Misión ¿Imposible?

Tom Cruise. Estrella de los 90. Ídolo de la década anterior. Maniático. Controversial. Todo el mundo conoce a Tom Cruise y por lo tanto, todas las nuevas generaciones conocen Misión: Imposible. 

Fue hace unos años cuando J.J. Abrams todavía vio potencial en la franquicia del habilidoso y escurridizo espía. Tom Cruise sería nuevamente el estelar como Ethan Hunt y un recién laureado Philip Seymour Hoffman actuaría como villano. La dirección de Abrams resultó un tanto favorecedora aunque sin un gran revulsivo para la serie. La cinta pasó sin pena ni gloria aparentemente y parecía que la franquicia había llegado a su fin.

No conforme con ello. Abrams volvió a las andadas y decidió una vez más revivir la serie nuevamente con la ayuda de Cruise. Misión Imposible: Protocolo Fantasma, es la cuarta entrega en la saga y desde mi punto de vista, la mejor desde aquella memorable historia de Brian De Palma.

Fungiendo como productor y ahora a lado de Cruise, Abrams ahora sí ha atinado en encontrar la verdadera esencia de una cinta de espionaje, dejando un poco de lado temas tan recurrentes como la venganza o la lucha por encontrar a su amada secuestrada. Brad Bird, aclamado director de cintas animadas como El Gigante de Hierro o Los Increíbles, ha dado el salto hacía el mundo real y ahora se vio en la tarea de reavivar una historia que se creía extinta.

La trama sigue a Hunt en una nueva misión internacional. Buscando a un maniático científico nuclear con intenciones apocalípticas, el espía se deja encarcelar en una prisión rusa para encontrar más datos sobre el supuesto terrorista apodado Cobalt. Después de ser liberado por un nuevo equipo integrado por Simon Pegg, quien vuelve en su papel de Benji de la cinta anterior; y Paula Patton, que funge como el estelar femenino. 

Después de ser víctimas de una conspiración, el equipo tiene que ser desintegrado oficialmente y expuestos ante todo mundo por un supuesto acto de terrorismo. Es aquí donde entra una de las importantes adiciones a la historia. Brandt, interpretado por Jeremy Renner, es un analista de confianza del Secretario de la IMF (la organización secreta de la CIA para la que Hunt trabaja) y que guarda un gran secreto. El principal objetivo de todos: evitar una guerra nuclear.

Acción, muy poco romance sin sentido y una variedad de espectaculares gadgets, son los ingredientes principales de los que Bird y Abrams han hachado mano para hacer que esta historia cuaje como una de las mejores películas de acción de los últimos años. Absurda e irreal por momentos, actuaciones un poco sosas, sobre todo de Renner (lo cual me extraña bastante) y el obvio desenlace de todo no son de ninguna manera una razón para dementar el esfuerzo general. 

Sin duda, éste es el capítulo de la saga con las mejores locaciones. Moscú, Dubai y Bombay sirven como trepidantes escenarios para una búsqueda interminable llena de obstáculos y peligrosas maniobras. Las escenas de Dubai, simplemente son las mejores debido a la tensión, emoción y grandiosidad que genera ver al Burj Dubai y a Tom Cruise escalarlo con unos avanzados guantes magnéticos.

Como dije hace unas líneas, Renner es la decepción más grande de la película. Su inserción pintaba para una gran confrontación con Cruise pero al final, éste último logra opacarlo de manera estridente, a pesar de la ya conocida capacidad histriónica de Jeremy. Es bien sabido que el primero se quedará con la serie después de que el veterano decida hacerse a un lado y junto a su esperado protagónico en la nueva historia de Bourne, Jeremy Renner se perfila para dejar huella en Hollywood.

Algo muy curioso pero esperado y es la gran plataforma que fue esta entrega de Misión Imposible para diversas marcas internacionales. Apple, BMW, Daewoo, una cadena televisiva hindú y hasta XX Lager son también protagonistas en varias escenas de la cinta.

Comentarios