Dentro de la escena musical estadounidense actual, pocos actos como Beach House llegan tan lejos con tan poco, y no lo diga demeritando, sino todo lo contrario. El dúo de Baltimore, conformado por la misteriosa Victoria Legrand y el talentosísimo Alex Scally, dio ayer en La Riviera una cátedra de cerca de una hora y media de cómo hacer música de primer nivel y con una profundidad admirable con apenas 3 personas en el escenario, una guitarra, teclados y una batería.
La velada comenzó con Marques Toliver, un simpático cantautor, con una privilegiada voz, que se valió simplemente de su violín y un secuenciador para maravillar al público madrileño que se encontraba ya abarrotando el recinto. Con un increíblemente buen cover de "Diamonds" de Rihanna y algunos temas originales del carismático joven, convencionales pero muy bien armados, fueron suficientes para que este causara una muy buena impresión y dispusiera la noche de manera perfecta para el gran acto que se avecinaba.
"Wild" fue el tema elegido por el dúo, en modalidad de trío con un miembro más que ocupa la batería, para abrir el concierto. Con la emoción a tope y entre una gran ola de aplausos y gritos, Legrand y Scally no dejaban pasar ni un segundo sin demostrar la calidad y pasión que inyectan a cada uno de sus movimientos sumamente bien delineados.
Legrand, enfundada en un saco de lentejuelas que venía increíblemente bien para el momento, emitía los primeros alaridos de "Better Times" secundada por su fiel público. Su voluminosa cabellera rizada y las sombras casi nunca dejaron ver su rostro en todo el show, pero esto no fue impedimento para que al mujer se conectara rápidamente con la audiencia.
"Other People", de su más reciente producción fue seguida por las inconfundibles primeras notas escalonadas de "Lazuli", que desataron la euforia total de manera definitiva. Un clásico de la banda "Norway" aumentó aún más el nivel de la emoción mientras que "Master Of None" demostraba la clase de Scally, que a pesar de su gran talento, siempre dejaba a Victoria en primer plano.
"Silver Soul" hizo lo propio, sin duda uno de los mejores momentos de la noche. El sobrio escenario, conformado por una especie de estructuras metálicas parecidas a xilófonos y que también servían como pantalla para proyecciones y crear efectos de luz fantásticos, sirvió como un valor agregado a su música; todo ello sin mencionar el excelso trabajo de iluminación, siempre en constante cambio y siguiendo los patrones de las notas por momentos. Con todo tipo de colores, formas y fondos, Beach House nos llevó por un viaje onírico acompañado de la voz de Legrand, única y llena de ese aire misterioso que nos hace querer ver siempre quién está detrás de tan enigmática ejecución.
Después de "The Hours" y "New Year", "Zebra" sirvió como unos de los momentos en que el público acompañó a Legrand en cada verso.
Resultaba toda una sorpresa cómo el dúo hacía explotar temas relativamente calmados como "Wishes", en donde Scally se desenfrenaba y sacaba todo lo que podía de su guitarra. Sencillamente impresionante.
"Take Care" y "Myth" cerraron el set principal.
Tras un breve receso, "Real Love" y "10 Mile Stereo" dieron paso a "Irene" tema que cierra su último álbum y que también puso punto final a una noche memorable concierto lleno de un dream pop elegante y potente como solo Beach House sabe desplegar, esperamos verlos en México muy pronto.
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