Estamos ya muy entrados en la temporada de los grandes blockbusters. Como es usual, enormes producciones siempre salen adelante de manera más que digna, como Días del Futuro Pasado o Capitán América; mientras que otras, como la segunda entrega de El Sorprendente Hombre Araña o la nueva encarnación de Godzilla, no logran convencer a sus seguidores. Por supuesto, esto es desde el punto de vista de la crítica, pues todas y cada una de ellas han sido enormes éxitos de la taquilla. Y de entre todas segundas partes, reboots o remakes, siempre es grato encontrar algún trabajo "original" y fresco que resulte una bocanada de aire puro para lo que a veces puede ser un verano muy pesado. En este 2014, tenemos ya la película que encaja perfectamente en esta categoría, Al Filo del Mañana.
En años anteriores, cintas como Sector 9, 8 Minutos Antes de Morir y Titanes del Pacífico se convirtieron en hits de manera "inesperada". No es que hayan logrado obtener una gran cantidad de dinero en la taquilla, ni que nadie hubiera dado un peso por ellas, pero con lo que nadie contaba al ver estas películas era encontrarse una historia atractiva acompañada de secuencias de acción de calidad. Quizá Titanes del Pacífico inclinó más su balanza hacia la acción, pero la manera en que Guillermo Del Toro logró traer de vuelta a la pantalla grande conceptos como los mecha o los kaiju significó el éxito total de la película.
Ahora, Al Filo del Mañana nos sorprende muy gratamente y no específicamente por sus efectos especiales ni por sus actuaciones, sino por la manera tan poco usual en la que está construida su narrativa, la cual termina siendo su atractivo más grande.
Dirigida por Doug Liman y basada en la novela gráfica All You Need is Kill, de Hiroshi Sakurazaka (Identidad Desconocida, Sr. y Sra. Smith), la trama va así: la Tierra ha sido invadida por un raza extraterrestre superior denominada como "mimos". Estos seres han arrasado con casi toda Europa y pretenden avanzar hacia todo el mundo en un claro intento de dominación total. Cuando toda esperanza ya estaba perdida, una inesperada victoria humana en Verdún, Francia, da señales de que la guerra puede ser ganada. Rita Vrataski (Emily Blunt), líder de la resistencia en esa batalla y conocida ahora como el Ángel de Verdún, le ha devuelto la fe a la humanidad. Así, tras este acontecimiento, las fuerzas aliadas deciden hacer una enorme ofensiva en Francia esperando acabar de una vez por todas con el enemigo y evitar así su propagación a Inglaterra y a otros territorios. Mientras tanto, William Cage (Tom Cruise), un asesor militar de imagen estadounidense sin ninguna experiencia en el campo de batalla, termina siendo enviado al frente por su superior inglés tras una serie de malentendidos.
Hasta aquí esta podría parecer la premisa de cualquier película de verano, pero si uno ha podido resistirse al ver los avances de la cinta, se sorprenderá que Cruise, el protagonista, muere apenas a la media hora de empezada la misma. Sin embargo, tenemos Cruise para rato, pues Christopher McQuarrie, el guionista, ha encontrado una forma inusual y sumamente de interesante de mover la narrativa adelante jugando con el tiempo a su antojo. Aunque Cage haya muerto, debido a una extraña circunstancia (revelarla sería dar demasiado sobre la esencia de la cinta), este ha sido bendecido (¿o maldecido?) con la oportunidad de volver a repetir los acontecimiento del día desde un punto específico del tiempo; así, Cage vuelve a experimentar la misma jornada justo antes de la batalla que puede decidir el futuro de la humanidad una y otra vez, para así poder encontrar finalmente el punto débil del enemigo. Por tanto, los morbosos podremos ver morir a Cruise en bastantes ocasiones.
Jugar con el tiempo de esta manera puede llegar a ser peligroso, tal y como lo demostraron las pequeñas incongruencias de Días del Futuro Pasado, pero el guión de McQuarrie no parece cojear de ningún lado. Está claro que no nos encontraremos con grandiosos diálogos ni escenas de alta tensión, pero lo hay que destacar del guionista es la manera en la que nos inserta en la acción teniendo en cuenta la particularidad de la narrativa. En ocasiones, vamos de la mano de Cage, experimentando con él la primera vez que pasa por un momento específico del bucle; en otras, no podemos saber de inicio si este ya ha vivido o no el momento determinado; y en unas más, la historia nos devuelve a un punto que ya sabemos que ha ocurrido, pero que igualmente nos ofrece nuevos detalles del personaje o de aquellos que lo rodean. En suma, a pesar de que Al Filo del Mañana es una historia lineal en realidad, el guión nos permite explorar de manera horizontal toda la trama, las bifurcaciones de la línea del tiempo ofrecen un sinfín de posibilidades y todo tipo de especulaciones.
La película no tendría sentido alguno sin un guía, alguien a quien se puedan anclar todas las acciones del protagonista y la cual nos explique realmente lo que está pasando. Es ahí donde entra el personaje de Emily Blunt, pues su presencia y experiencia resultan fundamentales no solo para la causa humana, sino para que Cage pueda comprender totalmente su incierta condición.
La edición juega una papel determinante para la comprensión de la historia. La acertada sucesión de escenas logra captar nuestra atención enteramente e impide que la película pueda volverse repetitiva o cansada.
Todo esto afecta obviamente al personaje de Cruise, pues es el único que puede percatarse de lo que está sucediendo y aprender de ello; gracias a eso, el cambio que sufre a través de la historia es sumamente significativo, no solo nos encontramos al final con un Cage totalmente apto para la batalla, sino con alguien que ha dejado sus miedos atrás y ha logrado superarse a sí mismo.
Además de todo lo anterior, la cinta cuenta con otros grandes aciertos, como sus fantásticos efectos y el diseño de producción, del cual se destaca el aspecto militar del mismo. En Al Filo del Mañana nos topamos con un concepto militar futurista que producciones como Elysium y ahora el juego Call of Duty: Advanced Warfare han abordado. Se trata de los exoesqueletos de combate, los cuales han sido una inquietud no solo de los escritores de ficción, sino de grandes instituciones militares como las de los Estados Unidos. Al ver esta película, podemos darnos una idea de lo que estas máquinas podrían significar para el soldado de mañana, como la habilidad de portar una gran variedad de armas, adquirir una fuerza sobrehumana o cargar con enormes espadas capaces de penetrar distintos tipos de materiales.
Hay poco qué reprocharle a Al Filo del Mañana. Sabemos que Cruise puede gastar sus esfuerzos en aburridas producciones como Oblivion, las cuales terminan haciendo que odiemos un poco más al polémico actor, pero cuando se concentra en trabajos como Misión Imposible IV o este, no podemos evitar recordar que el hombre es una de las mejores estrellas de acción de la actualidad. También hay que admitir que en esta ocasión su participación es una más, pues es la construcción de la historia la que se lleva todas las palmas.
¿Y el final? Habrá a algunos a los que no les convenza para nada el desenlace, pero no hay duda de que las especulaciones acompañarán nuestros pensamientos al menos por un par de días.
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