Caballo de Guerra

Muchos deberán estar de acuerdo conmigo que Steven Spielberg es un cineasta sobrevalorado, pocos son realmente los trabajos del estadounidense donde encontramos un verdadero significado y un gran aporte a la historia de este magnífico arte.

En el nuevo siglo, no hemos visto más que intentos de narración y una incursión en distintos géneros que por alguna u otra razón, se quedan a la mitad y no logran de una manera convincente su ejecución. ¿Qué me pueden decir de "Minority Report" e "Inteligencia Artificial"? Dos supuestas cintas de ciencia ficción que no logran ni un poco de lo que maestros como Kubrick o incluso él mismo en los 80's pudieron entregar. ¿"La Terminal" y "Atrápame Si Puedes"? Dramas con alusiones cómicas que nunca encuentran un rumbo fijo; y qué tal ¿"La Guerra de Los Mundos" o la última entrega de Indiana Jones? quizá lo pero en años del director.

Sin embargo, es el siglo pasado donde Spielberg realmente se lució con trabajos excepcionales en todos los sentidos como "Rescatando al Soldado Ryan", una impresionante producción con una de las secuencias de guerra más espectaculares del cine, o "La Lista de Schindler", emotiva y sumamente conmovedora por igual. Podríamos mencionar también grandes obras como "E.T." o "Encuentros Cercanos del Tercer Tipo" pero es momento de hablar de su última producción.

"Caballo de Guerra" tiene como protagonista a Joey, un equino fuera de serie que después de ser separado de su dueño en la Inglaterra Pre Primera Guerra Mundial, comienza una aventura por los campos de batalla europeos pasando por varios dueños y dejando ver la crueldad de la primera gran guerra del siglo XX.

Spielberg regresa a terrenos que le han sentado bien históricamente pero esta vez, no tenemos ninguna estrella que se eche la película a cuestas, en esta ocasión, es el caballo el que funciona como catalizador de todos los eventos y una interesante pero aveces, ridícula, relación entre los distintos personajes humanos de la historia.

No es difícil que sintamos simpatía por un animal que vemos en la pantalla pero de alguna u otra forma, el director logra darle ese aire de majestuosidad y orgullo que hemos visto en sus personajes de otros de sus dramas de guerra. Pero, como mencioné antes, la trama se torna ridícula en gran parte, Spielberg le inyecta una gran dosis de melodrama y mucho antes del final, sabremos cuál será el desenlace del caballo y de su primer y verdadero amo.

A pesar de ello, encuentro varios aciertos en la cinta que verdaderamente son dignos de ver. La producción, cómo era de esperarse, es de primer nivel y nos encontramos con una magistral coordinación de diversos factores como las bellas locaciones, una muy buena fotografía que logra captar la esencia de cada uno de estos lugares y sumirnos en un lecho de tristeza o alegría por unos segundos, el entrenamiento de las bestias, y la sumamente impresionante puesta en escena de las trincheras, que a mi parecer, logran recrear con un alto grado de realismo.

Lo mejor de la historia viene antes del final, antes de que el caballo conozca su destino. Spielberg nos entrega una secuencia de guerra corta pero que logra evocar a esos tiempos cuando el realismo en sus cintas era abrumador. Desgraciadamente, tenemos que esperar casi dos horas en las que tuvimos que conocer a los distintos dueños del caballo y que en ocasiones, sólo son un pretexto para demostrar que en la guerra no hay buenos ni malos (aunque Spielberg sigue inclinando su narración por los bandos "políticamente" buenos de la historia mundial).

Steven Spielberg ha hecho un trabajo decente con "Caballo de Guerra" pero nuevamente, se queda en el camino. La cinta logra emocionar y conmover pero sin ningún tipo de valor o significado. Sí, es triste ver morir a un animal (no se preocupen, no estoy arruinando gran parte de la trama) pero creo que este tipo de emociones no debe ser el eje de lo que la cinta nos quiere transmitir. Esperemos que con su siguiente trabajo, "Lincoln", el director nos vuelva a emocionar con una historia épica y un verdadero valor cinematográfico, que ha dejado ya mucho tiempo en el letargo.