Reseña - La Roux @ El Plaza Condesa

¿Quién estaba en el escenario de El Plaza Condesa el día de ayer? ¿Tilda Swinton? ¿David Bowie? Más bien era un híbrido de estos dos singulares personajes. Elly Jackson, la única integrante de La Roux ahora tras la salida de Ben Langmaid, llegó por primera vez a México haciendo gala de esa andrógina aura que Bowie y Swinton también han enarbolado durante sus respectivas carreras.

Teniendo el inigualable Plaza Condesa como sede, Jackson reunió a una buena cantidad de fanáticos ávidos de verla en vivo. Con más de seis años de trayectoria, esta fue apenas su primera visita al país. Presentando su último y aclamado disco Trouble in Paradise (uno de los favoritos del año pasado de este blog), la inglesa estrenó su voz ante nuestros oídos de una manera que, si no fue del todo espectacular, vaya que resultó convincente.

Tras haber obtenido un enorme éxito con su álbum debut y un posterior largo receso, La Roux volvió a los reflectores en el 2014 con un nuevo sonido, imagen y concepto, sin duda uno de los más frescos que hemos visto en los últimos meses. Esa fusión de disco, new wave y electrónica significó un gran contraste con el electropop diseñado para inundar los clubes nocturnos del mundo desplegado en su primer disco. Aunque su nueva orientación podría parecer mucho más valioso musicalmente hablando, es difícil resistirse a sus viejos y pegajosos temas, y justo eso fue lo que pasó en el Plaza anoche.

Su breve, pero sumamente energético show, estuvo conformado realmente por sus mejores doce canciones, y un cover, que convirtieron el recinto en un gran antro por momentos y en una rimbombante disco por otros. Era imposible no ponerse a bailar.

El concierto comenzó de la manera más dramática posible, "Let Me Down Gently" electrizó el ambiente enseguida y Jackson pronto llenó de tensión al lugar gracias al juego de luces y a la tensión que este tema conlleva.


La primera mitad del concierto fue un salto tras otro entre sus dos discos. Los temas cargados de sintetizadores como "Fascination" e "In for the Kill" se intercalaban con las percusiones y el ritmo más suave de las guitarras de "Cruel Sexuality" o "Sexoteque".

A pesar de lo bien recibido que fue su último álbum, las canciones que se llevaron las más grandes ovaciones de la noche fueron las desprendidas de su primer esfuerzo. Por ejemplo, "I'm Not Your Toy" causó un gran revuelo entre el público y era realmente imposible escuchar a Jackson cantar entre el coreo de todo mundo.

La segunda parte del show estuvo dedicada enteramente a los cortes de Trouble in Paradise, el sonido disco se apoderó de los presentes y grandes temas como "Uptight Downtown" demostraban la gran forma vocal en la que está la cantante. Cabe destacar que el audio comenzó titubeante, pero conforme la noche fue avanzando este fue mejorando dejando apreciar en todo su esplendor a Jackson.


"Silent Partner" cerró la noche de manera electrizante, que aunque no logró mover a todos los presentes, todos y cada uno la miraban sin pestañear mientras ella tocaba la guitarra, una de las pocas veces en que lo hizo. Esta canción es claramente un intento de fusionar los dos estilos que han caracterizado hasta el momento su travesía musical; aquí, los sintetizadores y las guitarras conviven en una armonía absoluta.

Por supuesto, la noche no podía terminar sin "Bulletproof", su más grande éxito y con el que cerró su actual gira.

Acompañada por una banda de cuatro integrantes, Jackson y su enorme copete fueron el centro de atención en todo momento. Moviéndose constantemente a través de todo el escenario, hablando solo lo necesario y ejecutando decentemente cada uno de sus temas, la cantante logró que todos sus fanáticos pasaran un buen rato y salieran satisfechos del foro. No estamos hablando de un memorable concierto, pero sí uno muy grato en el que La Roux verdaderamente se lució con su elegancia y carisma.

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