Tan fuerte y tan cerca (pero de la mediocridad)

Después del gran trabajo que Stephen Daldry realizó hace unos años con El Lector, el inglés regresa con una obra para la cual sólo podría describir con una palabra, mediocre.

El Lector, donde vimos a una espléndida Kate Winslet, nos dejó un gran sabor de boca y nos dejó ver que Daldry no solamente era capaz de sacar lágrimas con argumentos no tan sólidos, si no que podía contar una fuerte historia en la que realmente el espectador es el que tenía la última palabra. ¿Perdonar o no al personaje? Ésa era la cuestión.

Ahora, Daldry nuevamente recurre a la fórmula que lo lanzó al estrellato pero sin el impacto que tuvo esa película que seguramente has de conocer: Billy Elliot. ¿De qué formula estoy hablando? Sencillo. Un chico incomprendido busca desesperadamente algo que no existe o que quizá nunca vaya a encontrar pero  , inesperadamente, nunca se detendrá ante nada. A grandes rasgos, ambas cintas comparten el mismo argumento.
Nueva York, 11 se septiembre de 2001. Dos aviones se impartan contra las Torres Gemelas del World Trade Center. Oskar, un niño con síndrome de Asperger (una forma de autismo) llega a su casa a comer un yoghurt. Estos hechos no estarían relacionados de forma directa, si no fuera porque el padre de Oskar (Tom Hanks) se encontraba en una reunión en uno de los edificios a la hora del terrible suceso.

Antes de esto, conocemos la relación que existía entre padre e hijo. A diferencia de Billy Elliot, donde el niño era severamente criado por el padre, Daldry ahora nos muestra una relación cordial, con un profunda conexión y una incesante búsqueda de algo que ambos creen no lograr encontrar: el sentido común.

Es después del ataque cuando comienza la verdadera trama, y es que, revisando las cosas de su difunto padre, el niño descubre un misterioso papel que le da una esperanza de volver a sentir a su padre cerca, llevándolo en una interminable búsqueda por toda la ciudad.

¿Cuál es mi problema con esta cinta, se preguntarán? Me parece que Daldry se ha ido por el camino más fácil. Aparentemente, los niños con este desorden psicológico les es muy difícil lograr esa condición humana que llamamos empatía y es así en un intento que termina en cliché, que Daldry busca poner al espectador (principalmente al público estadounidense) en los zapatos del chico, sintiendo una profunda simpatía por él y por el trágico suceso en el que se vio envuelto.

La cinta está basada en una obra homónima pero me parece que a Daldry le pareció que el atentado del 11 de septiembre, era la excusa perfecta para mostrar a un personaje infantil en una situación que conmoviera sin ningún tipo de compromiso.

El director también explora una interesante cuestión pero que deja sin resolver. ¿Por qué un puñado de personas decidió estrellar un avión contra un edificio lleno de otras miles que no conocía? ¿Por qué este niño específicamente sufre de esta condición? ¿Por qué no fue su madre, con quien no tenía una buena relación, la que murió ese día? Para Oskar, nada tiene sentido, y en un afán por encontrárselo a todo lo que conoce, termina descubriendo que la vida no tiene sentido en un sinnúmero de ocasiones.
Daldry intenta conectar la pérdida de la inocencia con el sentido que le buscamos a la vida pero la gran dosis melodramática que inyecta a su cinta, opaca este aspecto que me pareció de lo más rescatable.

Con una serie de altibajos presentes durante gran parte de la trama, muy larga por cierto, existe una parte por la que realmente vale la pena mirarla y es que la inclusión de Max Von Sydow es sin duda el mayor acierto de todos. A pesar de que el secreto que involucra a su personaje se puede descubrir muy al principio de la cinta, es en el momento en que él y el niño comienzan a interactuar que vemos el momentos más lúcido de la historia. La química es notable pero son los gestos, los movimientos y la actitud de Von Sydow los que asombran y es que no tiene ninguna línea durante su relativamente breve aparición.

Desafortunadamente, Daldry no concluye con el personaje del todo y nos quedamos con muchas ganas de tener más tiempo en la pantalla a Von Sydow. Su relación con el niño no tiene un desenlace y la vemos cortada inesperadamente y con motivos muy poco convincentes.

El final se ve venir desde muy temprano en la historia y a pesar de que el objetivo principal de Daldry era conmover, lo único que pueda lograr en el público son un par de lágrimas sin valor alguno. El inglés decepciona contundentemente. No me malentiendan, es un buen trabajo que cuida aspectos como las actuaciones de sus personajes principales pero Daldry los sume en una trama sin sentido que tal y como la búsqueda de Oskar, no lleva a  ningún lado.

Comentarios

  1. el argumento también es MUY similar al libro "el curioso incidente del perro a media noche"

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  2. mmm... Lo único similar al libro de Haddon es el "autismo" del niño.

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