Pocas son las bandas que trascienden realmente con apenas un puñado de años de trayectoria. Aunque The xx no pretenden revolucionar el rock ni nada por estilo, su sonido nos ha hecho recordar lo bella que puede ser la música cuando emociones reales son imbuidas en temas minimalistas, complementados con la producción más fina y exquisita que podamos ver actualmente.
Con gran expectación, The xx se presentó en el club La Riviera de Madrid por dos seguidas. Habiendo estado presente en la segunda, que constó realmente del mismo setlist, esto es un poco de lo ocurrido.
Con un pequeño set introductorio de John Talabot, famoso productor español de electrónica, el ambiente poco a poco se adecuaba para la ocasión. Con el recinto lleno pocos minutos antes de que The xx entrara al escenario, la noche prometía realmente ser muy especial.
Poco después de las 10 de la noche, Jamie, Romy y Oliver salieron por detrás del escenario ante el júbilo del público español, recibiéndolos con estruendosas ovaciones. Mientras, una proyección nos mostraba un líquido metálico disolviéndose en alguna forma etérea. Con algunos sonidos ambientales cortesía de Jamie XX como preámbulo, un Oliver preparándose a su manera y Romy tocando los primeros acordes de "Angels", el público no pudo contenerse al explotar en un frenesí único cantando a la par de la chica inglesa, con esa voz tan dulce y suave que la caracteriza.
Con poca luz y Jamie XX haciendo de las suyas en el gran espacio que utiliza para reproducir los sonidos más estridentes y tenues por igual, la introducción del concierto resultó impactante, generando una seguidilla de escalofríos que hacen temblar al más fuerte e inundan rápidamente al público de emociones fuertes apenas comenzado el show.
Con "Heart Skipped a Beat", escuchábamos a Oliver por primera vez con esa gran voz llena de melancolía y fuerza, manteniendo siempre esa suavidad que la empareja de manera ideal con la de su compañera. Cuando veíamos al par cantando, los 2 metros que los separaban pronto desaparecían para fundirse en un ente sonoro acompañado de las más delicadas notas de guitarra y las mismas pero simples y exactas del bajo de Oliver.
"Fiction" nos presentaba a Oliver sin instrumento y recibiendo toda la atención. Es interesante ver cómo el muchacho parece disfrutar cada segundo del show. Su mirada, fija pero perdida al mismo tiempo (por la razón que fuere), denotaba un gran control y una presencia que realmente proyecta autoridad y empatía por igual Por otro lado, Romy siempre se ve tímida y tratando de quedar siempre en segundo plano, lo cual, claro está, resulta imposible dada la calidad musical que emana.
La versión de "Crystalised" de la noche fue una muy distinta a la que todos conocemos. Dramática y lenta por momentos, rápida e intensa en otros, este tema fue de los pocos que recibieron un tratamiento distinto para su ejecución en vivo. Con Jamie tratándola de hacer mucho más explosiva en algunos segundos, el tema dejó constatada la eficacia de la banda como conjunto y de manera individual.
En "Fantasy", pudimos ser testigos de la manera en que Jamie construye sus temas poco a poco, dotándolos de cuerpo y forma conforme van avanzando los segundos. Con la manera que se mueve en su impresionante espacio que ocupa la mitad del escenario, en donde cuece la base de todos los temas de la banda, yendo de un lado para otro durante todo el concierto, Jamie nos deja claro que su relevancia en la banda es importantísima. Sin él, no hay xx, así de claro. Aunque Oliver y Romy aportan sus hermosas voz y presencia escénica, Jamie es el cerebro que conjunta y despliega todo su talento.
Aunque los temas del álbum debut de la banda tuvieron mucho más impacto en el público, temas como "Chained" y "Reunion" también tuvieron lo suyo al lograr el coreo del público.
Otros momentos destacados durante los temas, sucedía cuando sumidos en sus respectivos instrumentos, Oliver y Romy jugaban en un pequeño baile derrochando elegancia y sensualidad por doquier. Mirándose fijamente, sin ninguna expresión, ambos se concentraban al máximo y al mismo tiempo se perdían en el otro, envueltos y protegidos siempre por Jamie y sus secuencias.
¿El momento de la noche? Aunque "Islands" y "VCR" resultaron momentos realmente lúcidos del show y sin duda de los más alegres, me inclinaría más por los grandiosos betas de "Sunset", que pusieron a bailar a todo mundo, y el explosivo final con "Stars", en donde Oliver previamente agradeció a sus dos artistas españoles favoritos: John Talabot, y claro, su público.
¿El momento más débil? Difícil de decir. Por más que busquemos, resulta complicado encontrar flanquezas en todo lo que The xx representa. Apoyados enteramente en su habilidad y sin ningún tipo de apoyo visual real, Jamie, Oliver y Romy claramente representan la vanguardia musical en una de sus expresiones más minimalistas.
Con otros temas igualmente buenos como "Intro", "Shelter", "Missing" y "Swept Away", The xx enamoró a los españoles nuevamente con un par de presentaciones que sin duda quedarán para la posteridad.
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