Reseña Arctic Monkeys


Fue a mediados de la década anterior cuando los Arctic Monkeys sorprendieron al mundo.  Al ser de las primeras bandas que compartían su música por las primitivas redes sociales, la banda se hacía camino entre la industria como ninguna otra lo había hecho. Desde entonces, los jóvenes ingleses han lanzado cuatro álbumes, han encabezado importantes festivales y han recorrido el mundo con notable éxito. Su más reciente visita a México no fue la excepción.

El recuerdo de su angustiosa presentación de 2010 todavía estaba fresco en miles de testigos de aquella noche pero sin duda, la expectación por verlos de nuevo era mayor a cualquier otra cosa.

Puntuales, La Vida Boheme, salió al escenario del Palacio de los Deportes para amenizar la espera de todos los que estábamos presentes. Los venezolanos tuvieron un cálido recibimiento y en todo momento fueron respetados por el público. Sobrios, conscientes de dónde estaban y con buena ejecución, La Vida Boheme cumplió en todos los aspectos y por espacio de 20 minutos, supieron prender al público que ya esperaba a los Arctic Monkeys. Enhorabuena por ellos.

Poco a poco, el palacio se iba llenando para presentar un lleno casi total. La pista era más grande de lo normal para recibir a una cantidad mayor de fanáticos y ya cientos se encontraban abarrotados frente al escenario esperando a que Turner y compañía aparecieran.

Con una impresionante ola de ovaciones, las luces se apagaban y al ritmo de “That’s The Way (I Like It)” de KC And The Sunshine Band, la banda entró finalmente para tomar sus posiciones y comenzar lo que sería un gran concierto. Sin más y sin ningún saludo, las primeras notas de “Dont’ Sit Down Cause I’ve Moved Your Chair” hicieron retumbar el recinto. El estridente riff de guitarra fue suficiente para que todo mundo comienza a saltar y resulta difícil mantenerse quieto. Pronto la euforia se generalizó y los pasos de kung fu y de macarena de Turner fueron aclamados sórdidamente.

Con un breve saludo, el vocalista anunció “Teddy Picker” para el éxtasis de los presentes. Los saltos se hicieron nuevamente presentes y el canto unificado del público comenzó a acompañar a Turner por el resto del tema.

“Crying Lighting” también hizo lo suyo, continuaba con la misma línea de intensidad y el coro era cantado por todo el Palacio con gran sentimiento. Para ser el inicio del show, la banda se veía realmente desenvuelta. Con su batería muy británica, Helders estaba imponente: O’ Malley y Cook funcionaban independientes pero al mismo tiempo sincronizados al 100% y Turner, con su look a la Elvis Presley, derretía a las mujeres y prueba de ello eran ya los varios sostenes que colgaban de su micrófono.

Para su siguiente tema, el “shalalala” del público fue la constante. “The Hellcat Spangled Shalalala” disminuyó un poco la agresividad de los temas anteriores y dio la oportunidad a todos de bailar plácidamente por un par de minutos.

Presentando a los integrantes de la banda y diciendo lo bien que se sentían en el momento, Turner presentó dos temas que volvieron con intensidad multiplicada al doble. “Library Pictures” logró nuevamente prender a todos cada uno de los que nos encontrábamos ahí pero fue “Brianstorm” la que realmente voló la cabeza de todos. Los tambores de “La Bestia” Helders se escuchaban fenomenales y el canto acelerado de Turner no tuvo igual.

Después, la banda siguió con dos clásicos temas de su primera producción que enloquecieron verdaderamente a sus seguidores. “The View From The Afternoon” y “I Bet You Loog Good On The Dancefloor”. Ambos temas sonaron muy bien y todavía se sienten como si hubieran sido escritos ayer. Es notable cómo la banda ha evolucionado de un sonido muy inglés a uno mucho más influenciado por este lado del continente, en donde lo sucio de las guitarras y las baladas de amor resaltan notoriamente.

“Brick By Brick” le dio un toque rockandrollesco a la noche y es aquí donde pudimos ver a Helders llevando los vocales principales mientras seguía tocando la batería.

“Still Take You Home” y “This House Is A Circus” fueron otros cortes de sus primeros años que dejaron un muy buen sabor de boca mientras que “Evil Twin” uno de sus lados B más reciente fue quizá el momento más débil de la noche.

“Pretty Visitors” dejó por sentada la grandiosa habilidad de Helders y le hizo honor a su apodo de “La Bestia”. Gran interpretación.

Después de “If You Were There, Beware”, la banda decidió presentar una de esas nuevas baladas que crearon para su última producción. A pesar de su sugestivo título “Suck It And See” resultó ser un gran momento de admiración en donde Turner cantaba dulcemente recitando geniales líneas como “Be cruel to me, cause i’m a fool for you”.



“Do Me a Favour” dio paso al cierre del set principal con “When The Sun Goes Down” que sencillamente les dio un segundo aire a todos para poder bailar, saltar y cantar con este tema favorito del público y uno de sus mejores sin duda alguna.

El encore no pudo haber sido mejor. Con una cámara siguiéndolos al subir nuevamente al escenario, la banda presentó su más reciente tema “R U Mine?”, que interpretaron con gran maestría y sorprendiéndonos al día siguiente con un fenomenal video en vivo de este tema.

Y así, con una estupenda presentación de “Fluorescent Adolescent” y un emotivo cierre con “505”, los oriundos de Sheffield se despidieron de su público tras una noche llena de éxitos y rock sin igual.



¿El veredicto? Un gran concierto que tuvo como ingredientes la gran presencia de Turner en el escenario, la impresionante habilidad de Helders en su instrumento y los grandiosos riffs de guitarra de varios de sus temas. Casi perfecta fue el show de la banda y el recuerdo de esto vivirá por unos años, hasta que la banda regrese triunfalmente a nuestro país.

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