Akira Toriyama no solo revivió Dragon Ball Z desde hace un par de años con sus nuevas película, sino una gran cantidad de gratos y emotivos recuerdos que definieron nuestra infancia. Para el júbilo de todos, la confirmación de una nueva serie dejaba ver que el icónico anime había regresado para quedarse. ¿Qué más podíamos pedir? Esto sí que era un suceso. Pero vaya que la emoción duro poco.
La Batalla de los Dioses y La Resurrección de Freezer fueron realmente decepcionantes. Un exceso de comedia, pobres animaciones y fallas terribles en el guión, sobre todo con el tratamiento de los villanos dejaron un mal sabor de boca en aquellos que clamaban por épicas batallas, formidables antagonistas e historias verdaderamente intrigantes. La esperanza quedaba puesta entonces en Dragon Ball Super, la continuación oficial de Dragon Ball Z y que vería a Gokú y sus amigos disfrutando de una aparente paz tras la dura batalla contra Buu. Con más de 100 capítulos planeados, la serie auguraba una nueva serie de divertidas y espectaculares aventuras; sin embargo, tras siete episodios transmitidos, lo único que Toriyama ha demostrado es que su talento como narrador y animador se ha esfumado.
Si no la han visto por estar esperando la transmisión nacional doblada al español, he aquí cinco razones por las que Dragon Ball Super está siendo una completa basura:
La animación
Una de las grandes críticas que ha recibido el anime desde hace un par de semanas ha sido el deplorable trabajo de animación que puede ser percibido por cualquiera en bastantes de los cuadros. ¿Qué sucedió con esas increíbles y electrizantes escenas en donde podíamos apreciar la angustia e ira de un Gohan adolescente al ver cómo sus amigos eran molidos a golpes? Ahora, Toriyama y su equipo nos entregan animaciones que parecieran producto de una amateur y que carecen de toda la intensidad de los episodios clásicos. Aunque se pensaba que el problema pudo haberse limitado a un capítulo, los vicios han continuado en los siguientes.
El reciclaje de toda una historia
La Batalla de los Dioses introdujo dos conceptos nuevos a la mitología de Dragon Ball: Bills, el Dios de la Destrucción y al mítico Super Saiyajin Dios. La trama transcurría después de que la temible deidad despertara de su largo sueño. Hambriento y obsesionado con encontrar al gran oponente que profetizaba una visión, Bills y su siervo Wiss parten a la Tierra. Ahí se encuentran con Gokú y los demás, y es tras una serie de malentendidos que no le queda más remedio a nuestros héroes que enfrentar a la mismísima deidad. Es en esta batalla que Gokú alcanza la transformación del Super Saiyajin Dios.
Los primeros capítulos de Dragon Ball Super se han encargado de volver a contar lo que ocurrió en aquella cinta, solo que ahondando más en irrelevantes detalles y una redundancia absoluta. ¿A quién se le ocurrió que sería interesante volver a someternos a los mismos acontecimientos? No sabemos cuántos capítulos más tomará este arco narrativo, pero sabemos cómo terminará todo: Gokú se transformará eventualmente y aunque no podrá derrotar a Bills, lo disuadirá de destruir la Tierra, entablando una extraña relación con él en el proceso. Con todo esto en mente ¿significa que después tendremos que aguantarnos a ver una versión extendida de La Resurrección de Freezer? Todo apunta a que sí.
El exceso de comedia
Si hay algo de lo que las últimas películas abusaron, principalmente La Batalla de los Dioses, fue de un exceso de comedia. Es cierto que las situaciones graciosas siempre se han encontrado arraigadas en la esencia de Dragon Ball, el problema es que estas acaparen 15 minutos de un episodio de poco más de 20. En estos primeros capítulos no hemos visto nada mas que a los personajes siendo realmente torpes o actuando fuera de su status quo. Vegeta cocinando e inclinándose ante alguien más, Gokú destruyendo el planeta de Kaio Sama por enésima vez, Majin Buu o Trunks y Goten molestando a Bills... ¿Llegaremos a ver una confrontación que no tenga implicaciones cómicas?
El villano
Bills es la gran apuesta de Toriyama para esta nueva era de Dragon Ball. El villano, el más poderoso al que se haya enfrentado Gokú hasta ahora, es interesante a primera vista y su estatus divino aumenta todavía más los riesgos; desafortunadamente, su caracterización dista bastante de convertirlo en un antagonista al nivel de Cell o Buu. ¿Realmente tienen que pelear con él por que no le quisieron dar budín? Caprichoso, molesto e impertinente, Bills está quedando mucho a deber.
Falta de emociones fuertes
No tuvieron que pasar muchos capítulos en Dragon Ball Z para que las emociones estuvieran a tope. La costosa batalla contra Raditz y el duro entrenamiento de Gohan bajo las ordenes de Pícoro, la resurrección de Gokú para enfrentar a Vegeta, la primera vez que se transformó en Super Saiyajin, el sacrificio de su vida para acabar con Cell ayudando a Gohan desde el más allá... Será muy difícil volver a concebir momentos como estos, pero como van las cosas parece que Toriyama no tiene intención alguna de volver a dotar a sus personajes de esa emoción que los caracterizó e inmortalizó hace años.
Dragon Ball Super no parece tener un rumbo fijo. Todos los problemas anteriormente expuestos hacen que sea realmente doloroso ver a nuestros personajes favoritos sumidos en las más patéticas situaciones. Estos pocos episodios transmitidos nos hacen desear que Dragon Ball GT fuera la continuación real, y eso es quizá decir demasiado. ¿Cambiarán las cosas? Lo único que nos queda es esperar a que esta insufrible saga de Bills termine y ver a dónde se dirigirá la narrativa ahora.
La razon principal es que falta la musica de un genio: Kikuchi. El alma de DBZ. Que no venga en el articulo, llama la atencion.
ResponderEliminarizi mancos ya mismo se acaba pobres vergas bien que estan viendo
ResponderEliminarGoku se volvió basura desde cuando empezaron ha hacer hipótesis de goku X Rias, desde ese momento yo considero basura a goku ............. que se joda goku
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