Cuando una figura extrañamente humana conformada por decenas de espejos hizo su aparición de la nada frente al escenario principal del Vive Latino, había llegado la hora de presenciar el cierre de la segunda jornada de actividades del festival, o sea, la magna presentación de Arcade Fire.
Con la plancha del Foro Sol a reventar (incluso con más gente que el día anterior con Nine Inch Nails) y cientos más desde los bordes de las tribunas; un abarrotado escenario, dispuesto ya con la gran cantidad de instrumentos para cada uno de los músicos, esperaba a los canadienses reflejando infinidad de luces a todos los asistentes, porque claro, todo esto se trataba de reflejos.
Tras la repentina aparición de la criatura espejo, un gran contingente liderado por Win Butler y Régine Chassagne tomaron el escenario apoderándose de los pequeños espacios todavía libres. Cuando la reflejante figura había ya desparecido, los bongoes comenzaron a sonar haciendo estallar el júbilo de todos los fanáticos al mismo tiempo. Haciendo eco de todo el concepto del escenario, el cual tenía 4 grandes reflectores en lo alto, y de toda la imagen de la banda en este momento, "Reflektor" comenzó con el show de Arcade Fire. Cantando las primeras líneas del tema con una máscara de calavera, Win pronto se deshizo de ella para revelarse ante el público, el cual todavía no dejaba de darles una calurosa bienvenida.
Portando poco comunes, pero a fin de cuentas atuendos formales, los 12 músicos en escena hacían la suyo para hacer sonar a "Reflektor" como algo realmente épico. Violinistas, saxofonistas, guitarrista, tecladista, percusionistas, bateristas, vocalistas y un poco más; la multitudinaria banda dejaba claras sus intenciones desde el principio del show, esto sería una gran fiesta.
Después de la larga interpretación, Arcade Fire continuaron con otro de los temas de su nuevo álbum, "Flashbulb Eyes". Aunque este es uno de los cortes menos convincentes del mismo, la banda logró hacerlo sonar realmente místico y darle esa esencia tan carnavalesca y hasta tenebrosa con ese característico ritmo.
Ya fuera por el poco espacio en el escenario o simplemente por pura voluntad, Win se pasó la gran parte del show arriba de una bocina y bajando constantamente acercándose un poco al enloquecido público.
El siguiente momento fue absolutamente de las guitarras. Tomando una y cantando al mismo tiempo, Win daba inicio a "Neighborhood #3 (Power Out)", misma que tuvo un gran recibimiento en todo el foro. Mientras Will Butler se paseaba por todo el escenario haciendo sonar su tambor, el público no dejaba de cantar y aplaudir al ritmo de las percusiones. Aunque la ternura y sonrisa de Régine y la presencia de Win destacaban entre todo el tumulto, el constante movimiento de este último y su evidente intensidad arrastraban la mirada de todos hacia él. Tras los guitarrazos y extender la canción con un potente outro, la fiesta seguía.
Ni un segundo pasó cuando las percusiones finales del tema anterior se convirtieron en lo retumbantes tambores de "Rebellion (Lies)". Nuevamente aplaudiendo y marcando el ritmo, el público no cabía en emoción, el ánimo no podía ser mejor. "Everytime you close your eyes" cantaba Win, "Lies, lies" le respondían todos sus seguidores fielmente. El emotivo momento fue seguido por "Joan of Arc", que a pesar de ser un tema nuevo encontró mucho coreo en buenos sectores del recinto.
Cuando Régine no estaba a lado de Win tocando el pandero, cantando o en los teclados, era detrás de una las baterías donde podíamos encontrarla. Aunque su aparente delicada figura lo disimule, la mujer emanaba intensidad a través de este instrumento.
"The Suburbs" y su respectivo epílogo se hicieron presentes después de que Win agradecía a sus seguidores y al mismo tiempo les pedía perdón por todos los McDonald's del mundo. Así, a cargo del piano, él y sus compañeros presentaron una conmovedora rendición del tema proveniente del álbum homónimo.
Los visuales fueron también importante del show. Ad hoc con el ambiente de carnaval, la mayoría complementaban las interpretaciones con coloridos mosaicos, divertidos efectos visuales o llamativos paisajes multicolor. Para este último tema, todo cambió, pues en su lugar aparecieron escenas que bien podrían haber salido del video del corto hechos para el mismo; una guerra suburbana se desarrollaba justo a sus espaldas.
Si bien apenas un par de temas del Neon Bible son incluidos en cada show de Arcade Fire, estos siempre parecen ser los favoritos de sus fanáticos. "No Cars Go" no fue la excepción y quizá solo después del gran final esta fue la canción más coreada.
La intensidad de "Ready to Start" y la emotividad de "Neighboorhod #1 (Tunnels)" fueron seguidas por el primer momento estelar de Régine. La ejecución de "Haïti" la vio moverse por el escenario bailando y perdiéndose ante una fuerza que aunque era invisible para todos no impedía que pudiera ser percibida claramente. Su comunión con el público había sido ya consumada.
Con los primeros versos a capela de "My Body is a Cage" por parte de Win como perfecta introducción, las bongoes, la batería y la discreta pero constante línea de guitarra eran la señal de que "Afterlife" se hacía sonar en el Foro Sol. No hubo más rendición más emotiva que esta. Apareciendo nuevamente pero ahora mucho más cerca del público, la criatura de espejos volvía a asombrar a los presentes mientras la banda terminaba su grandiosa interpretación.
"It's Never Over (Oh Orpheus)" fue un momento sumamente contemplativo y en donde realmente se podía apreciar la esencia del grupo en todo su esplendor. El concierto ya resultaba totalmente memorable a estas alturas.
"Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)" volvía a poner todos los reflectores y miradas sobre Régine, cuya dulce voz y exquisitos movimientos atraparon de inmediato a los ya cansados pero todavía expectantes seguidores. Tal y como en el video del tema, Régine sacó sus listones de colores solo para convertirlos en una extensión de sí misma mientras los movía en el aire.
Tras abandonar el escenario, un grupo de individuos con unas máscaras de papel maché muy parecidas a las del grupo asaltaron el escenario pretendiendo ser Arcade Fire mientras tocaban un tema en español de Mikel Erentxun. Un minuto después, Butler y compañía regresaron interrumpiendo todo, expulsando a los impostores y preparándose para la última parte del concierto.
Es probable que debido al reciente robo de una de sus máscaras, solo Win haya portado la suya en lugar de la mayoría, pues hubiera sido raro que uno solo no la trajera. Enmascarado por unos instantes, Win comenzó a cantar "Normal Person", con la que el público saltaba y no dejaba de hacerlo. Aunque la hora del final del set marcada por los horarios ya estaba cerca, Arcade Fire se extendería un poco más para redondear su ya maravillosa presentación.
"Here Comes the Night Time" hizo el carnaval en el Vive Latino. Llevando al público de arriba a
abajo, Win jugando con las cámaras y haciendo claras señales en contra de la corrupción de la Iglesia y sus compañeros poniendo un gran ritmo, Arcade Fire demostraba esta nueva faceta de la mejor manera posible, con una enorme lluvia de confeti inundando toda la pista mientras finalizaban de forma estrambótica el tema.
abajo, Win jugando con las cámaras y haciendo claras señales en contra de la corrupción de la Iglesia y sus compañeros poniendo un gran ritmo, Arcade Fire demostraba esta nueva faceta de la mejor manera posible, con una enorme lluvia de confeti inundando toda la pista mientras finalizaban de forma estrambótica el tema.
Por supuesto, el himno del grupo no podía faltar y fue precisamente con "Wake Up" que la banda se despedía del público mexicano. Levantando el puño en todo lo alto, cantando cada uno de los versos y con las emociones desbordadas, sus seguidores celebraban esta épica oda a la infancia perdida. Y así, mientras los tambores dejaban de sonar y los guitarrazos se esfumaban, Arcade Fire dejaban el escenario agradeciendo humildemente la presencia de todos. Sin duda una noche para el recuerdo.
Resulta toda una experiencia poder ver a Arcade Fire en vivo, y todavía más con su actual show. Alejándose de la melancolía de The Suburbs y desplegando ahora una total exuberancia por momentos y una profunda reflexión por otros, la nueva dirección de la banda les ha permitido no solo llevar a otro nivel sus ejecuciones, sino darle nuevos arreglos con este sonido carnavalesco a varios de sus viejos temas. No queda mas que agradecerles por su total entrega y por la inspiración que resulta su música y su sola presencia.
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