 2015. Aunque de una manera mucho más discreta que en otras ocasiones, el cuarteto se hizo sentir nuevamente con una excelente propuesta musical que engloba toda su esencia, sin mencionar los diversos sonidos sonidos que Damon Albarn ha explorado con gran cantidad de proyectos alternos. Con todo y gira mundial, Blur redondearon un buen año y dejaron en claro que no han perdido la chispa que los llevó a convertirse en la más grande agrupación del Reino Unido en su momento. Y a todo esto ¿cómo es que resurgen de esta manera después de una ruptura, conflictos personales y una aparente sensación de frustración? New World Towers nos acerca a los últimos  años de la carrera de esta icónica banda y nos deja dar un vistazo a la grabación y producción de su último y excelente álbum.

2013. Blur recorre el mundo como parte de una gira de reunión. Cuando sus fechas en Japón son canceladas de manera repentina, Albarn y compañía quedan varados en Hong Kong. Aprovechando la inigualable atmósfera de la ciudad y disfrutando de toda su caótica belleza, el grupo decide entrar al estudio con el afán de pasar un buen rato y ver si algo interesante puede salir de ello. Tras algunos días de grabación y derroche de creatividad, el grupo finalmente deja la metrópoli para continuar con el tour y dedicarse posteriormente a sus proyectos personales una vez más. Pero casi un año después, Graham Coxon, guitarrista, renuente a olvidar el material que dejaron a medias, toma la iniciativa y vuelve a trabajar en este con la finalidad de moldear lo que bien podría ser el primer disco de Blur en más de una década. Así, tras una ardua labor, The Magic Whip nace de la reunión de cuatro amigos, pero sobre todo, de la dedicación y pasión de un hombre que se ha encontrado nuevamente consigo mismo.

Dirigido por Sam Wrench, New World Towers es un documental que indaga en la dinámica de una banda tan relevante como esta. Entrevistando a cada uno de los integrantes en espacios tan ordinarios, como su casa, o tan improbables, como a bordo de un taxi, el director trata de sacar a relucir su verdadero sentir acerca de lo que significa pertenecer a Blur. Por varios meses, Wrench siguió al grupo por su travesía por Asia capturando sus shows en lugares como Yakarta y Hong Kong y su estancia en cada de una de estas exóticas ciudades. Es estando lejos de casa, en un ambiente sumamente extraordinario donde estas cuatro personas finalmente encontraron el valor, las ganas y por qué no, la necesidad de canalizar sus experiencias una vez más. La cinta nos permite conocer un poco más sobre estos ídolos que sin duda han dejado una huella imborrable en la historia del rock.

Aunque la agrupación como tal es el centro del argumento, el papel de Graham Coxon, guitarrista, toma un papel preponderante cerca de la mitad. Gracias a él, The Magic Whip se hizo toda una realidad. Su empeño en querer terminar lo que habían empezado desembocó en un proyecto personal del que no solo dependía un nuevo disco de Blur, sino la confianza que se tenía el mismo como músico y como individuo. Solamente con la ayuda del productor Stephen Street, Coxon mezcló el álbum y le dio los toques finales para después mostrárselo a un escéptico Albarn. El resultado fue más de lo que pudieron haber soñado y unos meses después estaban anunciando al mundo que tenían nueva música bajo al brazo. Todas estas escenas muestran a un Coxon humilde y discreto, pero también totalmente comprometido con una causa.


Las influencias orientales en toda la imagen de promoción del disco son bien argumentadas con los paisaje urbanos que podemos apreciar. Los integrantes hablan también al respecto y establecen una notoria conexión entre las letras de las canciones de su último esfuerzo y todo el paisaje urbano del lejano oriente que parece de otro tiempo. Las abarrotadas calles, los innumerables letreros de neón, las infinitas escaleras... Con esto último, Coxon puntualiza una interesante metáfora El hecho de que haya escaleras para todo en Hong Kong le hace pensar que no es necesario moverse para seguir adelante. Uno puedo mantenerse quieto y seguir con su camino. Quizá se refiere un poco a lo que Blur vivió durante la última década. Su presencia estaba ahí, pero no había nada que les hiciera dar un paso más en su carrera. Irónicamente, en esta misma atmósfera fue donde encontraron la inspiración necesaria para hacerlo.

Además de toda la producción del disco, las entrevistas con los chicos dejan al descubierto sus sentimientos y emociones cuando están arriba de un escenario en pleno 2015. Albarn sabe que son ídolos y que la gente nunca les dará la espalda; pero para él, ese nerviosismo y ansias previos a un concierto es lo que mantiene a la sangre corriendo por sus venas. La charla con los otros dos integrantes, Alex James y Dave Rowntree son mucho más ligeras y quizá un tanto menos relevantes. Con el primero, el aspecto cómico es lo que llama la atención. Parece que James es el tipo más conciliador dentro de la banda. Con el segundo, la conversación se lleva dentro de un taxi. El reservado Rowntree apenas y aparece durante todo el documental, pero una intervención del taxista lo lleva a pensar en un concepto interesante: ¿cuál es la chispa que los mantiene unidos? James lo deja muy claro más adelante: todo se reduce a estar en el momento y lugar adecuados. Solo así pueden seguir adelante.


Las escenas musicales también son notables. Con un excelente sonido y geniales tomas de los shows, el director hace un recorrido por la gira que ofreció Blur el año pasado. La mayor parte de la atención recae sobre su magno concierto en el Hyde Park como parte del festival British Summer Time. Poder ver a la gente coreando, brincando y llorando realmente nos hace darnos cuenta de la importancia que tiene este grupo para muchas generaciones. Canciones como "Song 2", "Ong Ong", "Go Out", "Beetlebum" y "This Is A Low" son de las que podemos ver fragmentos. Brillante el final con "The Universal" y la manera en que Wrench mezcló distintas grabaciones de fanáticos para darle un toque muy personal y vibrante a la gran interpretación.


New World Towers es un interesante documental sobre el making-of de un disco concebido casi de manera accidental. Al mismo tiempo, la cinta nos enseña esa faceta del músico que no vemos todos los días y nos permite adentrarnos en el corazón de un grupo que está más vivo que nunca y que no tiene ninguna prisa. Otro comentario de James también resulta demasiado atinado: ser parte de Blur no es una necesidad, sino algo que simplemente nace cuando las circunstancis así lo permiten. Es así como una banda se mantiene vigente dignificando su legado al mismo tiempo.


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