Este martes se vivió una noche atípica de Abril. La lluvia y
el inusual frío fueron los invitados incómodos a lo que pronto se convertiría en
una velada memorable. Tan sólo 3 años después de su inolvidable visita a
México, Radiohead regresaba con bombo y platillo para ofrecer un par de
esperadísimos conciertos. Tuve el honor de estar presente en la primer fecha y
a continuación, les presento el recuento de la noche.
Como era sabido, Radiohead no estaría solo en sus shows y es
que serían Other Lives y Caribou los actos invitados con la tarea de abrir el
magno evento. La primer banda entró temprano al escenario todavía con un
público muy disperso, sin embargo, los originarios de Oklahoma no se
intimidaron en ningún momento y lograron sacar adelante su relativamente breve
presentación. Con un sonido folk reminiscente a Fleet Foxes pero con un poco
más de crudeza, la banda dejó un muy buen sabor de boca y con una gran
expectativa de lo que estos muchachos puedan lograr en el futuro.
A continuación vino un acto mucho más veterano pero que a mi
parecer, falló en varios sentidos. Daniel Snaith, conocido también como
Caribou, interpretó unos cuantos temas que estuvieron inundados de fallas
técnicas y una evidente presión en el canadiense. Sus músicos hacían bien su
trabajo pero Snaith parecía tener problemas en la ecualización de su voz y a
pesar de contar ya con una amplia
audiencia, Caribou no logró encontrar esa chispa sino hasta el final, donde una
explosión de sintetizadores y batería finalmente lograron prender al público.
“Odessa” y “Jamelia” fueron otros de los temas interpretados por el compositor
que si bien no fueron excelentes, estuvieron a la altura de lo presupuestado.
Y ahora, se venía el plato fuerte. Una serie de cerca de 20
pantallas de todos los tamaños nos indicaban que todos los movimientos de Yorke
y compañía estarían expuestos a todo el mundo y nada se podría escapar de
nuestra vista.
Puntuales, las luces se fueron y una grabación de aullidos y
ruidos fantasmales pronto se apoderó de los oídos de cerca de 60 mil personas y
una manta que cubría la parte trasera del escenario cayó para revelar una
pantalla aun más grande y una serie de tubos idénticos a los de la gira “In
Rainbows”. Sin más y con una ovación unánime; O’Brien, Selway, los Greenwood,
un baterista adicional y el mítico Yorke saltaron al escenario acompañados ya
de la secuencia inicial de “Bloom” que, a pesar de ser el primer tema de la
noche, dejaría a todos pasmados por la complejidad de la composición y de las
12 pantallas móviles que poco a poco descendían sobre los integrantes de la
banda. El color verde predominaba en todos las luces y monitores mientras
O’Brien hacía crujir su guitarra y Johnny tocaba las percusiones, el
minimalista pero contundente accionar de los bateristas era impresionante y el
siempre escondido Colin, hacía lo suyo en el bajo; Yorke se retorcía y cantaba,
dejando ver la experiencia que ha ganado a través de una trayectoria impecable.
Después de la aclamación del público, nadie pudo evitar
bailar cuando Yorke ya interpretaba las primeras líneas de “15 Step”. “How come
i end up where i started?” se preguntaba ante un público extasiado y asombrado
por la maestría de cada uno de sus integrantes y por el despliegue tecnológico
que las pantallas móviles derrochaban al posicionarse en una configuración
diferente en cada momento. Sencillamente espectacular.
La primera sorpresa vino muy temprano en la noche. Con
Radiohead es difícil saber qué es lo que encontraremos en el set de cada show y
por eso, “Airbag” se presentó como un regalo muy preciado para todos los
asistentes que todavía llevan al “Ok Computer” como algo muy preciado en sus
corazones. Los sonidos espaciales que emanaban de Johnny lograban enchinar la
piel y el canto de Yorke evocando a un tiempo y espacio distintos realmente
fueron dignos de una bandada de seres que no son de este mundo.
Presentándola como un tema nuevo, la banda siguió con
“Staircase”. Las pantallas tomaban una configuración de escalera para este tema
y el público simplemente admiraba. La brevedad y eclecticismo de “The Gloaming”
también lograban la atención absoluta de los asistentes.
Mientras Yorke se preparaba para el siguiente tema, O’Brien y
Johnny ya se encontraban tocando rápidamente sus guitarras dejando ver que
“Morning Mr Magpie” era el siguiente tema del “King Of Limbs” que presentarían.
Sinceramente creo que éste fue uno de los momentos más “débiles” de la banda”.
La ejecución sonaba extraña y el canto de Yorke era muy distinto a la versión
de estudio, el ritmo y los tiempos eran realmente muy distintos. A pesar de la
extrañeza, nada más qué reclamar.
Después, Yorke saludaba al público y anunciaba un tema nuevo
más, “Supercollider”. Ecuánime y sobrio, el tema lograba su cometido y daba
paso a una de las joyas del “Amenesiac”. “I Might Be Wrong” y su crudo riff
lograban estremecer al público que se encontraba sumamente complacido por la
inclusión de este corte el show. La adición de un baterists más resultaba un
gran acierto para la mayoría de los temas y el sonido de los metales se fundía
a la perfección con el de las percusiones.
Un momento de calma vino con “Nude”, en donde Yorke cantaba
agónicamente junto al público y las
pantallas se oscurecían para crear la atmósfera adecuada para esta gran e
introspectiva canción. “Reckoner” seguía el momento de “In Rainbows” que fue
apreciado por todos y dejándonos recordar aquella presentación de unos años
atrás, cuando escuchábamos este tema en vivo por primera vez.
“Identikit” es uao de las canciones inéditas de la gira y fue el
martes el día en que pudimos escucharla. Ésta se aleja un poco del sonido
introspectivo de su último álbum pero sin regresar a ese rock de guitarras que
ya le conocíamos a la banda. “Identikit” suena muy bien en vivo y es realmente
una buena señal del futuro del grupo, que no dejará de sorprendernos en años
siguientes.
“Little By Little” y su sonido irónico y tan característico
dieron paso a una versión un tanto más rápido de “Lotus Flower”. Con las
pantallas y tubos tomando un color naranja, Yorke mostraba algunos de los
memorables pasos que ya todos conocen del memorable video. Al igual que “Mr
Magpie”, creo que la banda no logra igualar el sonido de este gran tema, el
beat un poco más lento de la versión de estudio es más adecuado a mi parecer.
Cerca de final del set principal, Johnny se preparaba para
tocar los tambores, lo que indicaba que “There There” sería la siguiente en
aparecer. Coreada enormemente por el público, no hay duda que éste fue uno de
los momentos más espectaculares de la noche. Con un derroche de habilidad y
virtuosismo, la gente aplaudió sin cesar la excelente interpretación de la
banda.
Después de un momento bizarro con “Feral”, Radiohead
terminaba el set principal con “Idioteque” otra de las favoritas del público y
que recibió una de las ovaciones más sentidas de la noche. Con el intenso canto
de Yorke y a Johnny en las secuencias, la banda mostraba que temas cada vez más
añejos siguen sonando con una actualidad impresionante y llenos todavía de esa
chispa que difícilmente se extinguirá.
El primer Encore estuvo marcado por los sentimientos
encontrados. “You And Whose Army?” nos dejó ver a Yorke en el piano y frente a
una cámara que lo mostraba sin tapujos ante todo el público. Con un explosivo
final, ya no había duda de que la noche
ya pintaba para ser inolvidable. “Kid A” se presentó para deleitar a todos los
fanáticos de esta era de la banda, pero fue la siguiente la que realmente voló
la cabeza de todos los presentes.
Saldando una duda que la banda contrajo con el público en su
última presentación, Yorke se disponía con su guitarra acústica a interpretar
finalmente “Exit Music (For a Film)”, que recibió una magistral ovación y que
dejó atónitos a cada uno de los que estaban admirando las lúgubres notas que
emanaban de Yorke. Ya para cuando la banda se unía para terminar el tema, era
imposible no sentirse afortunado y conmovido por la excelente ejecución.
Personalmente, el momento de la noche.
Para terminar el primer Encore, la banda presentó “Paranoid
Android”. Con un juego impresionante de luces en todas sus pantallas, Radiohead
nos regalaba uno de sus temas más emblemáticos y que dejaban sentada la
maestría de una banda tan legendaria y tan cercana a su público.
Para el segundo y final Encore, Johnny y Yorke eran los
únicos en el escenario y es que “Give Up The Ghost” era la siguiente en la
lista. Con una guitarra acústica y una eléctrica respectivamente, ambos músicos
derrochaban elegancia y talento que no se diluía por ningún sitio e
impregnaba el alma de todos los asistentes.
Los últimos dos temas fueron un viaje al pasado y un
recordatorio de una época de la banda en donde las guitarras eran el alma de la
banda. Sorpresivamente, “Planet Telex” y “Street Spirit” cerraron una noche que recorrió todos los aspectos de la banda y no dejó ver
cada una de las facetas que conocemos de Radiohead.
¿Lo más destacado? Los temas de su última producción suenan
mucho más intensos a lo que escuchamos en sus versiones de estudio en su
mayoría y no decepcionan en lo más mínimo. Haber escuchado temas como “Airbag”,
“Planet Telex” y “Street Spirit” fue sencillamente un agasajo, tal y como
O’Brien confesó sentir al estar ante el público mexicano.
La banda se conectó grandiosamente con el público y el
concierto resultó ser espectacular, emotivo y con la sensación de que Radiohead
es, sin lugar a dudas, uno de los actos más emocionantes del mundo.
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