Tras años de planeación, problemas en la producción y una extraña sensación alrededor, Ant-Man finalmente ha llegado a los cines. Cerrando la fase dos del Universo Cinematográfico de Marvel, la cinta introduce al mainstream a uno de los protagonistas más improbables del catálogo de la casa de cómics. ¿Un superhéroe que se encoge y que tiene en las hormigas a sus mayores aliados? ¿Cómo puede competir eso con el Dios del Trueno, un hombre en una armadura de combate de última generación o un soldado con fuerza sobre humana? Sin duda había gran temor por hacer la adaptación de uno de los personajes menos atractivos de Marvel; sin embargo, el estudio, percatándose perfectamente de las debilidades de su propiedad, ha logrado una fresca y acertada adaptación un tanto diferente al resto de su universo fílmico.
Hank Pym (Michael Douglas), brillante científico especializado en partículas subatómicas, ha descubierto la manera de encoger a un hombre y regresarlo a su tamaño natural sin ningún tipo de secuela. Habiendo usado la tecnología para combatir tras las líneas enemigas bajo las órdenes de S.H.I.E.LD. y con la identidad secreta de Ant-Man, Pym se retira por cuestiones personales y temiendo que su fórmula llegue a usarse sin escrúpulo alguno en el futuro. Así, al haber sido expulsado de su empresa por Darren Cross (Corey Stoll), un ambicioso innovador obsesionado con su trabajo físico, el retirado científico enlista a un habilidoso criminal llamado Scott Lang (Paul Rudd), frustrado por su caótica vida familiar, para infiltrarse en su antigua compañía y evitar que Cross obtenga la preciada fórmula.
A pesar del bajo perfil del personaje, el hecho de que un director de la talla de Edgar Wright (Hot Fuzz: Super Policías, Una Noche en el Fin del Mundo) haya sido el encargado de concebir su primera aparición en el cine levantaba demasiadas expectativas. El estilo único del británico y su peculiar sentido del humor parecerían encajar con la aparente ridiculez de un superhéroe que utiliza hormigas para combatir con sus enemigos. Sin embargo, el trabajo de años de Wright se vio interferido por las ideas de Marvel, quienes no estuvieron del todo de acuerdo con sus intenciones. Finalmente, Wright dejó el banquillo del director, dejando solamente las bases de la trama y otros conceptos de la historia. Peyton Reed, con una idea cómica mucho más convencional, fue contratado para dirigir la producción.
Aunque la partida de Wright y lo que fue la decepción para muchos de la Avengers: Era de Ultrón parecían marcarla injustamente, Ant-Man logra sacudirse la presión al no tomar tan en serio las cosas y convirtiendo los más ridículos aspectos del héroe en sus mayores virtudes.
¿Qué es lo que hace diferente a esta obra de las otras producciones de Marvel? Habrá que comenzar con la concepción de su protagonista, un hombre con orígenes muy distintos a los de Thor, Steve Rogers o Tony Stark. Fracasado y sin rumbo fijo en su vida, Lang emerge como el más terrenal de sus compañeros hasta el momento. Sin poderes divinos o un intelecto que lo respalden, el hombre se vale únicamente de sus habilidades como ladrón y su deseo por ser una mejor persona para su hija. Un tipo común y corriente que se embarca en la aventura de su vida probablemente podría ser más atractivo para el público en general, y aunque esto no lo define realmente sí que la da su propio lugar en un universo cada vez más poblado.
Si bien la defensa del mundo es una de las preocupaciones de Hank Pym, esta no rige por completo la trama; en su lugar, un conflicto entre padres e hijas y un plan más íntimo para cometer un golpe son los distintivos de este cinta.
Si bien la defensa del mundo es una de las preocupaciones de Hank Pym, esta no rige por completo la trama; en su lugar, un conflicto entre padres e hijas y un plan más íntimo para cometer un golpe son los distintivos de este cinta.
Es cierto que las cintas de Marvel suelen abusar de la comedia en muchas ocasiones y Ant-Man tiene también su buena dosis, pero esas bromas y chascarrillos nunca lucen fuera de lugar en su mayor parte, pues la naturaleza de la historia y lo disparatado de las circunstancias que vive Scott Lang lo permite. El humor recae principalmente en el personaje de Michael Peña, Luis, un latino impertinente y encimoso y principal compinche de Scott. Su peculiar forma de hablar y sobre todos esas escenas en las que cuenta cómo se enteró de varias cosas clave en la historia, con un gracioso voice over, son los momentos más destacados de la película en este rubro. La visión de Wright y los demás guionistas permiten al protagonista burlarse de sí mismo y hacer énfasis en lo ridículo que puede resultar un superhéroe con las facultades de Ant-Man. Un hormiga compañera llamada Ant-ony, decisivas peleas en medio de juguetes y lo exagerado de sus poderes son un ejemplo de ello.
Representar la perspectiva de un Lang encogido fue uno de los retos para los encargados de los efectos especiales, quienes encontraron la forma de hacer esta aventura en miniatura algo maravilloso y divertido de ver. Escapar de una bañera o de las pisadas de un grupo de personas es tan emocionante como evitar que un misil caiga sobre una ciudad. Notables son también aquellas últimas escenas en las que Lang entra a un mundo subatómico del que Pym le advierte que difícilmente podría escapar. Los psicodélicos visuales realmente llaman la atención.
Ant-Man no es lo mejor que ha hecho Marvel durante sus incursiones cinematográficas. Que el guión se tome demasiadas bondades narrativas para mover la historia hacia adelante, que los estereotipos se apoderen de los personajes secundarios, que Darren Cross, como Yellowjacket, termine por caer en lo que parece ser una interminable lista de villanos genéricos sin desarrollo y totalmente desechables y que ninguna de las actuaciones sea sobresaliente indican que, a pesar de seguir una línea distinta, la fórmula que les funcionó por un tiempo comienza a desgastarse. No cabe duda de que sus siguientes proyectos tendrán que tomar más riesgos si desean seguir teniendo el mismo impacto. Por ahora, esta obra sale solo con algunos golpes.
La inclusión de Ant-Man en el Universo Cinematográfico de Marvel tendrá repercusiones interesantes con los otros personajes. Sus poderes únicos claramente tendrán utilidad para los Avengers, pero será la esencia callejera de Lang lo que será determinante al relacionarse con sus pronto por ser compañeros, cosa que pasará igualmente con Spider-Man. SPOILER ADELANTE. Pero es la inclusión de Evangeline Lilly, como Hope Van Dyne, hija de Pym, la que genera más emoción. ¿Llegaremos a verla como Wasp en alguna de las futuras cintas tal y como una de las escenas post-créditos lo sugiere? Esperemos que sí. TERMINA SPOILER
Uno no puede evitar pensar en lo que Wright y su papel como autor hubieran logrado con el personaje. ¿Habría sido mejor o peor? Es difícil saberlo, pero lo es cierto es que, casi milagrosamente, Ant-Man, una de las apuestas más arriesgadas de Marvel, ha logrado salir adelante gracias a tomarse las cosas a la ligera. Ahora, se viene una de las cartas más fuertes del estudio con Civil War, en la que Ant-Man tendrá una pequeña aparición, si saben a lo que me refiero.
Representar la perspectiva de un Lang encogido fue uno de los retos para los encargados de los efectos especiales, quienes encontraron la forma de hacer esta aventura en miniatura algo maravilloso y divertido de ver. Escapar de una bañera o de las pisadas de un grupo de personas es tan emocionante como evitar que un misil caiga sobre una ciudad. Notables son también aquellas últimas escenas en las que Lang entra a un mundo subatómico del que Pym le advierte que difícilmente podría escapar. Los psicodélicos visuales realmente llaman la atención.
Ant-Man no es lo mejor que ha hecho Marvel durante sus incursiones cinematográficas. Que el guión se tome demasiadas bondades narrativas para mover la historia hacia adelante, que los estereotipos se apoderen de los personajes secundarios, que Darren Cross, como Yellowjacket, termine por caer en lo que parece ser una interminable lista de villanos genéricos sin desarrollo y totalmente desechables y que ninguna de las actuaciones sea sobresaliente indican que, a pesar de seguir una línea distinta, la fórmula que les funcionó por un tiempo comienza a desgastarse. No cabe duda de que sus siguientes proyectos tendrán que tomar más riesgos si desean seguir teniendo el mismo impacto. Por ahora, esta obra sale solo con algunos golpes.
La inclusión de Ant-Man en el Universo Cinematográfico de Marvel tendrá repercusiones interesantes con los otros personajes. Sus poderes únicos claramente tendrán utilidad para los Avengers, pero será la esencia callejera de Lang lo que será determinante al relacionarse con sus pronto por ser compañeros, cosa que pasará igualmente con Spider-Man. SPOILER ADELANTE. Pero es la inclusión de Evangeline Lilly, como Hope Van Dyne, hija de Pym, la que genera más emoción. ¿Llegaremos a verla como Wasp en alguna de las futuras cintas tal y como una de las escenas post-créditos lo sugiere? Esperemos que sí. TERMINA SPOILER
Uno no puede evitar pensar en lo que Wright y su papel como autor hubieran logrado con el personaje. ¿Habría sido mejor o peor? Es difícil saberlo, pero lo es cierto es que, casi milagrosamente, Ant-Man, una de las apuestas más arriesgadas de Marvel, ha logrado salir adelante gracias a tomarse las cosas a la ligera. Ahora, se viene una de las cartas más fuertes del estudio con Civil War, en la que Ant-Man tendrá una pequeña aparición, si saben a lo que me refiero.
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